dossier de prensa digital - Universidad Internacional Menéndez ...

...el mejor vendedor de Cantabria. Las Provincias
La manía de los ascensores
A las 9 hay Consejo de Gobierno en una dependencia aneja. «Soy el único que no trae papeles. No ten
ante sí y garabatea con un rotulador azul de punta fina: Revilla toma notas e improvisa siempre, una cos
profesor universitario. Es más, desconfía de quien lleva escritos sus discursos.
A las 11 recibe al alcalde de Reinosa, José Miguel Barrio. Revilla, griposo y con 39º de fiebre por el aire
decididos por Fomento y que han aguado la euforia del compromiso por el AVE, su gran sueño. «Es que
Santander, ¿imaginas lo que es eso?».
-«Presidente, a ver si sacamos un hueco para que visites el mercado campurriano», le corteja el alcalde
sombra, jefe de gabinete y guardia de corps de Revilla.
Graciela, ordenanza de Presidencia, tiene entre sus principales cometidos colocar adhesivos amarillos p
donde trabaja Revilla. Siempre tiene que haber uno a punto. Revilla sale del despacho, retira el 'post it',
coche oficial, camino del Palacio de La Magdalena. Como de costumbre se sienta al lado de Indalecio, e
La limusina (como el coche privado) huele a humo de habano. Le preguntamos. Revilla se agacha y sac
D número 4. En su interior guarda cuatro de los mucho más modestos (menos de 3 euros) Delicias de F
farias. Todos los días. Murió con 94, por la edad... Una Nochevieja, tenía yo 21 años, me regaló un Mon
fumé y hasta ahora...».
Minutos antes de las doce llegamos a las puertas de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Un
Nos tememos lo peor...
-«Me cagüen la leche, con ese equipo no te conocía... Aquí donde le veis este hombre, Eduardo Tricio,
día en México y en el Sur de Estados Unidos. Leche Lala...», clama Revilla a grandes voces.
Está en su salsa. Le saludan hasta los críos del tren turístico. Un grupo de estudiantes cacereños hace
que bote el presidente». Pese al gripazo, 'Revilluca', como le llama la gente, pega unos saltitos. «Es el p
Buenafuente». Revilla es una fuerza de la naturalidad.
12.15 h. Saluda al escritor José Luis Sampedro. «Aquí, un economista de Sarriko, alumno que estudió c
inspira a mi Gobierno», es su tarjeta de visita. «He fastidiado a mucha gente», dice Sampedro con su ha
Siguen casi dos horas de discursos que Revilla, febril y con los ojos húmedos, soporta con estoicismo. S
la mexicana Ana Sara Ferrer Bohórquez, hija del mecenas Eulalio Ferrer, que financia el galardón.
A la salida, Revilla echa chispas. «No puede ser. Si Salvador Gutiérrez hace la laudatio del premiado...
contarnos lo mismo otra vez. Es un plomo», brama.
Navajas, ventresca y cerezas
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Un rato a la oficina y Revilla coge su coche de nuevo. Comida en Tonino, restaurante que regenta un co
Frenadol, tomate cántabro con bonito, morgueras (navajas), ventrecha y cerezas. Para beber, agua de l
Revilla es también incansable: habla de los cinco meses que, cada invierno, pasaba encerrado en su pu
del caballo que, en primavera, rompía el aislamiento para llevar al hogar «cien kilos de ABCs», diario al
estudiantiles por Bilbao, de las puntuales 500 pesetas al mes que, entre 1960 y 1965, le hacían llegar de
ingenio. Se detiene para paladear la anécdota de la venta de 400 trajes para sus compañeros en las Mi
pesetas.
O desvela que, pese a las diferencias políticas, 'descubrió' la faceta guasona de Juan José Ibarretxe en
sacando fotos y más fotos de su pueblo natal (Salceda, «como el Rioja que nos pusieron»), un dato que
hasta allí en bicicleta junto a unos amigos y supo poner bien la oreja... al lado de un primo del president
vasco.
http://www.lasprovincias.es/v/20100801/gente/mejor-vendedor-cantabria-20100801.h...
02/08/2010