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Navarrete, La vida cotidiana de los mayas - Histomesoamericana

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En el siglo XVl <strong>los</strong> mancebos yucatecos vivían en una casa<br />

aparte <strong>de</strong> sus familias:<br />

[...] usaban tener en cada pueblo una casa gran<strong>de</strong> y encalada,<br />

abierta por todas partes, en la cual se juntaban <strong>los</strong> mozos para<br />

sus pasatiempos. Jugaban a la pelota y a un juego [...] como a <strong>los</strong><br />

dados, y a otros muchos. Dormían aquí todos juntos casi<br />

siempre, hasta que se casaban 9 .<br />

Es muy probable que su <strong>vida</strong> no fuera tan <strong>de</strong>senfadada como la<br />

pinta <strong>La</strong>nda y que <strong>los</strong> señores <strong>de</strong> la comunidad dispusieran <strong>de</strong><br />

su trabajo para la guerra y las labores comunales. A<strong>de</strong>más, seguramente<br />

<strong>de</strong>bían continuar cooperando con sus familiares.<br />

Entre <strong>los</strong> nahuas, las casas <strong>de</strong> <strong>los</strong> muchachos, telpochcalli,<br />

eran escuelas y aca<strong>de</strong>mias militares que servían para controlar<br />

el comportamiento <strong>de</strong> <strong>los</strong> jóvenes y organizar su trabajo. Junto<br />

a estas instituciones, <strong>de</strong>dicadas a <strong>los</strong> plebeyos, existían otras más,<br />

<strong>los</strong> calmecac, o casas <strong>de</strong> linajes, en que <strong>los</strong> hijos <strong>de</strong> <strong>los</strong> nobles<br />

recibían una educación mucho más esmerada y eran sometidos<br />

a una disciplina militar y religiosa más estricta. Es probable que<br />

en las socieda<strong>de</strong>s <strong>mayas</strong> también <strong>los</strong> hijos <strong>de</strong> <strong>los</strong> nobles recibieran<br />

una educación claramente diferente a la <strong>de</strong> <strong>los</strong> plebeyos y<br />

que aprendieran a leer y escribir la escritura jeroglífica, así como<br />

a manejar <strong>los</strong> complejos calendarios y sus almanaques.<br />

<strong>La</strong> segregación <strong>de</strong> hombres y mujeres y la estricta vigilancia<br />

sobre éstas, provoca a <strong>los</strong> muchachos el problema <strong>de</strong> cómo<br />

satisfacer <strong>los</strong> impulsos y necesida<strong>de</strong>s sexuales. <strong>La</strong>nda <strong>de</strong>scribió<br />

la siguiente solución:<br />

Y dado que he oído que en otras partes <strong>de</strong> las Indias usaban en<br />

tales casas <strong>de</strong>l nefando pecado [la homosexualidad], en esta<br />

tierra no he entendido que hiciesen tal, ni creo lo hacían porque<br />

<strong>los</strong> allegados <strong>de</strong> esta pestilencial miseria dicen que no son<br />

amigos <strong>de</strong> mujeres como eran éstos, que a esos lugares llevaban<br />

a las malas mujeres públicas y en el<strong>los</strong> usaban <strong>de</strong> ellas, y las<br />

pobres que entre esta gente acertaban a tener este oficio, no<br />

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obstante que recibían <strong>de</strong> el<strong>los</strong> galardón, eran tantos <strong>los</strong> mozos<br />

que a ellas acudían, que las traían acosadas y muertas. 10<br />

Para alivio <strong>de</strong>l obispo, <strong>los</strong> <strong>mayas</strong> no incurrían en la homosexualidad<br />

y sí recurrían a la prostitución, solución <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego preferible<br />

a atentar contra la virginidad <strong>de</strong> las doncellas. Su argumento,<br />

sin embargo, es en<strong>de</strong>ble pues parte <strong>de</strong> la premisa <strong>de</strong> que<br />

aquel<strong>los</strong> que gustan <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres no gustan <strong>de</strong> las mujeres y<br />

viceversa. En San Juan Chamula, en la actualidad, <strong>los</strong> adolescentes<br />

y <strong>los</strong> hombres recién casados persiguen a cuanta muchacha<br />

se les pone enfrente, pero al mismo tiempo <strong>de</strong>sarrollan muy<br />

estrechas amista<strong>de</strong>s entre sí, y no es mal visto que bailen juntos,<br />

se abracen y se tomen <strong>de</strong> las manos en público o que pasen el<br />

tiempo haciendo juegos <strong>de</strong> palabras con alusiones sexuales y<br />

homosexuales.<br />

<strong>La</strong> energía sexual masculina tenía una manifestación muy<br />

concreta y muy visible, en <strong>los</strong> gran<strong>de</strong>s fa<strong>los</strong> d^ piedra, algunos<br />

<strong>de</strong> hasta 2 metros <strong>de</strong> alto, que adornaban las plazas <strong>de</strong> muchos<br />

centros ceremoniales <strong>mayas</strong> prehispánicos. Los jóvenes yucatecos<br />

<strong>de</strong>l siglo xvi se preocupaban tanto por su aspecto físico como<br />

las mujeres. Entre el<strong>los</strong>, la <strong>de</strong>coración corporal estaba vinculada<br />

a<strong>de</strong>más con la valentía viril:<br />

<strong>La</strong>brábanse <strong>los</strong> cuerpos y cuanto más, tanto más valientes y<br />

bravos se tenían, porque el labrarse era gran tormento. Y era <strong>de</strong><br />

esta manera: <strong>los</strong> oficiales <strong>de</strong> ello labraban la parte que querían<br />

con tinta y <strong>de</strong>spués sajábanle <strong>de</strong>licadamente las pinturas y así,<br />

con la sangre y tinta, quedaban en el cuerpo las señales; y que se<br />

labraban poco a poco por el gran<strong>de</strong> tormento que era, y también<br />

<strong>de</strong>spués se ponían ma<strong>los</strong> que se les enconaban las labores y<br />

supurábanse y que con todo esto se mofaban <strong>de</strong> <strong>los</strong> que no se<br />

labraban. "<br />

En tiempos prehispánicos, el joven dios <strong>de</strong>l maíz con su cabeza<br />

alargada y sus finas facciones encamaba el i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> belleza<br />

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