You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
18<br />
dose por analogía los artículos 1526 y 1527<br />
<strong>del</strong> Código Civil), no siendo necesaria la notificación<br />
al deudor para constituir la prenda.<br />
La jurisprudencia <strong>del</strong> Tribunal Supremo, por su<br />
parte, ha ido evolucionando hasta llegar a la situación<br />
actual en al que parece consolidada la configuración<br />
jurisprudencial de la prenda de créditos como<br />
cesión limitada <strong>del</strong> derecho de crédito, que se construye<br />
principalmente a partir de las Sentencias de<br />
19.04.1997 14 (RJ 1997/3429) y 7.10.1997 15 (RJ 1997/<br />
7101) y 1.11.1999 (RJ 1999/9046), 12.12.2002 16 (RJ<br />
2003/305), 10.03.2004 17 (RJ 2004\1821).<br />
En definitiva, el Tribunal Supremo ha venido a<br />
acoger que “la constitución de una prenda de crédito<br />
[que] puede comprender una cesión de dicho<br />
crédito y [que] se puede construir -como admite<br />
doctrina científica moderna- a través <strong>del</strong> mecanismo<br />
de la cesión” (STS 12.12.2002, RJ 2003/305).<br />
En la actualidad, como es sabido, la Ley Concursal<br />
recoge su el art. 90.1.6º, como créditos con privilegio<br />
especial, «Los créditos garantizados con<br />
prenda constituida en documento público, sobre los<br />
bienes o derechos pignorados que estén en posesión<br />
<strong>del</strong> acreedor o de un tercero. Si se tratare de prenda<br />
de créditos, bastará con que conste en documento<br />
con fecha fehaciente para gozar de privilegio sobre<br />
los créditos pignorados.»<br />
Se consolida así, tanto legal como jurisprudencialmente,<br />
la concepción propugnada por el sector<br />
doctrinal encabezado por PANTALEON PRIETO: el<br />
principio causalista que rige en nuestro Derecho impide<br />
que se produzca la cesión plena de un crédito<br />
con finalidad de garantías “si la finalidad económica<br />
que las partes pretenden conseguir con la “cesión”<br />
es la garantía de un crédito <strong>del</strong> “cesionario” con el<br />
“cedente”(o, menos frecuente, contra un tercero),<br />
por más que manifiesten su concorde voluntad de<br />
que, a los efectos de terceros, se transmita plenamente<br />
de uno a otro la titularidad <strong>del</strong> derecho de<br />
crédito, tal transmisión plenamente no se producirá.<br />
Quedará constituida simplemente una, así llamada,<br />
“prenda <strong>del</strong> crédito”. Esto es (…) se producirá un<br />
desgajamiento y transmisión al “cesionario” de determinadas<br />
facultades integrantes <strong>del</strong> crédito “cedido”,<br />
cuyo contenido quedará distribuido entre “cedente”<br />
y “cesionario””. 18<br />
Inmediatamente se plantea la cuestión de la forma<br />
de la cesión y de si es o no necesaria la notificación<br />
al deudor cedido como requisito para la exis-<br />
tencia o la válida constitución de la cesión-pignoración.<br />
Actualmente tales cuestiones resultan resueltas<br />
en el art. 90.1.6º LC, a tenor <strong>del</strong> cual “bastará con<br />
que conste en documento con fecha fehaciente para<br />
gozar de privilegio sobre los créditos pignorados”,<br />
sin que la notificación al deudor sea requisito constitutivo<br />
o de validez de la cesión-pignoración (aunque,<br />
obviamente, sin perjuicio de que el deudor no<br />
notificado de la cesión resulte liberado si paga de<br />
buena fe al cedente, art. 1527 CC) y sin que sea necesaria<br />
tampoco su constitución en documento público,<br />
bastando que conste en documento privado<br />
con fecha cierta, lo cual no es sino una concreción<br />
de lo establecido en el art. 1526 CC para la cesión<br />
de créditos (“La cesión de un crédito, derecho o acción<br />
no surtirá efecto contra tercero sino desde que<br />
su fecha deba tenerse por cierta en conformidad a<br />
los artículos 1218 y 1227.”)<br />
Así lo entienden las sentencias dictadas por los<br />
Juzgados de lo Mercantil en aplicación <strong>del</strong> citado<br />
artículo 90.1.6º LC, entre las que podemos destacar<br />
la Sentencia JM-1 Madrid 16.10.2006 19 (Incidente<br />
Concursal 643/2005), que califica como acreedor<br />
pignoraticio al Banco titular de una cesión en garantía,<br />
que equipara a la pignoración, así como la Sentencia<br />
JM-1 Las Palmas 15.09.2005 20 (Incidente<br />
Concursal 54/2005) y las Sentencias JM-1 Murcia<br />
04.04.2006 21 (Incidente Concursal 25/2006) y<br />
29.11.2006 (Incidente Concursal 151/2006), de las<br />
que resulta que ni el documento público ni la notificación<br />
al deudor son requisitos de validez de la<br />
prenda, que nace válida frente a terceros desde que<br />
existe consentimiento por parte <strong>del</strong> cedente-pignorante<br />
y el cesionario-acreedor-pignoraticio y consta<br />
en documento privado con fecha cierta.<br />
Obviamente, procederá reconocer el crédito como<br />
pignoraticio dotado <strong>del</strong> privilegio especial <strong>del</strong><br />
art. 90.1.6º con independencia de cual sea el nomen<br />
iuris que las partes hayan expresado en la documentación<br />
contractual, si de la realidad <strong>del</strong> negocio<br />
concertado resulta que se ha pactado una cesión<br />
o transmisión <strong>del</strong> crédito con función de garantía, ya<br />
se autocalifique como prenda o como cesión o como<br />
cesión en garantía o de otro modo.<br />
4.2 Otras cuestiones relevantes<br />
Más allá de la escueta y reciente regulación legal<br />
de la prenda de créditos, entendida como cesión de<br />
créditos en garantía, aparecen muy diversos aspectos<br />
relevantes a considerar. Nos limitaremos aquí a<br />
enunciar o esbozar alguno de ellos.