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Amor total a Cristo - Revelaciones Marianas

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su habitación otra carta, supuestamente de padre Germán, donde<br />

decía que abandonase a Gema, porque había recibido luces del<br />

venerable (Gabriel) y que todo era hipocresía. Que se lo dijese a<br />

Monseñor para que le quitase la comunión y que le dijera (a<br />

Cecilia) que la echase de casa 64 . Felizmente, se pudo descubrir el<br />

engaño diabólico, lo que aseguró más al padre Pedro Pablo y al<br />

padre Germán sobre la autenticidad de los fenómenos extraordinarios.<br />

ÚLTIMA BATALLA Y MUERTE<br />

Jesús amaba tanto a Gema que quería purificarla en este<br />

mundo hasta el máximo para que ya aquí en la tierra fuera su<br />

esposa de sangre, crucificada con Él. Por eso, entre momentos de<br />

éxtasis y de plena felicidad, Jesús la seguía purificando. Ella nos<br />

dice: Una mañana, después de recibir la comunión, me pareció que<br />

Jesús me decía estas palabras: “Ya tu confesor ha debido darse<br />

cuenta de que yo quiero hacerte pasar por todos los estados de la<br />

vida mística. Ya ha transcurrido la primera parte de tu vida. Al<br />

presente, nos hallamos al final del dolor amoroso. Y seguirá el<br />

amor doloroso y, por fin, la noche oscura. Esta será la segunda y<br />

última parte de tu vida. Al final de la misma, hija mía, te llevaré al<br />

cielo 65 .<br />

Son tiempos difíciles para Gema. Jesús parece haberse<br />

alejado de ella. Ya no lo siente, todo parece estar en silencio.<br />

Siente desgana y aridez en la oración. Le asalta el temor, el demonio<br />

la tienta con fuerza. Pero, de vez en cuando, se abre la luz.<br />

En un éxtasis del 26 de junio de 1902 decía: Jesús, ¿por qué<br />

este silencio?... Dios mío, ¿por qué no me contestas?... Dime algo,<br />

oh Jesús, oh luz, ¿dónde estás? Ilumina mis ojos, no me dejes vivir<br />

más en las tinieblas. ¿Cuándo te veré por fin, Jesús? No te veo en<br />

absoluto... Cuando era niña me decían que Tú estabas siempre<br />

presente, pero yo no te veo... ¿Dónde estás? ¿Dónde has ido?... y<br />

sin ni siquiera decirme adiós. 66<br />

64 Carta a Cecilia Giannini del 4 de agosto de 1901.<br />

65 Carta a Monseñor Volpi de noviembre o diciembre de 1900.<br />

66 Éxtasis 96.<br />

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