Una tipología para la estética de los diseños Diseño gráfico y medio ...

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la investigación
Más adelante, el autor subraya: “la estética se reconoce como una de las ramas analíticas de la filosofía,
que abarca la posibilidad de encontrar el valor nuclear denominado la belleza Pero se trata de una disciplina
analítica, porque la forma de expresión es eminentemente personal y se realiza a partir de lo que en la cultura
se conoce como obra de arte” 2
Por otro lado, pensadores como Kant y Nietzsche abren brechas para conceptualizar la estética como un
concepto no necesariamente ligado al arte Hoy, justo al terminarse la primera década del siglo xxi, la noción
de estética de la mercancía 3 se vuelve más exacta que nunca, ya que si revisamos la etimología de la palabra
estética, encontramos su origen en el vocablo griego aisthetikós que significa literalmente “percepción y/o
sensación” Precisamente estos últimos conceptos son los que interesa resaltar, puesto que los consideramos
la base para la derivación de una relación de la estética con objetos no artísticos, 4 dado que si se aceptan
estas premisas (percepción y sensación) como válidas, entonces la estética tiene que ver más con el receptor
o espectador 5 que con el objeto en sí, lo cual lleva a una adecuada visión respecto a los objetos del diseño
Dado que las grandes multitudes en los países industrializados,
emergentes o en franca pobreza, no
tienen o no desean utilizar los accesos al arte, éste
no es capaz de soslayar la necesidad de goce estético
de todas esas personas Por otra parte, el ser humano
no puede prescindir ni despojarse de la necesidad del
goce estético, pues se trata de una variable ineludible
para alcanzar la unicidad y la realización de cada
ser humano Como respuesta a la falta de contacto
de estas personas con el arte, sus necesidades estéticas
son satisfechas usualmente por otros medios,
que no se encuentran en los museos, ni en las salas
de conciertos, ni en teatros, ni en centros culturales
donde tradicionalmente se albergan, exhiben y contemplan
las obras de arte, sea cual sea su manera de
expresión
La estética que llena el deseo del grueso de las
personas, en prácticamente todo el mundo, se da por
medio de muchos productos de la vida cotidiana En
términos generales, estos objetos son resultado de
la publicidad, el cine, la música popular, la moda, los
cómics, los videojuegos, la televisión y por supuesto,
los diseños gráfico e industrial
Sin embargo, este casi doloroso y muchas veces
rechazado tránsito del binomio estética-objeto artístico
al binomio estética-objeto-no artístico ha
impedido desarrollar un paradigma que incluya una
tipología de las estéticas de objetos-no artísticos, de
objetos cotidianos o, como diría Katya Mandoky, de
la “prosaica” 6 Es cierto que se han dado pasos hacia
la aceptación del concepto objeto-estético-no
artístico, 7 sin embargo estos intentos necesitan más
profundidad, mayor análisis y mayor difusión para
que sean valorados, desechados o reformulados por
estudiosos del tema
Por otro lado, y con base en las palabras de García
Canclini: 8
Tanto los tradicionalistas como los modernizadores
quisieron construir objetos puros Los primeros
imaginaron culturas nacionales y populares ‘auténticas’;
buscaron preservarlas de la industrialización,
la masificación urbana y las influencias
extranjeras Los modernizadores concibieron un
arte por el arte, un saber por el saber sin fronteras
territoriales y confiaron a la experimentación y la
innovación autónomas sus fantasías de progreso; 9
Podemos entender que al referirnos en este texto
al objeto-estético no artístico, obviamos los objetos
artísticos calificados y certificados por los expertos
y también los productos del folclor y/o populares, y
nos centramos en los productos del diseño gráfico
Así, como punto de partida, al tomar como base la
inmensa mayoría de los trabajos de diseño gráfico 10
generaremos nuestra propuesta de tipología estética
de los productos del diseño Para iniciar la revisión
de una propuesta para la tipología de la estética de
los objetos no artísticos, fruto del trabajo de los diseñadores,
se deben explorar cuatro cuestiones: la
situación actual de este concepto, la estética en los
objetos no artísticos, la tipología propuesta y los problemas
posibles de resolver al consolidar la tipología