El gesto autobiográfico. Un recuerdo infantil de Reinaldo. - Estudios ...

1...1en L'oreilLe de I'curre Derrida propone una meditación sobre esc "bordC' que
asurnimos existe entre vida y obra y quc, en su opinión, no es una línea clara y
divisible sino que atraviesa el cuerpo y el corpus del autor de maneras quc
solamente comenza¡nos a ent¡ever, y que tanto una lectura inmanente de un
sistema ("filosófico" en el caso de Nietzsche) como una lectura empírico-genética
jamás han interrogado: no podemos separar radicalmente vida y obra pero
tampoco podemos explicar la una por medio de la oÍa, sino que tenemos que
comenzar a pensar lo "autobiográfico" desde esa premisa del borde paradójico
que sepa¡a, une y atraviesa al mismo tiempo corpus y cucrpo, vida y obra (1991:
7).
La identificación vida-obra, propuesta por Reinaldo en su obra y reiterada por su
pentagonía, que intenta en cinco movimienros (cinco sentidos) "representar" su vida,
sc ficciona en el texto que he comentado. El texto propone, claramente, que más allá
de la autoÍepresentación alterada, lo interesante radica en la posibilidad de
transformación que tiene el cuad¡o al poder materializar al ¡eferente, quc al mismo
tiempo es su autor. Esta capacidad habla sobre la esencia autobiográfica de la obra, la
captación concomitante de gestos autorales posibles en toda creacíón aÍística, es
decir, la contextura autofigurativa de la escritura.
Reinaldo vuelve nuevamente a contactarse con Leonardo, pero en este episodio su
presencia le permite fabular sobre esa pulsión que continuamente impregna sus obras
y que, como comenta el texto "Mona', lc permite se¡ como quisiera ser. Esta
posibilidad de escribirse en el texto, de soña¡ y fantasea¡ con el discurso, permite
vez más- estrechar los vínculos entre vida y obra, además de practicar esa
-una
idea derrideana expresada en el traspaso y unión de cuerpo y corpus. La inversión de
la ilusión referencial, a la cual me referí, cobra ahora mayor sentido al observa¡ cómo
en la escritura lo autorepresentativo no sólo se proyecta hacia lo vivido sino también
hacia la construcción deseada del "yo", que evidentemeñte transcure en la
exPe¡iencia.
Por otra parte, me interesa traer a colación este modelo de lectura que propone
Derrida, parafraseado por L,oureiro. ya que, más allá de su segura aplicación en todo
texto literario, es el modelo escritural planteado por Reinaldo. El borde no sólo es su
ubicación editorial ser mercadeado como escritor exiliado. homosexual y
suicida- sino que -al sus propuestas litera¡ias tienden a ubicarse en los bordes
clasificatorios: historia. ficción, memorias, autobiografía, relato fantástico, ensayo,
poema. Atomizado en los discursos, Arenas construye identidades movedizas que,
pactando el gesto autobiog¡áfico, logran desplazarse cómoda e ingeniosamente por
distintos registros alternos.
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