antena conventual - Franciscanos Conventuales de España

Pastoral Juvenil
Vocacional
La reflexión, la celebración y la fraternidad centraron el I Encuentro Tau, celebrado del 15 al 17 de
febrero en la Casa de Espiritualidad Rivotorto, en Los Molinos (Madrid). Es la primera de las propuestas
para jóvenes de la Pastoral Juvenil Vocacional de este año y contó con más de 40 participantes.
Juan Cormenzana Madrid Eucaristía sean mediaciones privilegiadas
para este encuentro.
Por último, y a diferencia de otras
En pleno Año de la Fe, e
inmersos en un ritmo frenético que
muchas veces nos impide centrarnos
en lo que de verdad importa, el
Encuentro Tau quiere ser un espacio
de búsqueda de Dios para reforzar
o reencontrar la alegría de creer
desde varios ámbitos.
El primero es el de la reflexión.
Hoy más que nunca necesitamos
redescubrir los contenidos de la fe,
comprender y traducir las verdades
y acontecimientos fundamentales
de nuestra salvación. Como la fe no
puede reducirse a teoría, apostamos
por un segundo ámbito de búsqueda
de Dios, la celebración compartida.
La fe es, ante todo, un encuentro
personal con Cristo, de ahí que la
oración, la escucha de la Palabra y la
Antena
20 / MARZO 2013 Conventual
tradiciones religiosas, nuestra búsqueda
de Dios nunca podrá ser algo
estrictamente personal. En la fe no
podemos ir como llaneros solitarios,
siempre necesitamos compañeros
de camino. El tercer ámbito, la fraternidad,
nos ayudará a descubrir el
rostro de Cristo en las personas con
las que compartimos la vida.
Vida orientada
El lema del I Encuentro Tau, “Ilumina
mi corazón”, quería animar nuestro
camino de conversión al empezar
la Cuaresma. Este encuentro, en el
que participaron jóvenes de Madrid,
Barcelona, Valladolid y Palencia, fue
animado por las Hermanas Agustinas
del Monasterio de la Conversión, que
nos ayudaron a reflexionar sobre lo
que significa una vida orientada.
Sabemos muy bien de dónde
venimos y para quién hemos sido
creados, de ahí que la nuestra sea
una vida orientada. Pero, aunque
estamos hechos para este encuentro
fundante, demasiadas veces nuestra
vida va a la deriva. Entonces se hace
necesario dar nombre y desenmascarar
tantos lugares lejanos por
donde nos perdemos (el desierto, el
lago, la cueva…).
La auténtica conversión se producirá
al recordar nuestro origen y
volver al amor primero. Esta vuelta
a casa provocará en nosotros una
felicidad desconocida hasta entonces
y una transformación radical de la
propia existencia.
La tarde del sábado disfrutamos
del concierto-testimonio “Vidas
cantadas”, donde, a través de la música,
las hermanas compartieron la
fe y la vida, un testimonio precioso
de lo que Dios es capaz de hacer