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Manuel Federico Ponce - Grupo América

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Alba Luz Mora 256 REVISTA<br />

gusto Arias que con ella "la novela ecuatoriana adquirió musculatura<br />

propia".<br />

Después de "A la Costa" la producción ecuatoriana apareció cáela<br />

vez más, ligada a lo eglógico, la corporeidad geográfica y la atmósfera<br />

social. José Rafael Bustamante, Gonzalo Zaldumbide, Sergio Núñez,<br />

Pablo Palacio, presentaron personajes adheridos a un rincón geográfico<br />

definido que asumen el papel de molo res de su propio destino, como<br />

señal inequívoca de autenticidad. Y viene después el segundo paso<br />

importante: el aparecimiento de la primera novela indigenista, "Plata y<br />

Bronce" de Fernando Chávez. Le seguirá "Los que se van", colección de<br />

cuentos de Enrique Gil Gilbert, Demetrio Aguilera Malta y Joaquín Gallegos<br />

Lara. Y el relato ecuatoriano envía firmemente en la corriente social.<br />

Su empresa representó un vigoroso sentido de humanidad y abrió<br />

las puertas a la novela nacional. Nació "Huasipungo" de Jorge Icaxa, la<br />

segunda novela indigenista, Y "Sangurímas" de José de la Guadra, integró<br />

al mundo de la ficción al montubio. Le siguió el denominado "<strong>Grupo</strong><br />

de Guayaquil", que en Alfredo Pareja, Demetrio Aguilera Malta, Ángel<br />

F. Rojas, Pero Jorge Vera y otros, reveló la más honda comprensión<br />

de los grupos protagónicos, incorporó los elementos regionales a sus<br />

creaciones y, con ellos, al hombre total de la patria: el indio, el cholo, el<br />

montubio. Como muy bien dice Marlha Lizarzaburo: "fue como una<br />

apertura de caminos hacia los nuevos fundamentos y de recursos literarios<br />

para una expresión propia y auténtica de nuestro ser nacional, en<br />

una dimensión universal".<br />

Y aunque el cuento 'El negro Santander" de Enrique Gil Gilbert, y la<br />

novela "El cojo Navarrete" de Enrique Tcrán, involucran ya al negro del<br />

Litoral y los valles cálidos andinos, nadie hasta entonces lo había estudiado<br />

con derecho propio. Cuando su historia resulta más dolorosa que<br />

la del indio, porque arribó a nuestras tierras en condiciones inferiores.<br />

El padre Las Casas, al conseguir la promulgación de las Leyes de Indias,<br />

por las que se reconocía la naturaleza "humana" de nuestros aborígenes,<br />

estableció, sin proponérselo, la importación de negros, que se<br />

adaptaron al trópico al que el indio había sido renuente. Y vino el negro,<br />

en calidad de esclavo, sin otra historia nacional que el barco negrero<br />

ni otro destino que la esclavitud y la explotación.<br />

Adalberto Ortiz escribió la primera novela del negro, "Juyungo",<br />

que es su historia en lucha contra la explotación y frente a la selva. Y<br />

es aquí, donde entra la personalidad de Nelson Etupiñán Bass, también<br />

de Esmeraldas, que pertenece a la generación de escritores de 1944. En<br />

1954 nos entregó "Cuando los guayacanes florecían" segunda novela de<br />

la negritud, editada ya seis veces, por diferentes editoriales del país y<br />

dos del exterior, recientemente traducida al ruso y al inglés y en proceso<br />

de conversión al alemán y al francés.<br />

Nelson Estupiñán nació el 19 de septiembre de 1915. Se recibió como<br />

Contador público en 1932, en el Instituto Nacional Mejía de Quito.<br />

Su vida ha devenido entre cuatro quehaceres importantes: la docencia,<br />

el periodismo, la dirigencia de entidades y publicaciones culturales<br />

y la actividad literaria en lo narrativo y lo poético. Fue profesor asistente<br />

de la Universidad de Nueva York, extensión de Búfalo; Presidente de<br />

la Casa de la Cultura, Núcleo de Esmeraldas, por cinco años. Dirigió las<br />

revistas "Tierra verde", "Marimba", "Hélice" y "Meridiano negro". Es<br />

permanente colaborador del diario "El Comercio" de Quito. Representó<br />

al Ecuador en los Congresos de cultura negra celebrados en Cali y<br />

Panamá. Ha sido Juez del concurso poético que anualmente convoca<br />

el diario "El Universo" de Guayaquil. Ha pronunciado importantes<br />

conferencias en la Universidad de Harward, Washington, D.C, y en varias<br />

instituciones ecuatorianas. Ha viajado por China Popular y la<br />

Unión Soviética. Actualmente está jubilado.<br />

Sus obras novelísticas son: "El paraíso", 1958. Historia de un cacique<br />

que llega a ser Ministro de Gobierno, por obra y gracia de la política,<br />

y de su hijo, verdadero ejemplo de ineptitud y cinismo, que muere<br />

en manos de la vindicta popular. "El último río", con dos ediciones,<br />

1966 y 1990. Historia de pasión donde Estupiñán expresa el profundo<br />

conocimiento que tiene de su pueblo. El personaje principal, José Antonio<br />

Pastrana, refleja todas las vicisitudes ecuatorianas de comienzos<br />

de siglo. "Senderos Brillantes", 1974. "Las puertas del verano", 1978.<br />

"Toque de queda", 1978. "Bajo el cielo nublado", en dos ediciones,<br />

de 1972 y 1982. "El crepúsculo" y "Los geranios pintaron de amarillo".<br />

Pero su obra de mayor notoriedad es "Cuando Jos guayacanes florecían",<br />

publicada en 1954, que lo incorporó al grupo del realismo social.<br />

En ella narra el levantamiento del coronel Carlos Concha, en la ciudad

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