Navarrete, La vida cotidiana de los mayas - Histomesoamericana

niñas se visten a la manera tradicional de su comunidad mientras
que los niños suelen usar ropa de tipo occidental.
En todo caso, la disciplina a la que se somete a los niños es
relajada y no son frecuentes los castigos corporales. Los padres
suelen ser pacientes y afectuosos con sus hijos. Por ello la mayoría
de los adultos recuerdan su infancia como un tiempo feliz
y libre de preocupaciones.
La vida de los niños yucatecos en el siglo xvi no era muy
diferente, según la descripción de Landa:
Criábanse los dos primeros años a maravilla lindos y gordos.
Después, con el continuo bañarlos las madres y los soles se
hacían morenos; pero eran todo el tiempo de la niñez bonicos y
traviesos, que nunca paraban de andar con arcos y flechas y
jugando unos con otros y así se criaban hasta que comenzaban
a seguir el modo de vivir de los mancebos y tenerse en su
manera en más y dejar las cosas de niños/
El caso del chamula Juan Pérez Jolote es excepcional pues su
padre lo obligó a ayudarlo en el trabajo de la milpa desde muy
pequeño, cuando ni siquiera era capaz de cargar el azadón, y
además lo golpeaba sin compasión. Por eso se vio forzado a huir
de la casa y a arrimarse con varias familias zinacantecas donde
no lo pudieran encontrar.
Desde pequeños los niños deben aceptar la autoridad de sus
hermanos mayores, a la vez que éstos deben resignarse a ser
desplazados por los más pequeños en el afecto de los padres.
Por ello la relación fraternal es difícil, como en todas las sociedades,
y existen varios mitos que narran conflictos entre los
hermanos mayores y los menores.
Los choies del estado de Chiapas, por ejemplo cuentan la
historia de los hermanos Askun e Ijtzin. Ch'ujna, una mujer
muy poderosa vivía a principios de los tiempos con su hijo Askun,
quien la cuidaba y la protegía. Un día Askun sospechó que
su madre tenía otro hijo y que se lo ocultaba por temor a que le
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hiciera daño. Preguntó tantas veces a su madre que finalmente
ella tuvo que admitir la verdad y le presentó a Ijtzin. Su hermanito
era hermoso y tenía mejor pensamiento y mejor corazón
que él. Por eso, desde ese momento Askun se llenó de celos y
sólo pensó en matarlo. Cuando Ijtzin tenía edad suficiente para
trabajar, Askun lo llevó con él al bosque y lo puso a desmontar
la milpa. Como era una tarea muy dura, el pequeño no la pudo
realizar y entonces su hermano mayor lo golpeó con una rama
de ch 'ib hasta matarlo. Regresó a su casa y juró a su madre que
el pequeño se había quedado jugando en el bosque. Cuál no sería
su sorpresa cuando poco después regreso Ijtzin con una rama
de ch 'ib llena de frutas.
Otro día Askun construyó una trampa con piedras muy pesadas
para capturar animales y le pidió a su hermanito que colocara
el cebo. Ijtzin no tenía malicia en su corazón y se metió
en la trampa. Cuando colocó la carnada, las piedras le cayeron
encima de él y lo mataron. Askun regresó a su casa y mintió a
su madre diciendo que el pequeño se había quedado cazando.
Para su decepción, al rato regresó Ijtzin con un delicioso tepezcuintle
para la cena.
Poco después llevó Askun a Ijtzin a pescar. Cuando estuvieron
en la orilla del río se convirtió en fiera, lo mató y lo descuartizó
en pedazos muy pequeños. Para que no reviviera jamás
aventó los pedazos al agua donde los devoraron los peces.
"¡Ahora sí he terminado con Ijtzin!", pensaba, "¡que se pudra
en el vientre de los peces!" Regresó feliz a casa pero ahí encontró
a su hermano que había traído un pescado para la cena.
Otro día Askun invitó a su hermano menor a comer miel a
una colmena que había encontrado en un inmenso árbol en el
bosque. Cuando llegaron a él, Ijtzin propuso que lo derribaran
juntos pero Askun lo convenció de que mejor él bajaría la colmena.
Una vez arriba Askun llegó empezó a devorar él solo la
miel. Cuando Ijtzin le pidió que lo convidara, el hermano mayor
sólo le aventó una bola de cera a la cabeza para lastimarlo.
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