Navarrete, La vida cotidiana de los mayas - Histomesoamericana
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nio "a <strong>los</strong> pies <strong>de</strong> San Juan". Pero las consi<strong>de</strong>raciones no son<br />
únicamente económicas: el matrimonio oficial significa también<br />
la aceptación <strong>de</strong> las tradiciones <strong>de</strong> la comunidad y el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong><br />
incorporarse a ellas. Cada vez que una pareja se casa a <strong>los</strong> pies<br />
<strong>de</strong>l santo, la autoridad <strong>de</strong> la generación mayor, y <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres<br />
en general, se confirma y se refuerza. En cambio, cada vez<br />
que hay un trato ta juera triunfa la voluntad juvenil, o incluso<br />
femenina si fue la mujer la que tomó la iniciativa.<br />
El joven sopesa estos factores económicos y culturales y toma<br />
su <strong>de</strong>cisión. En el caso <strong>de</strong> Juan Pérez Jolote, quien acababa<br />
<strong>de</strong> regresar al pueblo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muchos años <strong>de</strong> ausencia, realizar<br />
una petición oficial era una manera <strong>de</strong> reintegrarse a la comunidad<br />
y volver a adquirir su i<strong>de</strong>ntidad chamula.<br />
<strong>La</strong>s mujeres, en cambio, saben que su <strong>vida</strong> como nueras jóvenes<br />
en la casa <strong>de</strong> su esposo será muy difícil y que las parejas<br />
jóvenes son las que más penurias pasan, pues <strong>de</strong>ben mantener<br />
hijos que aún no son capaces <strong>de</strong> ayudar y a<strong>de</strong>más contribuir a<br />
la manutención <strong>de</strong> <strong>los</strong> viejos <strong>de</strong> la familia. A<strong>de</strong>más temen que<br />
su esposo resulte borracho o golpeador. Sin embargo, están<br />
conscientes que tendrán que casarse tar<strong>de</strong> o temprano, por presión<br />
<strong>de</strong> sus pretendientes y <strong>de</strong> sus propios padres, y se fijan cuidadosamente<br />
en <strong>los</strong> jóvenes solteros. Los que tienen fama <strong>de</strong> laboriosos<br />
y tranqui<strong>los</strong> son <strong>los</strong> más <strong>de</strong>seados por las mujeres pero,<br />
<strong>de</strong>sgraciadamente, no es mucho lo que ellas puedan hacer para<br />
llamar su atención y <strong>de</strong>ben confiar en su suerte y su atractivo.<br />
<strong>La</strong> <strong>vida</strong> <strong>de</strong> casados<br />
<strong>La</strong>s parejas yucatecas cuentan que hace muchos años un joven<br />
se casó con la hija <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres más ricos <strong>de</strong> un pueblo<br />
vecino. Para impresionar a su esposa y a sus nuevos parientes,<br />
salió a cortar leña la primera mañana que estuvo en su casa.<br />
Entonces, en el pueblo <strong>de</strong> su esposa, la gente antigua cortaba<br />
veinte cargas <strong>de</strong> leña y sólo silbaban y la leña venía sola —cuen-<br />
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ta el esposo—. Pero cuando fue a cumplir con su trabajo <strong>de</strong><br />
esposo, el muchacho dijo con arrogancia:<br />
—¿Cómo la haré ver que soy un hombre? ¿Acaso no es para<br />
eso que estoy haciendo mi trabajo <strong>de</strong> esposo? ,<br />
Por eso cuando encontró la leña, cuando terminó <strong>de</strong> cortar,<br />
la cargó <strong>de</strong> regreso.<br />
Lo mismo sucedió con la mujer—secunda la esposa:<br />
—¿Cómo lo haré ver que soy una mujer? —se preguntó con<br />
arrogancia y puso a remojar dos ki<strong>los</strong> <strong>de</strong> maíz.<br />
Anteriormente, cuando se hacía el nixtamal se usaba sólo<br />
media mazorca. Se tomaba una mazorca <strong>de</strong>l sagrado maíz, se<br />
cortaba a la mitad y con ella se hacía nixtamal suficiente para<br />
que cenaran seis u ocho personas. Pero ella puso a remojar dos<br />
ki<strong>los</strong>, molió dos ki<strong>los</strong>.<br />
Así sucedió, así fue como el yerno arruinó el pueblo —concluyen<br />
<strong>los</strong> dos a coro—. Así son las cosas ahora. Hoy pa<strong>de</strong>cemos.<br />
¡Cuando vamos por leña tenemos que cargarla! Pero<br />
antes bastaba con silbar... antes era mejor. Pero él era tan listo<br />
y tan valiente que cargó la leña. Y la nuera hizo nixtamal con<br />
dos ki<strong>los</strong>. Ahora las cosas no son tan buenas. 20<br />
Según el i<strong>de</strong>al maya, el hombre <strong>de</strong>be ser fuerte y trabajador y<br />
hacer todo lo necesario para alimentar y satisfacer las necesida<strong>de</strong>s<br />
materiales <strong>de</strong> su esposa y sus hijos. <strong>La</strong> mujer, por su parte,<br />
<strong>de</strong>be cocinar, hilar y tejer y cuidar a <strong>los</strong> niños con diligencia y<br />
obe<strong>de</strong>cer y aten<strong>de</strong>r a su esposo.<br />
Este relato reconoce, con sabia ironía, que el i<strong>de</strong>al es difícil<br />
<strong>de</strong> cumplir. <strong>La</strong> lucha por la subsistencia es dura. Si el hombre<br />
es "milpero" <strong>de</strong> tiempo completo, la cosecha <strong>de</strong> maíz está sujeta<br />
a <strong>los</strong> azares <strong>de</strong> las lluvias y siempre se corre el riesgo <strong>de</strong> que<br />
una granizada o una plaga termine con ella. Si la milpa no le da<br />
suficiente para alimentar a su familia se verá forzado a buscar<br />
otro trabajo, generalmente muy mal pagado. A<strong>de</strong>más, el hombre<br />
casado <strong>de</strong>be cargar con la responsabilidad <strong>de</strong> ayudar a mantener<br />
a sus padres ya mayores y <strong>de</strong> cumplir con <strong>los</strong> impuestos<br />
o tributos exigidos por el gobierno en turno.<br />
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