12 - Durazno - Publicaciones Periódicas del Uruguay
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Cristo le decía a sus discípu·<br />
los que para entrar en su reino<br />
era necesario ser como los ni·<br />
ños. La Poesía ha dicho lo mis·<br />
mo a Horacío, y por eso él ano<br />
da entre los hombres y las cosas<br />
paseando su curíosidad y su ter·<br />
nura. Horacio es un niño pero<br />
en realidad tiene mil años. Horacio<br />
tiene mil años pero en<br />
realidad es un niño. Esto, que<br />
parece complicado, se resuelve<br />
de una manera sencillísima: conociéndole.<br />
Uno lo observa trabajar<br />
y piensa: ¿ qué tendrá que<br />
ver con la poesía este relojero?<br />
Después de leer sus poemas muehas<br />
veces pensamos: ¿qué ten·<br />
drá qué ver con los relojes este<br />
poeta? Lo cierto es que Horacio<br />
tiene que ver con la poesía y<br />
los relojes. Sus manos desmontan<br />
engranajes como granitos de<br />
arena. Son tan pequeños y difieiles<br />
que Dios no se hubiera<br />
molestado en hacerlos. Mientras<br />
tanto, ¿qué sucede en la cabeza<br />
de Horacio? Puede ser· que esté<br />
pensando en problemas técnicos<br />
<strong>del</strong> reloj que tiene entre sus manos;<br />
esto lo decimos en primer<br />
lugar para mayor seguridad de la<br />
dientela. Pero puede ser que<br />
en la cabeza de Hor.acio se deba·<br />
ta un "remolino", eomo él Ic<br />
llama. Entonces, tenga la· plena<br />
seguridad de que está naciendo<br />
un poema. Y (~tlando compone,<br />
las palabras pare(~en recién na·<br />
cidas. Me explico. Es como si<br />
a nadie se le hubiera ocurrido<br />
decír "camalote", por ejemplo,<br />
y todo el mundo anduvíera<br />
preocnpadopor encontrarle nn<br />
nombre a esta planta, y apare·<br />
ciera Horacio, y como la cosa<br />
más natural <strong>del</strong> mundo díjera<br />
"camalote" y todos nos mirára·<br />
mos asombrados y comprobára·<br />
mos que en realidad debía lla·<br />
marse así, que siempre se ha<br />
llamado así y nosotros no lo<br />
RETRATO DE<br />
HORACIO GIORDANO<br />
sabíamos. Sahido es que desde<br />
({ue el mundo es mundo ése ha<br />
sido el oficio de los poetas. De<br />
los poetas, digo, de los verda·<br />
deros, de los que tienen duende:<br />
"Me cuenta mí madre<br />
mientras hace el pan<br />
que las golondrinas<br />
cruzaron el mar."<br />
Pertenece a un poema musi·<br />
calizado por Joselo Santini que<br />
se llama "Invierno". Horacio<br />
nos estaha hablando de la lluvia<br />
y esas cosas y, de pronto, como<br />
sin querer, nl>S dice esto. Es<br />
breve coml> una gota de agua,<br />
pero en su maravilloso milagro<br />
(~ahe un cielo, una tierra, un<br />
tiempo de infancia. Y uno se<br />
síente sohrecogido de ternura y<br />
eomprende que ha caído en una<br />
maravillosa trampa. Llegó a lo<br />
esencial por el camino más coro<br />
to, por el más profundo, por el<br />
más difíciL<br />
A la casa de Horacio nos llevó<br />
un amigo común. En ese momento<br />
tiene visitas. Deja su trahajo<br />
y la utilería sobre la mesa,<br />
se pone de pie y saluda con<br />
amabilidad. Entonces me doy<br />
(,uenta de que Horacio, en cada<br />
palahra, en cada gesto, en la risa,<br />
pone en juego su riqueza<br />
humana inagotable. Como si<br />
fuera el último momento de su<br />
vida y alguien le hubiese ordenado:<br />
"Trate de ser lo más bueno<br />
posible, lo más humilde posíble,<br />
porque Ud. se va a morir".<br />
Nos sentimos un poco extraños<br />
en aquella habitación absurda<br />
de paredes altas, ante<br />
aquella mesa cargada de relojes.<br />
Pero Horacio se encarga de crecer<br />
y hacernos olvidar de todo<br />
-esto. De pronto dice: "-Porque<br />
uno debe escrihir como quien<br />
(,onversa, ¿no es verdad?" y'<br />
vuelve a su trabajo, como aver<br />
~onzado por lo que acaba de<br />
decir. Tal vez por eso, por su<br />
"soberbia inaudita", confiesa:<br />
"En realidad han existido tan·<br />
tos poetas que casi todo está<br />
dicho. A veces se me ocurre<br />
una comparación y al tiempo<br />
la vengo a encontrar en un lihro".<br />
La situación es dramática.<br />
La poesía peligra. Horacio se encuentra<br />
realmente apenado. Atino<br />
una defensa: pero entonces<br />
nadie escribiría, siempre que·<br />
dan cosas nuevas para decir...<br />
Las palahras producen un maravilloso<br />
efecto. Horacio sonríe<br />
y dice: "Hay que seguir escribiendo"<br />
y parece que estuviera<br />
diciendo: hay que seguir viviendo.<br />
Lu¡s Ygarzábal<br />
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