Amor total a Cristo - Revelaciones Marianas
Amor total a Cristo - Revelaciones Marianas
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REFLEXIONES<br />
Santa Gema Galgani ha sido una santa mártir, en cuanto que<br />
ha vivido durante varios años, semana a semana, de jueves a<br />
viernes, los padecimientos de la Pasión de Jesús. Jesús quiso<br />
asemejarla a Él en las llagas de pies, manos y costado. A veces<br />
también revivía los sufrimientos de la coronación de espinas, de la<br />
flagelación, del sudor de la sangre.<br />
Toda su vida fue un querer amar a Jesús y hacerlo feliz,<br />
procurando consolarlo de las ofensas recibidas por los pecados de<br />
los hombres. Por eso, ella se entregó como víctima por la salvación<br />
de los pecadores y de las almas del purgatorio. Incluso, con<br />
permiso de su confesor y director, se ofreció por la salud de doña<br />
Justina, la mamá de la casa donde vivía.<br />
Entre todas las gracias y dones sobrenaturales que recibió,<br />
quizás uno de los más grandes fue el de la pureza <strong>total</strong>.<br />
Sor Gema Giannini declara: Gema me habló de que, una vez,<br />
su ángel custodio le dijo que Jesús le daba tantas gracias por su<br />
virtud (de la pureza). Yo le dije: “Consérvalo bien este lirio, si le<br />
agrada tanto a Jesús. Procura mantenerlo intacto”. Y ella me<br />
respondió: “No tengo otra cosa que ofrecerle” 211 .<br />
Y amaba tanto a Jesús que lo trataba de tú a tú. Pero el<br />
director se lo prohibió. Le dijo que debía tratarlo de Vos o de usted.<br />
Y ella le respondió: Muchas veces me ha dicho que no trate a<br />
Jesús de tú, que no le dé tanta confianza y Jesús, en cambio, me<br />
dijo ayer por la mañana: “Mira, hija mía, cuando yo me muestro un<br />
poco disgustado con la personas es porque ellas no tienen<br />
conmigo aquella confianza que yo desearía”. El que no trata a<br />
Jesús con confianza, hace injuria a su bondad 212 .<br />
Su vida personal era muy austera y penitente. Obtuvo permiso<br />
de su confesor y director para pedir al Señor no poder sentir el<br />
sabor de los alimentos y obtuvo esta gracia. A veces, le preguntaba<br />
la señora Cecilia cuánto tiempo había dormido y le respondía: Una<br />
horita. No dormía más de tres horas diarias. Le gustaba darse<br />
disciplinas (azotes) por amor a Jesús y salvar a los pecadores.<br />
211 Proceso apostólico de Gaeta, Sumario, pp. 651-652.<br />
212 Carta al padre Germán del 12 de setiembre de 1901.<br />
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