âLa construcción del movimiento gay y sus ... - Flacso Andes
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cuasi cualidades como “la magnificencia”, “la seriedad”, “el misterio” o “la otredad”.<br />
En este caso, no solo el inter sexuado podía hacer el trabajo tanto de un hombre como<br />
de una mujer sino que además se tenía la creencia de que su presencia traería buena<br />
fortuna y riquezas.<br />
Se mencionan otros ejemplos de “terceridad” como la de los bayot en la<br />
sociedad cebuana (Isla de Cebú, Filipinas), o el rol de "tercer sexo" de los waria, en<br />
Indonesia. En la India son conocidos como una casta de "tercer género", algunos nacen<br />
intersexuales, otros son castrados. Los hijras son vistos como un tercer sexo y hay un<br />
lugar social para ellos; en la sociedad india se les percibe como desacreditados,<br />
asociados con mujeres perdidas, prostitutas y marginales. Pueden bendecir niños,<br />
maldecir adultos y así ganarse la vida. Sus poderes permiten ejercer un control<br />
simbólico sobre la vida y la muerte (Kogan 1993: 85-87).<br />
La tribu de África Oriental, los pokot, -originarios de kenya- adopta un punto de<br />
vista distinto al respeto o admiración para los intersexuados que más bien son vistos<br />
cómo simples errores divinos. Los potok son, reconocen a los individuos intersexuales<br />
como una tercera categoría sexual consistente en no ser ni machos ni hembras.<br />
En una sociedad donde se confiere valor al hombre y mujer capaces de<br />
reproducir o prolongar un patriliniaje, la imagen <strong>del</strong> intersexuado es la imagen extrema<br />
de lo inútil, se lo considera un error, porque no puede responder como un verdadero<br />
hombre pero tampoco puede conseguir una buena dote como verdadera mujer. Este<br />
fenómeno también se observo en América (Martín y Voohiers: 1978: 85 en Kogan<br />
1995:40).<br />
Sin duda las categorías aceptadas en estas sociedades con las impuestas en<br />
nuestra sociedad nos permiten releer el sistema sexo-cuerpo-género de distinta manera.<br />
“Los cuerpos están sujetos a prácticas sociales que se instauran en la frontera entre la<br />
cultura y la biología” (Kogan: 1993:37). Los distintos grupos étnicos en diferentes<br />
culturas, incorporan la resignificación de ser hombre de distinta manera demostrando<br />
que hay una permanente negociación en la forma de vivir: el sexo (hombre, mujer), la<br />
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