Navarrete, La vida cotidiana de los mayas - Histomesoamericana
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<strong>La</strong> siembra se hace en la actualidad con un palo con punta <strong>de</strong><br />
metal, y ya no con una punta <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra endurecida al fuego,<br />
pero se utiliza la misma bolsa y <strong>los</strong> cinco o seis granos <strong>de</strong> maíz<br />
se acompañan <strong>de</strong> semillas <strong>de</strong> frijol y calabaza (como seguramente<br />
se hacía entonces, aunque no lo mencione <strong>La</strong>nda). Se <strong>de</strong>be<br />
<strong>de</strong>jar un espacio <strong>de</strong> un paso entre cada agujero para permitir<br />
que las plantas <strong>de</strong> maíz puedan exten<strong>de</strong>r sus hojas sin hacerse<br />
sombra. Este espacio libre será aprovechado por la calabaza y<br />
el frijol que son plantas rastreras.<br />
Es importante que las nuevas plantas <strong>de</strong> maíz echen raíces<br />
fuertes, para que no sean <strong>de</strong>rribadas por <strong>los</strong> vientos. Por ello,<br />
<strong>los</strong> zinacantecos <strong>de</strong> las tierras altas <strong>de</strong> Chiapas amarran patas ac<br />
pollo a las bolsas en que cargan <strong>los</strong> granos <strong>de</strong> maíz que van a<br />
sembrar y así aseguran que las plantas tengan pies fuertes.<br />
Igualmente evitan comer caracoles <strong>de</strong> río durante la siembra,<br />
pues sus conchas parecen semillas <strong>de</strong> maíz sin raíces.<br />
En Yucatán, la siembra es acompañada <strong>de</strong> importantes rituales<br />
en honor <strong>de</strong> <strong>los</strong> dioses <strong>de</strong> la lluvia, <strong>los</strong> chaacob, encargados<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>rramar el agua <strong>de</strong> lluvia <strong>de</strong> las jicaras en que se<br />
guarda en el cielo. Los agricultores cruzob erigen un altar en su<br />
milpa y durante siete días colocan en él siete vasos <strong>de</strong> zacá endulzado<br />
con miel al tiempo que rezan seis veces las seis plegarias<br />
cristianas más importantes. Finalmente, al octavo día aña<strong>de</strong>n<br />
al zacá siete paquetes <strong>de</strong> 13 tortillas y 7 jicaras con carne<br />
guisada o frijol frito. Según el h-men (chamán <strong>de</strong> la comunidad),<br />
la ofrenda es recibida por el principal <strong>de</strong> <strong>los</strong> dioses <strong>de</strong> la<br />
lluvia quien la reparte a <strong>los</strong> dioses subordinados. Los cruzob están<br />
convencidos <strong>de</strong> que si no recibieran esta ofrenda <strong>los</strong> chaacob<br />
<strong>de</strong>jarían <strong>de</strong> verter el agua <strong>de</strong> sus jicaras sobre la milpa <strong>de</strong>l<br />
agricultor, y todos conocen casos <strong>de</strong> milpas que se quedaron sin<br />
recibir una gota <strong>de</strong> lluvia mientras sus vecinas eran regadas<br />
abundantemente.<br />
Los dioses <strong>de</strong> la lluvia son criaturas caprichosas y juguetonas<br />
que gustan <strong>de</strong> poner en aprietos a <strong>los</strong> agricultores. Según<br />
22<br />
<strong>los</strong> lacandones <strong>de</strong> la selva chiapaneca, Kulel es el encargado <strong>de</strong><br />
avisar a Nuestro Padre cuando <strong>los</strong> hombres empiezan a quemar<br />
sus milpas antes <strong>de</strong> sembrar, para que él man<strong>de</strong> la lluvia. Sin<br />
embargo, Kulel es muy bromista y a veces cuando <strong>los</strong> hombres<br />
queman unas cuantas malas hierbas o un poco <strong>de</strong> basura le<br />
muestra el humo a Nuestro Padre y lo convence <strong>de</strong> que ha llegado<br />
el tiempo <strong>de</strong> la siembra. Entonces caen lluvias tempranas<br />
que hacen imposible quemar la maleza <strong>de</strong>smontada en las<br />
milpas.<br />
<strong>La</strong> lluvia no la hace Nuestro Padre, sino Mensabak, un dios<br />
que vive en una cueva al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> un lago. Mensabak recoge en<br />
una hermosa vasija todo el humo <strong>de</strong>l incienso que queman <strong>los</strong><br />
hombres y lo convierte en un hollín muy negro. Después toma<br />
una pluma <strong>de</strong> perico y otra <strong>de</strong> guacamaya roja y las sumerge en<br />
él. Al agitar las plumas, el hollín se convierte en las nubes que<br />
traen las lluvias. Pero Mensabak es tan bromista como Kulel y<br />
cuando Nuestro Padre manda pedirle hollín, suele respon<strong>de</strong>r:<br />
—¿Cuánto quieres? Hay hollín a montones. Hay para las lluvias<br />
que harán salir hojas a <strong>los</strong> árboles, para las que harán finalizar la<br />
estación seca; hay para las que harán crecer las mazorcas <strong>de</strong><br />
maíz, hay para las lluvias que inundarán todo.<br />
Y mientras habla va recogiendo el hollín en una jicara inmensa.<br />
Por suerte, Nuestro Padre conoce sus engaños y le pi<strong>de</strong> apenas<br />
la suficiente para hacer germinar las plantas y crecer el maíz.<br />
Entonces es tarea <strong>de</strong> otro enviado <strong>de</strong> Nuestro Padre, llamado<br />
Soob, vigilar las milpas. Él inspecciona las plantas <strong>de</strong><br />
maíz y si las ve pequeñas va con Nuestro Padre y le pi<strong>de</strong> más<br />
lluvias. Cuando llega el momento en que <strong>los</strong> agricultores doblan<br />
las mazorcas bien maduras para que empiecen a secarse,<br />
Soob <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> pedir las lluvias y empieza la temporada <strong>de</strong> secas. 3<br />
En caso <strong>de</strong> que las lluvias se retrasen, lo que suce<strong>de</strong> con frecuencia<br />
en Yucatán, <strong>los</strong> cruzob y otros <strong>mayas</strong> <strong>de</strong> la región rea-<br />
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