CATE Q U E TICA - Editorial Sal Terrae

EXPERIENCIAS
es una barrera, que no nos deja ver su
alma. Nos olvidamos de su espíritu, que
participa como todos de la esencia de
Dios y es donde Dios se aloja y, por tanto,
está deseando que nosotros lleguemos a
él para llevarle esa Buena Noticia que es
para todos y que todos tenemos derecho
a recibir porque Jesús vino para todos sin
distinción de personas, incluidas esas
personas sordas, ciegas o aquella con
retraso intelectual. Porque su mensaje es
para todos sin fronteras ni barreras de
espacio y lo es porque todos tenemos
capacidad para amar, todos podemos
experimentar la presencia de Dios en
nuestra vidas, a través de nuestras propias
experiencias, según nuestras capacidades
diferentes.
¿Cómo empezar? Yendo a su
encuentro, o solamente mirando a
nuestro alrededor, porque la mayoría
de las veces están a nuestro lado y no
las vemos. Somos catequistas, nos sentimos
elegidos para llevar el mensaje de
Jesús a toda persona que quiera recibir-
CATE
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lo. ¿Estamos preparados para ello? ¿Nos
preocupamos de estarlo? Para llegar a
personas con capacidades diferentes,
nosotros catequistas, tenemos que
saber que, aunque sea una tarea dificil,
no es imposible, porque estas personas
están ansiosas de recibir la palabra de
Dios, y nosotros tenemos que buscar el
modo de hacérsela llegar. Unas veces
será a través del lenguaje de signos (la
personas es sorda), otras veces será a
través del tacto (la persona es sordociega),
otras, sin embargo, repetiremos
mil veces la misma frase (la persona
tiene un retraso intelectual, su comprensión
es lenta. El mensaje siempre
es el mismo, el modo de transmitirlo es
diferente.
¿Necesitamos muchos materiales?
No. Nos facilitan el trabajo, pero lo más
importante es que el catequista viva y
tenga claras las verdades sencillas y fundamentales
del Evangelio para poderlas
transmitir de una forma a su vez sencilla
y concreta.