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Revista Peruana del Pensamiento Marxista N°1

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Revista Peruana del Pensamiento Marxista<br />

El Estado se relaciona con los seres humanos no<br />

como sujetos sino como objetos, por tanto sería<br />

una falacia, por ejemplo, hablar de un Estado de<br />

todo el pueblo, o un Estado del proletariado. Ni<br />

el pueblo ni el proletariado han sido Estado en<br />

ninguno de los experimentos socialistas del siglo<br />

XX; otros han gobernado en nombre de ellos,<br />

especialmente funcionarios del partido. Pero<br />

aun si el pueblo participara ampliamente en el<br />

Estado, el problema subsiste porque además de<br />

que el Estado es una forma de hacer mal las<br />

cosas, no puede contener a toda la sociedad, a<br />

todo el pueblo, y siempre será externo a éste. El<br />

problema es, entonces, el propio Estado o la<br />

organización estatal, tan emparentada con el<br />

capital, según dice Holloway.<br />

● Tampoco el partido, por muy comunista que se<br />

diga, puede ser un instrumento revolucionario,<br />

o para realizar una auténtica revolución.<br />

Del discurso de Holloway fluye la idea de que<br />

Marx y especialmente Lenin, estaban fuera del<br />

camino revolucionario cuando propusieron la<br />

necesidad de que el proletariado tenga su<br />

propio partido, con miras a la toma del poder y<br />

al establecimiento de la dictadura del proletariado<br />

que, como bien sabemos, es una forma<br />

de Estado.<br />

Una organización política que enfoca su<br />

acción sobre el Estado –dice Hollowayinevitablemente<br />

reproduce esas características.<br />

Para ganar influencia o lo que aparenta<br />

ser el control sobre el Estado, la organización<br />

debe adoptar esa forma de conducta y<br />

pensamiento que son características de éste.<br />

Así, los partidos políticos aunque sean de<br />

izquierda, o incluso revolucionarios, se<br />

caracterizan por estructuras jerárquicas y<br />

tienden a adoptar determinadas formas de<br />

lenguaje y conductas que se ensamblan con<br />

las del Estado. La relación externa con la<br />

sociedad se reproduce en el concepto de las<br />

masas: una cantidad de átomos indiferenciados,<br />

abstractos, con capacidades limitadas y<br />

necesitadas de un liderazgo. Estos partidos<br />

de izquierda pueden ser anticapitalistas en<br />

sus intenciones, pero en sus formas de<br />

organización y acción tienden a reproducir la<br />

objetivación de la persona que está en el<br />

núcleo fundamental de las relaciones<br />

sociales capitalistas (p. 116).<br />

Aún más: "La revolución a través de los ojos del<br />

Estado o de una organización estadocéntrica<br />

solo puede ser una revolución en nombre de<br />

otros, en beneficio del pueblo, no una revolución<br />

llevada a cabo por el pueblo mismo" (p. 86).<br />

Así, si se diera el caso de lograr la ruptura del<br />

capitalismo en nombre de las masas sufrientes,<br />

el resultado sería una sociedad poco atractiva.<br />

Actuar en nombre del pueblo conlleva la posibilidad<br />

de represión, pues si el pueblo no tiene la<br />

misma idea que el "Estado popular o proletario",<br />

entonces tiene que apelarse a medios "para<br />

imponer el bienestar del pueblo aun en contra<br />

de sus propios deseos. El movimiento revolucionario<br />

se vuelve represivo y también se debilita al<br />

perder el apoyo activo (p. 87).<br />

Eso es lo que ha pasado con todos los socialismo<br />

del siglo XX, guiado por el comunismo tradicional.<br />

Este centra su acción no en la ruptura de la<br />

síntesis social capitalista basada en el trabajo<br />

abstracto que produce valor, sino en la construcción<br />

de una síntesis social alternativa. Así, la<br />

visión se desvió al reemplazo de un Estado por<br />

otro Estado, al reemplazo de un tipo de totalidad,<br />

por otro tipo de totalidad. Y esta es una opción<br />

totalmente errónea porque "el Estado es (…) una<br />

totalidad falsa, ilusoria. No son los Estados los<br />

que constituyen la síntesis social: más bien ellos<br />

protegen el proceso por el que se establece esa<br />

síntesis" (p. 242).<br />

Además, "el movimiento que constituye la<br />

totalidad, proviene de abajo y sólo puede ser<br />

removido desde abajo" (p. 242). No desde el<br />

Estado.<br />

● La violencia revolucionaria no es el mejor<br />

camino para la revolución. O dicho de otro<br />

modo: la violencia no es buena para la revolución.<br />

Genera muchos problemas pensar<br />

nuestras luchas en contra del capital en<br />

términos de violencia.<br />

La violencia no es parte de la sociedad que<br />

queremos crear y, es improbable que<br />

Lecturas<br />

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