El reloj de la vida (Bruno y Louise Huber) - Api Ediciones

fuego tienen que ver con el desarrollo de la autoconciencia.
El elemento fuego, que está centrado en la identidad
personal (es decir, en el yo), desencadena un impulso
de desarrollo e inicia una nueva fase de automanifestación
en cada casa de fuego.
En la primera fase, desde los cero hasta los 24 años, el yo
se forma como personalidad. En la segunda fase, que
empieza a los 24 años, comienza la manifestación mundana
y social que alcanza la integración con la sociedad
a los 48 años. Después, en la casa 9, empieza la autorrealización
espiritual.
Los cuatro temperamentos
Del mismo modo que lo hicimos en la división en cuatro
partes, en la división en tres partes, combinamos el
tres con el cuatro como fórmula básica para realizar la
interpretación astrológica. En cada tercio encontramos
los cuatro temperamentos (fuego, tierra, aire y agua). En
la progresión de la edad recorremos los cuatro temperamentos
en cada uno de los tercios en que hemos dividido
el círculo y, de esta forma, pasamos por una serie
completa de manifestación en el proceso de formación
del yo.
En las casas de fuego surge el impulso hacia la manifestación
del yo. Las casas de tierra producen el enriquecimiento
y la integración de las sustancias del yo. En las
casas de aire se desarrolla la referencia intelectual del yo.
Por último, en las casas de agua nos identificamos emocionalmente
con la idea de pertenencia pero, eventualmente,
también experimentamos un proceso de pérdida
del yo.
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