Cash Luna – En Honor al Espiritu Santo - Ondas del Reino
Cash Luna – En Honor al Espiritu Santo - Ondas del Reino
Cash Luna – En Honor al Espiritu Santo - Ondas del Reino
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
UN ABISMO LLAMA A OTRO ABISMO<br />
un robot, sin cuestionar ni dudar una sola de sus órdenes.<br />
Ser un tot<strong>al</strong> esclavo de Jesús y su Espíritu, aunque hijo y<br />
heredero, pero esclavo.<br />
La única petición en mi interior era: «Más de ti y menos<br />
de mí, Señor». Le pregunté <strong>al</strong> Espíritu <strong>Santo</strong> qué me<br />
sucedía y por qué me sentía más vacío que nunca. <strong>En</strong> ese<br />
momento él trajo a mi mente el S<strong>al</strong>mo 42:7, que dice: «Un<br />
abismo llama a otro abismo en el rugir de tus cascadas;<br />
todas tus ondas y tus olas se han precipitado sobre mí». Allí<br />
estaba la respuesta a lo que me pasaba. Un abismo llamaba<br />
a otro para que se pusiera justo debajo de sus cascadas<br />
y fuera lleno.<br />
La noche que mi esposa y yo nos hundimos en la<br />
cama por la visitación de su presencia, el abismo <strong>del</strong> «deseo<br />
de la unción» fue lleno. Durante once años oré pidiéndole<br />
por lo menos una gota de su unción para saciarme.<br />
Al tener su poder sobre nosotros, ese abismo de «desear<br />
la unción» había sido lleno y llamó a otro abismo que era<br />
el iideseo de ser usado con poder». <strong>En</strong> el momento que<br />
este segundo abismo fue lleno, de inmediato llamó a un<br />
tercero que era el de «querer ser tot<strong>al</strong>mente obediente a<br />
Dios, no hacer mi voluntad sino la suya».<br />
<strong>En</strong>tonces comprendí que en aquel restaurante gemía<br />
por obedecerle en todo. Clamaba por ir a donde él me llevara,<br />
no a donde yo quisiera ir. Anhelaba decir solamente<br />
lo que me ordenara. Ansiaba aplicar esa misma obediencia<br />
en todas las áreas de mi vida, familia y ministerio.<br />
Repetía una y otra vez: «Un abismo llama a otro abismo<br />
en el rugir de tus cascadas».<br />
Cuando uno de tus abismos se llena por la cascada <strong>del</strong><br />
Espíritu, va y busca en tu interior otro abismo que esté<br />
vacío, y lo llama para que se ponga debajo de la misma<br />
87