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camino hacia ella, «rodeado de una luz<br />
celeste, cae al suelo, y oye una voz que<br />
le dice : «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?».<br />
Le pregunta: «¿Quién eres, señor?»<br />
Le contesta: «Yo soy a quien tú<br />
persigues, levántate, entra en la ciudad y<br />
te dirán lo que tienes que hacer» (Hch 9,<br />
4-6). Atónito, se levanta del suelo con<br />
ojos abiertos, pero sin poder ver. Le llevan<br />
de la mano a Damasco, donde estuvo<br />
tres días sin ver, ni comer ni beber.<br />
Por mandato divino, el discípulo cristiano,<br />
Ananías, le visita en la casa donde<br />
se hospeda, y le dice: «Hermano Saulo,<br />
el Señor que se te apareció en el camino<br />
que traías, me ha enviado para<br />
que recobres la vista y seas lleno del Espíritu<br />
Santo» (Hch 9, 17). Recobra inmediatamente<br />
la vista, se convierte al Cristianismo,<br />
y es bautizado, hecho que<br />
tuvo lugar el año 36 de la Era Cristiana.<br />
Desde entonces, ciertamente, Pablo<br />
será «el mayor defensor de Jesús que<br />
tendrá jamás». Empieza a enseñar y predicar<br />
en las sinagogas de Damasco, que<br />
Jesús Nazareno es el Hijo de Dios, el<br />
Mesías o Cristo, a quien los judíos esperan.<br />
Ello provoca sus iras incontenibles<br />
intentando matarlo. Regresa a Jerusalén,<br />
donde Bernabé lo presenta a<br />
los apóstoles. En esta ciudad, predica<br />
con valor y audacia el Cristianismo entre<br />
los judíos helenistas,<br />
quienes, también, intentan<br />
quitarle la vida.<br />
Vuelve a Tarso, a casa de<br />
sus padres, quienes no le<br />
reciben bien por su conversión<br />
cristiana. Regresa en<br />
compañía de Bernabé a Antioquia,<br />
ciudad donde, por<br />
primera vez, los discípulos<br />
de Jesús, son llamados<br />
«cristianos». Hasta entonces<br />
eran conocidos como «hermanos<br />
o nazarenos». En<br />
esta ciudad, durante dos<br />
años se prepara a fondo<br />
para su misión apostólica<br />
entre los gentiles.<br />
Estando en esta metrópoli,<br />
llegaron unos discípulos<br />
procedentes de Judea<br />
diciendo a los hermanos «si no os circuncidáis<br />
según la costumbre mosaica<br />
no podéis salvaros». Ello dio motivo a<br />
una gran discusión entre Pablo y Bernabé<br />
y ellos, y deciden ir a Jerusalén para<br />
resolver esta cuestión con los apóstoles<br />
y presbíteros. Reunidos los apóstoles y<br />
los presbíteros, habla Pedro y la asamblea<br />
calla; a continuación escuchan a<br />
Bernabé y a Pablo, que defienden la no<br />
circuncisión de los gentiles. Entonces, la<br />
asamblea por boca de Santiago, el hermano<br />
del Señor, acuerda no imponerles<br />
la circuncisión judía.<br />
Caballero andante, santo<br />
a pie<br />
En adelante, Pablo será, ciertamente,<br />
«el caballero andante por la vida y santo<br />
a pie por la muerte, y un trabajador incansable<br />
de la viña del Señor». Inicia sus<br />
tres viajes apostólicos de misionero trepidante,<br />
el año 45, partiendo de Jerusalén;<br />
ganándose la vida trabajando de telonero<br />
para obtener los recursos materiales<br />
para afrontar sus gastos y sacando<br />
tiempo suficiente para escribir su famosas<br />
Cartas a los Gálatas, Corintios (1.º y<br />
2.ª), Romanos y Tesalonienses (1.º y 2.º).<br />
En su primer viaje misionero, que<br />
dura del año 45 al 49, recorre Chipre<br />
—donde cambia su nombre griego de<br />
Saulo por el latino de Paulo, en castellano<br />
Pablo—. Asia Menor, Panfilia, Pisidia<br />
Licoania, Derbe, Antioquia de Pisidia,<br />
Iconio, Listres y Antioquia, regresando a<br />
Jerusalén. En su segundo viaje misionero,<br />
que dura del año 50 al 53, visita las<br />
comunidades cristianas creadas por él<br />
en Asia Menor y Galacia, recorre Filipo<br />
de Macedonia, Tesalónica, Atenas y Corinto,<br />
Efeso y Antioquia, regresando a<br />
971 Número 3.420 ■ 28 de junio de 2008<br />
Reportaje<br />
Jerusalén. En su tercer viaje misionero,<br />
que dura desde el año 53 al 58, vuelve a<br />
Efeso, Grecia, Corinto, llega a las orillas<br />
del Adriático, retrocede a las islas de<br />
Mitilene, Chíos, Samos y Rodas y Siria,<br />
regresando a Jerusalén.<br />
En Jersulén le acusan de introducir<br />
en el atrio del Templo a un incircunciso,<br />
lo que da lugar a un tumulto violento,<br />
teniendo que intervenir el tribuno romano<br />
Lisias para evitar su linchamiento.<br />
Al pretender flagelarlo, le manifiesta<br />
que es ciudadano romano. Entonces, lo<br />
envía al procurador Félix con residencia<br />
en Cesarea, quien le retiene en prisión.<br />
En septiembre del año 60, acompañado<br />
del centurión Julio, de una escolta<br />
de legionarios y de Lucas y Aristarco,<br />
emprende un largo y penoso viaje<br />
marítimo, lleno de aventuras y peripecias,<br />
desde Cesarea a Roma, arribando a<br />
las orillas de una playa italiana, en Puzol,<br />
y andando por la vía Apia, llega a<br />
Roma en la primavera del año 61.<br />
Pablo, entregado a la fuerza pretoriana<br />
y puesto bajo custodia militar, es autorizado<br />
a vivir en una casa alquilada, en la<br />
cual podía recibir visitas. En esta situación,<br />
permaneció dos años, recibiendo<br />
numerosas y diversas personas, ansiosas<br />
de verle y conocerle; entre ellas.<br />
En torno a Pablo, se agrupan una serie<br />
de fieles cristianos, entre<br />
los cuales están Lucas, autor<br />
del tercer evangelio y del<br />
libro de los Hechos de los<br />
Apóstoles; Marcos, autor<br />
del segundo evangelio; Timoteo,<br />
Aristarco, Epatras,<br />
Tíquico y otros más. Pablo,<br />
prisionero, irradiaba en sus<br />
conversaciones una fuerte<br />
personalidad y un poder<br />
enorme espiritual de hermandad<br />
cristiana.<br />
En esta situación de prisionero,<br />
escribe las Cartas,<br />
llamadas de la Cautividad, a<br />
los Efesios, Colosenses, Filipenses<br />
y Filemón. Absuelto<br />
y liberado, en el año 63,<br />
viaja a Grecia, Creta y Corinto.<br />
Ciertos autores entienden<br />
que, tal vez, pudo haber venido,<br />
en esa ocasión, a Tarraco, en la Hispania<br />
romana, dado su deseo. Detenido<br />
en Tróade, de nuevo, regresa a Roma.<br />
Escribe sus tres Cartas pastorales a Timoteo<br />
y Tito y la Carta a los Hebreos.<br />
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