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Mundo Arqueológico 2 - andes

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De las narraciones hechas por los comentaristas anteriores a la Edad Media se ha llegado<br />

ha saber, que el notable físico griego Arquímedes se valió del tipo de los espejos ustóricos —pero<br />

de enormes dimensiones— para incendiar las naves de Marcelo, que se encontraban sitiando el<br />

magnífico puerto de Siracusa. Se narra también, que análogo procedimiento fue empleado por el<br />

famoso ingeniero y filósofo Proclo, cuando quemó la flota de Vespaciano que bloqueaba<br />

Constantinopla.<br />

En la dinastía de los Incas Orejones también se utilizaban los espejos, de cuya aplicación<br />

tuvieron conocimiento por sus ascendientes: los antis o kolla-aimaras. Eran de metales<br />

pulimentados: cobre, plata, latón y bronce y de minerales brillantes con facetas negras u oscuras,<br />

como la obsidiana y el cuarzo ahumados, igualmente que de piritas de cobre o de fierro. Una<br />

buena cantidad de estos espejos, hechos de sulfuros metálicos y de antracita, chiara- kespikala,<br />

han sido hallados en el antiguo Perú, incrustados en maderas que poseían o no mangos para su<br />

manejo. Entre éstos es digno de mención el encontrado en Huacho (I), el cual está formado por<br />

una pirita embutida en un sostén de madera, cuyo mango tiene la forma de una mano abierta y en<br />

cuyo centro se encuentra una pirita elipsoidal, achatada en sus extremos, con una longitud de 7<br />

centímetros. El sostén está íntegramente tallado: con dibujos de ave en el puño, y geométricos en<br />

el dorso de la mano. Mide 26 centímetros.<br />

Durante el Incario, "el Príncipe de los Cronistas" Inca Garcilazo de la Vega, en sus<br />

"Comentarios Reales de los Incas", Libro I, Capítulo XXVIII, expresa: "Los espejos en que se<br />

miraban las mugeres de la Sangre Real eran de plata bruñida y los comunes de azófar". A<br />

continuación comenta: "Los hombres nunca se miraban al espejo, que lo tenían por infamia, por ser<br />

cosa mugeril". La primera expresión da a conocer la existencia de los espejos, especificando que<br />

éstos eran metálicos, simples o compuestos. La segunda aseveración, presumimos que se refiere<br />

a los habitantes keshwas del Incanato, poco antes y durante la época en que éstos fueron<br />

sojuzgados por los conquistadores españoles.<br />

Hacemos este juicio o aclaración porque los pobladores de otras naciones —anteriores o<br />

coetáneas a las de los Incas— como los de Tiwanaku, Nazca, Moche y Chimú usaban espejos y<br />

pinzas para depilarse. Hecho puesto en evidencia por los numerosos hallazgos de esta clase de<br />

objetos, encontrados en el interior o fuera de las wakas sagradas, cementerios y sepulturas que<br />

pertenecían a cuerpos de adultos, masculinos y femeninos.<br />

De dichos espejos y pinzas se ha encontrado una gran variedad, tanto en el tamaño como<br />

en la forma y el material de que están hechos. Más adelante nos ocuparemos con detención sobre<br />

este punto.<br />

El ilustre indígena don Phelipe Guaman Poma de Ayala en su inigualada obra: "La Primer<br />

Nueva Coronica I Buen Gobierno" (2), Foja 120, debajo del epígrafe "la primera historia de la reina<br />

coia-mama uaco coia" presenta un gráfico tan ingenioso como descriptivo, que no necesita<br />

palabras para dar a conocer que la figura central representa a la REINA MAMA HUACO COlA:<br />

sentada ya la sombra de un quitasol de plumas, manejado por una sirvienta que se encuentra a su<br />

izquierda. Lleva puesto un amplio y largo vestido, ceñido en el talle por un cinturón bordado a<br />

cuadros; su cuello está adornado con un fino collarcito de cuentas; de ambos hombros cuelgan<br />

sendos topos metálicos. Sostiene en la mano izquierda un espejo provisto de mango; su derecha<br />

está dentro de una palangana, sostenida por una enanita jorobada. Otra sirvienta, situada a la<br />

izquierda, peina su cabellera que está partida en dos, y cuyas onduladas greñas se desparraman a<br />

los costados. En el espejo se distingue la imagen reflejada de la Reina Coia. Este artístico gráfico<br />

confirma el empleo del espejo durante el lncanato.<br />

Descripción y usos.-<br />

Los espejos prehistóricos que se han encontrado —asta el presente— tienen las<br />

superficies planas, cóncavas o convexas. Por lo general, los planos son de forma rectangulares y<br />

circulares. En ambas variedades existen ejemplares simples o adornados. Estos últimos exhiben<br />

relieves y grabados, con y sin aditamentos en los bordes. Varios de ellos muestran una de las<br />

caras pulidas, algunos con gran esmero, para que sirvieran de espejos que reflejasen con nitidez

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