Asambleas y reuniones.pdf
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<strong>Asambleas</strong> y <strong>reuniones</strong><br />
Espacio central.<br />
Intervención<br />
constante sobre la<br />
forma y no sobre el<br />
contenido.<br />
Sin embargo, la omnipresencia de esta crítica lleva a pensar que quien modera<br />
debe tener una actitud «moderada», poco protagonista, que casi no tiene que<br />
dejarse ver. Muy al contrario, en su función facilitadora y dinamizadora la<br />
persona que lleva la moderación de la reunión debe ocupar un espacio central<br />
e intervenir en todo momento que se considere necesario, no dejando que el<br />
grupo pierda la orientación y ofreciendo todas las herramientas a su alcance<br />
para encontrar los objetivos. Dependerá del saber hacer y la disposición del<br />
resto de participantes que el moderador pueda tener un papel menos<br />
presente: si de forma ordenada el grupo es capaz de respetar los turnos,<br />
avanzar en los argumentos, hacer propuestas de método, mediar en los<br />
conflictos que puedan surgir, etc., quien modera puede reducir su<br />
intervención. Pero si el grupo tiene dificultades para autorregularse será la<br />
moderadora o moderador quien asuma más firmemente esta responsabilidad,<br />
interviniendo cuantas veces haga falta. La diferencia entre un papel<br />
protagonista y un papel manipulador es que el protagonismo se obtiene por<br />
intervenciones, en general, más sobre la organización que sobre los<br />
contenidos de trabajo.<br />
En definitiva, moderar no es liderar o dirigir, sino responsabilizarse de<br />
ayudar al grupo a cumplir sus objetivos, la tarea o el trabajo que se marca a<br />
nivel organizativo:<br />
— Abordar todos los puntos del orden del día.<br />
— Hacerlo en el tiempo disponible prefijado.<br />
— En cada caso, tomar decisiones, producir argumentos, informar, generar<br />
ideas, coordinarse.<br />
— Para cada objetivo, atender a los tres niveles: eficacia, participación<br />
democrática y relaciones cordiales y cooperativas.<br />
Es importante subrayar que el moderador o moderadora responde de su<br />
trabajo ante todo el grupo, no ante los individuos. Por eso una persona que<br />
tenga un vivo interés en los asuntos tratados tendrá difícil la tarea de<br />
moderar.<br />
¿Quién modera<br />
Vamos a ver más criterios para la elección del moderador o moderadora. En muchas<br />
organizaciones existe la tendencia a que modere la misma persona que<br />
convoca la reunión, normalmente el presidente o presidenta (de la<br />
cooperativa, de la asociación, etc.). Esta elección está muchas veces<br />
refrendada por la normativa legal que afecta a estas entidades jurídicas. Pero<br />
existe una razón que suele hacer preferible la elección de otra persona: el<br />
grado de implicación con el contenido de la reunión es alto, por lo que<br />
podemos considerar una sobrecarga de trabajo estar pendiente al mismo<br />
tiempo de las cuestiones de fondo y de las cuestiones de forma. Y no sólo una<br />
sobrecarga, sino habitualmente una desatención de funciones.<br />
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