REVISTA CINECLUB UNED:Maquetación 1

quiso rendir a Wladislaw Szpilman –el pianista del
título– reuniendo una colección de piezas para
piano que simbolizan todo lo humano que hay en
la extraordinaria película de Polanski, incluidos el
ansia de libertad y la revolución contra la barbarie
–la música de Chopin, como tantas otras cosas
bellas que enriquecen el espíritu, estuvo prohibida
en Polonia durante muchos años–.
Polanski cambió de registro en su siguiente película,
mucho más amable y, de hecho, familiar.
Buscando la calidez y emotividad propia de una
historia como Oliver Twist (2005), la encantadora
compositora británica Rachel Portman (1960) fue
requerida para la ocasión. Su partitura, como
viene siendo habitual en ella desde que empezara
a componer a mediados de los 80, es elegante,
melódica, clásica y con un inconfundible tono de
opereta que se ajusta perfectamente al universo
de Charles Dickens. Para su próxima película, que
ya se ha anunciado como un intenso thriller titulado
The ghost (2010), Roman Polanski puede sorprendernos
al elegir a su compositor. Aunque en
vista de los antecedentes podemos esperar tranquilos.
Ya eche mano de algún viejo conocido o se
atreva a probar nuevos talentos, lo que sí es seguro
es que decidirá con el buen gusto y sensibilidad
que le caracterizan. Como despedida, nada
mejor que sus propias palabras: “La música juega
un papel tremendamente importante en mi vida, y la
mayoría de mis películas tienen algo que ver con ella.
Me habría encantado ser músico. Creo que la satisfacción
y la alegría que se pueden sentir interpretando
música, probablemente no se equiparen a
ninguna otra cosa”.
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