Navarrete, La vida cotidiana de los mayas - Histomesoamericana

Luego me dijo a mí:
—Ya oíste lo que dijimos entre todos. No esperes que
devolvamos tu dinero, si algún día le llegas a pegar a mi hija; ya
sabes lo que dijimos.
—No tenga cuidado, papacito; no tenga cuidado, mamacita
—yo me inclinaba frente a ellos y frente a cada uno de sus
parientes para que me tocaran la cabeza con su mano; ellos lo
hacían y aceptaban así mi demostración de respeto. 17
La nueva pareja duerme en la misma habitación que la familia
de la novia, por lo que el matrimonio nunca es consumado en
la noche de la boda y muchas veces los recién casados deben
esperar hasta mudarse a la casa de los papas del novio. También
sucede que el novio parta casi inmediatamente a trabajar en las
fincas a desquitar el dinero que le fue adelantado para pagar la
boda, como tuvo que hacerlo Juan Pérez Jolote.
Generalmente la situación cambia cuando la nueva pareja deja
la casa de la familia de la novia y se muda a la del novio. Ahí
permanecerán hasta que puedan construir su propia casa, muy
frecuentemente al lado de la casa paterna.
Con este cambio le toca sufrir a la mujer, pues debe subordinarse
a sus nuevos parientes y debe aprender a realizar sus labores
según las costumbres de la nueva casa. Es frecuente que
la suegra, que alguna vez estuvo en la misma situación que ella,
sea particularmente hostil y descargue la mayor cantidad posible
de trabajo en su nueva nuera.
Con el tiempo, los vínculos de la mujer con su familia se
irán debilitando, hasta desaparecer virtualmente tras la muerte
de sus padres, y terminará por integrarse a la familia de su esposo,
sobre todo a través de sus hijos que pertenecerán completamente
al linaje paterno.
Ésta es la boda chamula "ideal" pues no es raro que las parejas
se junten de otras maneras, mediante los llamados trato tajue-
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ra, tratos por fuera. Una mujer puede huir con su novio e instalarse
lejos de su aldea, lo que es considerado una grave afrenta
para su padre. También puede ser "robada" por un hombre un
día que sale a buscar agua y luego el "ladrón" puede presentarse
a negociar algún tipo de arreglo con su padre. Es frecuente que
éste lo acepte para tratar de legitimar de alguna manera una situación
que le provoca vergüenza. Muchas veces el robo se hace
con la aprobación de la mujer, pero ella siempre debe fingir
resistencia, pues si su padre se llega a enterar que estuvo de acuerdo
le pueda dar una buena golpiza en castigo a su desobediencia.
El padre hace el siguiente reproche a la hija que se escapó:
¿Por qué lo hiciste?
¿Por qué no dijiste nada?
¿Cómo lo puedes explicar?
¿Es porque no soy tu padre?
¿Es porque te criaste tú sola?
¿Es porque te has mantenido sola todo este tiempo?
¿Es por eso que decidiste escapar con un hombre?
¿Acaso no creciste con mi maíz?
¿Acaso no creciste con mis frijoles?
¿Es porque no obedeces a nadie?
¿Es porque ya no tengo lugar en tu corazón? 18
Un trato ta juera es muy peligroso para las mujeres porque no
pueden contar con la protección de su padre contra cualquier
abuso de su marido y además, en caso de que se malogre su
unión, corren el riesgo de que su familia no las acepte de vuelta
en su casa. De ahí que las parejas huidas hagan todo lo posible
por conquistar la aceptación del padre agraviado, y oficializar
su matrimonio.
En cada matrimonio entran enjuego muchas fuerzas e intereses.
La pareja es la unidad fundamental de producción y supervi-
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