Una tipología para la estética de los diseños Diseño gráfico y medio ...

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la investigación
lución del culto a la originalidad” 14 El nuevo objeto
se masifica no sólo por la cantidad de espectadores,
que se pueden contar por millones, sino por el propio
objeto-estético-no artístico que también se empodera
y es capaz de ser reproducido en cientos de millones
de copias generando, como consecuencia, que
“mercados y medios se alimenten de la fragmentación
de las sensibilidades y del intimismo incivil” 15
El nuevo creador-no artista carece de pretensiones
artísticas, pero sí desea generar productos innovadores
y estéticos, a la vez que sacudir la sensibilidad y
el entendimiento del espectador Ejemplos de objetos-no
artísticos son los programas y anuncios de
televisión, los cómics, la música popular y la comercial,
el cine comercial, la ropa de moda, etcétera
Es precisamente aquí donde los conceptos enunciados
por Kant y mencionados líneas arriba (sensación
y sensibilidad), se actualizan en la relación
estética-objeto-no artístico Pero surge una dificultad
si se acepta que objetos más allá de lo artístico
pueden tocar la sensibilidad de grandes masas de seres
humanos y provocarles sensaciones placenteras
en el nivel estético
Los expertos en arte egeo, en miniaturas persas
o en la escultura zoológica del siglo xix pueden
ser más refinados que los especialistas en rap, el
cómic, la tauromaquia o el arte de la jardinería (y
que habría que saber en nombre de qué criterios lo
son, incluyendo la categoría social y los hábitos de
gasto): su experiencia del arte se nos demuestra
como una experiencia del arte entre otras En pocas
palabras, nos encontramos ante un pluralismo
propio de esta época, con certeza duradero y que
no puede ser simplemente ignorado, ni podría serlo
porque es ruidoso, visible y, gracias a los medios
de comunicación y el consumo, es reflejado y multiplicado
con fuerza 16
El problema es que los nuevos objetos-no artísticos,
por su propia naturaleza y definición, no entran
en el campo del análisis, clasificación y crítica de
la estética canónica pues no son objetos artísticos,
como tampoco los diseñadores gráficos ni los industriales
son artistas Sin embargo, estos objetos
no pueden seguir siendo ignorados, pues se trata
de productos que subsanan la necesidad estética de
millones de personas que no pueden o no quieren
acceder a los productos artísticos
A consecuencia de esta dicotomía, en la que se
encuentra la discusión estética actual, resulta imprescindible
reflexionar sobre la estética en el diseño
y su relación con espectadores o usuarios, y el propio
objeto estético Hay algunas opiniones en el sentido
de que la estética es lo menos importante del diseño,
por lo tanto los esfuerzos por profundizar en este
nivel de dicho fenómeno social no tendrían que ser
tan marcados Así, Gui Bonsiepe, en su libro Las 7
columnas del diseño, dice: “no debe causar sorpresa
que el diseño, generalmente, se enjuicie como cosmética
una actividad que se limita a agregar algunos
arabescos a los proyectos” 17 “Bajo diferentes matices
esta caracterización [de lo cosmético] sobrevive
también en la interpretación que considera los aportes
estéticos la apariencia, la figura como lo más
típico en el diseño” 18
Aunque el diseño no se limita a “agregar algunos
arabescos a los proyectos”, tampoco se le tipifica
únicamente como aportador de rasgos estéticos a
los objetos; sin embargo, sí es verdad que la estética
es parte primordial de los objetos del diseño y
éstos, en parte, aportan la estética para consumo de
los grandes públicos De hecho, entender esta aportación
estética de los objetos-no artísticos ayuda a
superar una concepción muy enraizada: “es adecuado
recordar que la práctica del arte es una necesidad
primordial en la vida del hombre” 19
Por su parte, Juan Acha plantea un argumento
que refuerza el rechazo de esta aseveración: “porque
resulta fácil comprobar cómo la mayoría de la
población mundial posee ideales y sentimientos de
belleza que le permiten llevar una vida estética muy
activa, sin tener contacto alguno con las artes en
el concepto occidental del término… Todos poseemos
un gusto, una sensibilidad, pero muy pocos se
acercan a las artes;” 20 es decir, de acuerdo con Acha,
resulta factible decir que la práctica del arte no es
una necesidad primordial para el ser humano, pero
la práctica del goce estético sí lo es Con base en lo
expuesto podemos aventurar una afirmación: todo
aquel objeto que mueve nuestra sensibilidad es un
objeto estético y los objetos de diseño son 21 por lo
tanto, objetos-estéticos-no artísticos
En otro aspecto, Acha nos dice que “la belleza
dista mucho de ser propiedad del objeto, pues ella