Termíteme - Roca Editorial
Termíteme - Roca Editorial
Termíteme - Roca Editorial
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
la emperatriz amarga<br />
bre, el sobrino del gran amigo de mi tío Trajano, y escritor<br />
como él, que estuvo muchos años cerca de nuestra familia, defendió<br />
personalmente nuestros intereses, desde su conocimiento<br />
de leyes, con una eficacia que acabó disuadiendo a los<br />
ambiciosos y sus codicias. Tan cercano y querido era que, a pesar<br />
de haberse casado tres veces no tuvo descendencia, se le<br />
aplicaron la exención de impuesto que estaba decretada desde<br />
los días del divino Augusto, para los que enriquecieran el Imperio<br />
con tres hijos varones. Estas y otras distinciones les parecían<br />
pocas a mi tío Trajano, y al propio Adriano, que le dieron<br />
puestos de enorme confianza y riqueza como el de Gobernador<br />
de Bitinia, provincia reservada tan sólo a los senadores. Todavía<br />
se me humedecen los ojos cuando releo alguna de sus cartas<br />
a mi tío, o los tristes sucesos de Pompeya y Herculano que<br />
él vivió con sólo dieciocho años, y donde perdiera a su tío y benefactor<br />
para siempre, entre las otras miles de almas tragadas<br />
por el fuego y el humo. Creo que cuanto me narró la abuela, y<br />
lo poco que, de tarde en tarde, relataba el tío Trajano, menos<br />
dado a contar sus vivencias que su hermana, estaba bastante<br />
más edulcorado por la memoria y su pudor, que lo que en realidad<br />
tuvieron que padecer en sus propias carnes, en los sucesos<br />
de aquellos años. La vida acaba siendo siempre más intensa<br />
que la literatura, y termina imponiéndose. Es un relato ajeno<br />
para quienes no la protagonizan, e inevitable para quienes la<br />
encarnan.<br />
Tiempos convulsos, también, los que siguieron de Vespasiano<br />
y Tito, llenos de conflictos en Egipto y Dacia, de sublevaciones<br />
violentas en Judea, de persecuciones contra los judíos,<br />
que se dispersaron por todo el Mediterráneo y el Asia menor<br />
tras haber sido arrasada Jerusalén por las legiones del Emperador.<br />
Como forma de humillarlos más, se fue más permisivo con<br />
la nueva secta de los cristianos frente a los hebreos, de los que<br />
provenían, dejando de perseguirlos como en los días neronianos,<br />
en los que un tal Pedro, uno de sus máximos representantes,<br />
fuera ajusticiado en la misma Roma, acusados de haber<br />
sido los incendiarios de la capital aunque todo apuntara al propio<br />
Emperador. Aseguran algunos que, por las órdenes de Nerón,<br />
el fuego fue iniciado, intencionadamente, por los propios<br />
guardias pretorianos, en las tiendas de los mercaderes del<br />
37