Asambleas y reuniones.pdf
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Responsabilidades y actitudes<br />
mecanismos de defensa<br />
1. Represión. Se considera como una defensa elemental que puede coexistir<br />
con otras. Reprimir la ansiedad de una necesidad frustrada es una tentativa<br />
de anular la necesidad. Ocultarla, negarla y olvidarse de los impulsos<br />
insatisfechos (por ejemplo: la represión de tocarse física y mutuamente).<br />
Los tabúes sociales sobre la sexualidad y la violencia pueden estar en el<br />
origen de la represión y de generalizaciones como «todos los hombres<br />
sois...» o «todas las mujeres...».<br />
2. Racionalización. Ante la frustración de una necesidad o de unos objetivos,<br />
se propone una solución intelectualizadora: intentando buscar una<br />
explicación alternativa que no explique el origen de la frustración (como la<br />
zorra que calificaba las uvas como verdes porque no podía alcanzalas). En los<br />
grupos muchas decisiones no se llegan a tomar nunca por embarcarse en<br />
teorizaciones eternas y explicaciones suplementarias o no fundamentales<br />
(llevados por la descripción de los contenidos de un tema sin prestar<br />
atención a la organización de las acciones necesarias, por ejemplo).<br />
3. Regresión. Observada en niños que vuelven, ante situaciones de pérdida,<br />
a estadios anteriores de su evolución (hacerse pis en la cama, por ejemplo),<br />
también se da en personas adultas cuando regresan a una total<br />
dependencia frente a autoridades que paralizan sus capacidades de<br />
decisión. Puede darse ante autoridades eclesiásticas, militares, científicas,<br />
burocráticas o empresariales, pero también en situaciones de pérdida de la<br />
propia autoridad (con salidas como «pataletas», chuparse los dedos ante el<br />
desconcierto, rabietas como «pues entonces lo dejo todo y no vuelvo», o<br />
exclusión «o estás conmigo o contra mí»).<br />
4. Retraimiento. La frustración por no poder alcanzar un objetivo puede<br />
derivar en una renuncia permanente desde ese momento (apatía), sin<br />
nuevas tentativas, ni nuevas aspiraciones a otros objetivos equivalentes. La<br />
permanencia de las mismas personas encargadas de los temas que no<br />
salieron adelante y la rutina del mismo espacio de discusión que recuerda<br />
los fracasos, refuerzan esa apatía.<br />
5. Inversión. Cuando ciertas normas sociales impiden comportamientos<br />
agresivos, por ejemplo, un mecanismo de defensa es actuar cambiando al<br />
contrario: con excesiva ternura o amabilidad, por ejemplo, que es percibida<br />
con extrañeza por los demás. Un conflicto manifiesto entre dos personas<br />
puede no solucionarse y, sin embargo, una de ellas mostrar mediante<br />
ironías que no pasa nada.<br />
6. Proyección. De igual manera que con la racionalización, se define de<br />
nuevo una situación de frustración. Ahora, un individuo atribuye a otro<br />
particularidades o sentimentos que son propios de él: «A ti lo que te pasa es<br />
que no puedes callar más de un minuto».<br />
7. Autismo. Constituye la pérdida de contacto con la realidad, con una<br />
absorción por las propias necesidades y deseos, que no puede manejar o<br />
conocer, por lo que se perturba la comunicación con los demás, llegando a<br />
la incomunicación: «Yo prefiro observar y no opinar porque ya hay quien<br />
dice lo que yo pienso».<br />
8. Identificación. Consiste en la apropiación de características o modos de<br />
comportamiento de otra persona con la que se identifica idealmente la<br />
persona que está frustrada en sus deseos. Por ejemplo, alguien en<br />
situaciones subordinadas de responsabilidad, puede compensar su deseo<br />
de tener más responsabilidades y poder, identificándose con quien lo tiene,<br />
llegando a creer, por ejemplo, que participa de su poder.<br />
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