14.05.2013 Views

José Martí - Nuestra América - Fundación Infocentro

José Martí - Nuestra América - Fundación Infocentro

José Martí - Nuestra América - Fundación Infocentro

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Aquel que monta en arrogante bruto, es el presidente de la república.<br />

Lleva humilde vestido y humildísimo sombrero. Cuando mira, piensa.<br />

Cuando deja de hablar, habla consigo mismo. Es penetrante, dadivoso e intrépido.<br />

Va sin temor a donde cree que debe ir. Ahora, ni atropella, ni se<br />

anuncia; le ha llegado su día de obedecer.<br />

El de apostura inglesa, marcial anciano, que a su lado lleva, es su antecesor<br />

en el poder, hombre de libros y de espada, revolucionario en el campo<br />

y la tribuna: Miguel García Granados. Sesenta años tenía cuando<br />

empuñó la espada vengadora.<br />

Vuelven ya los millares de hombres; nubes de polvo aceleran la noche;<br />

átanse las curiosas de las casas los sombreros de paja al gentil rostro, y bajo<br />

lluvia importunísima vuélvese a los hogares, no fatigado como de otras fiestas,<br />

sino enamorado de ellas.<br />

Conserva este secreto Guatemala: severa, no entristece; desdeñosa,<br />

no irrita; bulliciosa, no desordena; agitada, no cansa. Su vestido de baile<br />

nunca se aja. En este mes hermoso, lucidas cabalgatas interrumpen el silencio<br />

de las calles, bañadas de tibia plata por la Luna. Una rival tiene la<br />

Luna guatemalteca: la de México. Y ya en opaca noche brille sola, ya en<br />

noche brillante humille a las estrellas, siempre tiene aquel cielo un místico<br />

lenguaje, y parece más que otro alguno abierto al fin sublime y descanso<br />

grandioso de las almas. No es un cielo irritado que condena; es un cielo<br />

amoroso que nos llama.<br />

El trabajo alimenta esta alegría. Un harapo es en Guatemala un extranjero,<br />

Colbert, el gran hacendista equivocado, estaría allí contento, viendo cómo<br />

en las horas de comercio pasan de tienda a tienda gruesos paquetes de dinero.<br />

Pero no es la saciedad de las arcas la fortuna que un buen ministro ha<br />

de apetecer. Llénense holgadamente para vaciarse útilmente. Créese riqueza<br />

pública, protéjase el trabajo individual; así, ocupadas las manos, anda<br />

menos inquieta la mente. La facilidad del trabajo es el principal enemigo<br />

de las revoluciones.<br />

Eso buscan, para eso entran en el ministerio de Gobernación, donde<br />

tan patriótica acogida les espera, un alemán que solicita, un francés a<br />

BIBLIOTECA AYACUCHO<br />

337

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!