HISTORIA DE LA ESPIRITUALIDAD MONÁSTICA - Ser Cisterciense
HISTORIA DE LA ESPIRITUALIDAD MONÁSTICA - Ser Cisterciense
HISTORIA DE LA ESPIRITUALIDAD MONÁSTICA - Ser Cisterciense
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Bastante pronto, en estos centros, se construirán algunos edificios sólidos: la iglesia<br />
donde se reúnen los monjes para celebrar juntos el domingo, y la hospedería. Aunque los<br />
monjes seguían viviendo en sus ermitas, aparte.<br />
Tenemos, pues, en el Bajo-Egipto, tres centros monásticos sucesivos.<br />
ALTO-EGIPTO<br />
Continuamos nuestro vuelo virando levemente a la derecha para llegar al valle del<br />
Nilo y sobrevolar el Alto-Egipto cuya capital es Tebas. Antonio decía que quería ir a la Alta-<br />
Tebaida; ya estamos. ¡Sorpresa! Aquí es a la inversa: son raras las ermitas, pero<br />
sobrevolamos ciudades enteras rodeadas de un muro. Aterrizamos en una de ellas.<br />
Nos encontramos al pie de una muralla que puede tener de ocho a diez metros de<br />
altura. Solo aparece una puerta en el muro.<br />
En la puerta está un portero que nos pregunta: “¿Venís hombres o mujeres? ¿Sois<br />
católicos o paganos? ¿Sois sacerdotes, monjes o laicos? Etc...Y es que todos van a ser bien<br />
acogidos, pero no del mismo modo: mujeres por un lado, turistas por otro, pobres, católicos,<br />
monjes...<br />
Nosotros que somos monjes, podemos visitar todo, pero acompañados por un monje.<br />
Vemos un montón de casas habitadas por entre 20 y 40 hermanos en cada casa por gremios:<br />
panaderos, escribanos, zapateros...cada grupo en su casa. Luego encontramos a otro monje<br />
que nos da un poco de conversación. Pero toca la campana: “Perdón, debo dejaros”.<br />
Descubrimos que existe un reglamento. Luego vemos al hermano que nos acompaña<br />
inclinarse cuando pasa otro hermano. Le preguntamos el porqué y nos responde: “Es un jefe<br />
de casa”. Se da una graduación. Y un poco más adelante hace una inclinación profunda: está<br />
ante el superior del monasterio. Un poco más allá, hinca las rodillas en tierra y se postra.<br />
Acaba de pasar Pacomio, el Padre de toda la Orden.<br />
Se trata de monjes pacomianos y existe una Orden y un orden.<br />
Existen nuevo monasterios semejantes y todo se organiza de modo similar. Estamos<br />
lejos de lo que habíamos visto en el Bajo-Egipto. Estos monjes no son eremitas sino<br />
cenobitas.<br />
Acabamos, pues, de ver dos tipos de existencia, por una parte la vida anacorética, por<br />
otro la cenobítica; sin ninguna regla escrita ni organización peculiar en los anacoretas y con<br />
una organización hasta en sus mínimos detalles en los cenobitas.<br />
PALESTINA<br />
Subimos ahora hacia el norte, hasta Palestina. Algo más tarde, unos diez años después,<br />
encontramos un monacato latino en este país de lengua griega. Se trata de Jerónimo<br />
procedente de Roma donde tuvo no pocas dificultades y que, gran amigo de la Escritura y de<br />
Jesús, vino a instalarse en el lugar de su nacimiento, en Belén. Con una mujer rica de Roma,<br />
Paula, fundó un doble monasterio, uno de monjas para Paula y sus compañeras, y otro de<br />
monjes para Jerónimo y sus compañeros. Cerca, en Jerusalén, un amigo de Jerónimo, amigo<br />
al menos de momento porque llegarán a enemistarse, Rufino, funda también un doble<br />
monasterio con Melania, llamada la Antigua para distinguirla de otra piadosa Melania<br />
llamada “La Joven”.