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HISTORIA DE LA ESPIRITUALIDAD MONÁSTICA - Ser Cisterciense

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El joven hermano se construye una celda próxima a la del anciano elegido<br />

y se forma con él. Se somete ciegamente en todo a la voluntad y órdenes del<br />

anciano (Texto 8). Pero no se trata solamente de hacer todo lo indicado por el<br />

anciano, sino sobre todo actuar como él, imitarle en todo. Estos primeros monjes<br />

aprenden a vivir compartiendo la vida de un hombre experimentado. Se establece<br />

un estado de dependencia y de renuncia a la propia voluntad. Así el joven evitará<br />

vivir para sí mismo (Texto 9).<br />

Pero sería insuficiente si este estado de dependencia se limitara a las<br />

acciones. El hombre se compone también de intenciones, deseos buenos o malos,<br />

le asaltan pensamientos múltiples. Por eso, mientras viva en compañía de un<br />

anciano, el joven debe abrirse a él, manifestarle todos los pensamientos que se<br />

agitan en su interior, de lo contrario se fofuscará y no verá claro (= “perder la<br />

razón” del Texto 9), y cae en las redes del demonio (Texto 10).<br />

Así aprenderá el candidato a no vivir para sí, a no hacer su voluntad, lo<br />

cual le cerraría al don de Dios. Porque para que actúe sobre nosotros y en<br />

nosotros, Dios nos quiere disponibles, abiertos a su acción (Texto 11). Además<br />

aprenderá a discernir los espíritus, es decir, a distinguir más allá de las<br />

apariencias engañosas, las mociones internas que provienen del Espíritu de Dios<br />

o que disponen a recibirle y a las que es preciso responder si se quiere vivir para<br />

Dios. Aprenderá también a leer la Biblia y dejar que ilumine su camino.<br />

El deseo de salvarse, es decir<br />

de llegar a la perfección, impulsa al<br />

candidato a ponerse bajo la dirección<br />

de un anciano. El primer deber del<br />

discípulo es tener un padre espiritual.<br />

Abba Poemen dijo: “En todo lo que<br />

hagas, hazlo con consejo, porque está<br />

escrito: „Actuar sin consejo, es una<br />

ANCIANO<br />

_________<br />

JOVEN voluntad obediencia<br />

actos imitación<br />

Pensamientos apertura<br />

bobada‟”. San Bernardo dirá: “Quien quiere dirigirse a sí mismo, tendrá por<br />

director a un tonto”. Estos apotegmas 9 al 11 nos muestran su necesidad: no nos<br />

conocemos a nosotros mismos, y sin conocernos chocaremos en escollos como<br />

falsa confianza en sí mismo, vanagloria...<br />

Así, abriéndose a su Padre, poco a poco, el joven se convertirá en un<br />

hombre espiritual, capaz de guiar a su vez a otros hermanos inexpertos; podrá<br />

también, acoger discípulos y formarlos.<br />

B) Autoridad reconocida a la palabra del anciano.<br />

El joven no busca cualquier dicho, sino la palabra de un hombre que busca<br />

a Dios. Aparecen en relación dos hombres que buscan a Dios, dos hombres<br />

ávidos de la voluntad de Dios. Por una parte, un anciano experto en<br />

discernimiento, por otra un discípulo que sólo desea encontrar el camino de la

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