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Documentación<br />
curso de vuestros debates habéis examinado<br />
algunos asuntos de interés<br />
práctico propios de las relaciones interreligiosas:<br />
la identidad de los interlocutores<br />
del diálogo, la educación religiosa<br />
en la escuela, la conversión, el<br />
proselitismo, la reciprocidad, la libertad<br />
religiosa y la función de los líderes<br />
religiosos en el seno de la sociedad.<br />
Se trata de temáticas importantes a las<br />
que los dirigentes religiosos que viven<br />
y operan en sociedades pluralistas deben<br />
prestar gran atención.<br />
Importa subrayar la necesidad de<br />
formación para quienes promueven el<br />
diálogo interreligioso, un diálogo que,<br />
para ser auténtico, debe ser un viaje<br />
de fe. ¡Cuán necesario es que sus promotores<br />
estén bien formados en su<br />
propia creencia y bien informados de<br />
las de los demás! Por eso aliento los<br />
esfuerzos del Pontificio Consejo para<br />
el Diálogo Interreligioso encaminados<br />
a organizar cursos de formación y<br />
programas de diálogo interreligioso<br />
destinados a diferentes grupos cristianos,<br />
particularmente a seminaristas y<br />
a jóvenes que estudian en centros de<br />
enseñanza superior.<br />
La colaboración interreligiosa brinda<br />
la oportunidad de expresar los<br />
más elevados ideales religiosos de<br />
cada tradición religiosa. Ayudar a los<br />
enfermos, socorrer a las víctimas de<br />
catástrofes naturales o de la violencia,<br />
asistir a los ancianos y a los pobres:<br />
he aquí algunas de las áreas en las<br />
que colaboran personas pertenecientes<br />
a diferentes religiones. Y aprovecho<br />
la presente ocasión para animar a<br />
cuantos se ven inspirados por las enseñanzas<br />
de su religión a auxiliar a los<br />
miembros dolientes de la sociedad.<br />
Queridos amigos: Al concluir ya<br />
vuestra Plenaria, os doy las gracias<br />
por la labor realizada. Os ruego que<br />
transmitáis el mensaje de buena voluntad<br />
del Sucesor de Pedro a vuestra<br />
grey cristiana y a todos nuestros hermanos<br />
de otras religiones. Y os imparto<br />
de todo corazón mi bendición<br />
apostólica como prenda de gracia y<br />
de paz en nuestro Señor y Salvador<br />
Jesucristo. ■<br />
(Original inglés procedente del archivo<br />
informático de la Santa Sede;<br />
traducción de ECCLESIA)<br />
Señor cardenal, venerados hermanos<br />
en el episcopado y en el sacerdocio,<br />
ilustres docentes:<br />
Es para mí motivo de profunda<br />
alegría reunirme con vosotros<br />
con ocasión del VI Simposio Europeo<br />
de Docentes Universitarios sobre<br />
el tema: «Ampliar los horizontes<br />
de la racionalidad. Perspectivas para la<br />
filosofía», promovido por los docentes<br />
de las universidades de Roma y organizado<br />
por la Oficina de Pastoral Universitaria<br />
del Vicariato de Roma en<br />
colaboración con las instituciones regionales,<br />
provinciales y municipales<br />
de Roma. Doy las gracias al señor cardenal<br />
Camillo Ruini y al profesor Cesare<br />
Mirabelli, que se han hecho intérpretes<br />
de vuestros sentimientos, y mi<br />
cordial bienvenida a todos los aquí<br />
presentes.<br />
En continuidad con el encuentro<br />
europeo de docentes universitarios<br />
que tuvo lugar el pasado año, vuestro<br />
Simposio afronta un tema de<br />
gran relevancia académica y cultural.<br />
Deseo expresar mi gratitud al Comité<br />
Organizador por su elección, que<br />
permite, entre otras cosas, celebrar<br />
el décimo aniversario de la publicación<br />
de la carta encíclica Fides et ratio<br />
de mi amado antecesor el Papa<br />
Juan Pablo II. Ya en aquella ocasión,<br />
cincuenta docentes de Filosofía de<br />
las universidades de Roma, tanto<br />
públicas como pontificias, manifestaron<br />
su gratitud al Papa con una<br />
declaración en la que se reiteraba la<br />
urgencia de la reactivación del estudio<br />
de la filosofía en universidades e<br />
institutos. Compartiendo dicha preocupación<br />
y alentando una provecho-<br />
32 Número 3.420 ■ 28 de junio de 2008<br />
Ampliar los horizontes<br />
de la racionalidad<br />
Discurso de Benedicto XVI a los participantes en el VI<br />
Simposio Europeo de Docentes Universitarios (7-6-2008)<br />
sa colaboración entre docentes de<br />
varias universidades romanas y europeas,<br />
deseo dirigir a los profesores<br />
de Filosofía una invitación especial<br />
a proseguir con confianza en la<br />
investigación filosófica, invirtiendo<br />
nuevas energías e implicando a las<br />
nuevas generaciones en tal empeño.<br />
Los acontecimientos que se han<br />
sucedido durante los diez años transcurridos<br />
desde la publicación de la<br />
encíclica han delineado con mayor<br />
evidencia el escenario histórico y cultural<br />
en el que la investigación filosófica<br />
está destinada a actuar. Y es que<br />
la crisis de la modernidad no es sinónimo<br />
de declive de la filosofía; antes<br />
bien, ésta debe emprender un nuevo<br />
itinerario de búsqueda para comprender<br />
la naturaleza auténtica de dicha<br />
crisis e individuar nuevas metas hacia<br />
las cuales orientarse. La modernidad<br />
bien concebida revela una «cuestión<br />
antropológica» que se presenta de<br />
manera mucho más compleja y articulada<br />
de como lo hiciera en las reflexiones<br />
filosóficas de los últimos siglos,<br />
especialmente en Europa. Sin<br />
ánimo de menoscabar los intentos realizados,<br />
mucho es lo que queda todavía<br />
por investigar y comprender. La<br />
modernidad no es un mero fenómeno<br />
cultural históricamente datado, sino<br />
que implica, en realidad, una nueva<br />
«proyectualidad», una comprensión<br />
más exacta de la naturaleza humana.<br />
No es difícil encontrar en escritos de<br />
autorizados pensadores contemporáneos<br />
una reflexión desapasionada sobre<br />
las dificultades que se oponen a la<br />
solución de tan prolongada crisis. La<br />
apertura de crédito a las religiones y<br />
especialmente al cristianismo pro-<br />
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