escena xii - DSpace CEU

D. Cip. ¡Deograc¡as!(D 0ntro.)¿Se puede(Eniapoari*.
J’.'isa, chica, aquí debe estar.
Mozo 1.® B uenastardes.
R osa P’elices.
D. Cip. ¿Sabe usted si está Don Carlos
M o z o 1.® Non le conozcu.
D. Cip. Don Carlos M enéndez, un señor que estu ­
vo para salir diputado.
Mozo 1.® Non sé nada.
D. Cip. Me han asegurado que vendría por aquí.
Mozo 1.“ Puede que venga. A esta casa creu que
vienen m uchus caballerus.
D. Cip. ¿Políticos, eh
Mozo 1.“ Lu serán, yo non m e m etu. (sigue liando.)
D. Cip. L o que te decía. (ARosa.) A quí deben re u ­
nirse algunos correligionarios. E speraremos;
m ejor estam os aquí que en la portería.
Pues oiga usted, yo tam bién aoy de
estos.
Mozol.® ¿Sí, eh
D. Cip. De los que defienden á Don Carlos.
Mozo 1.° ¡Ah, vam osl Es usted carlista.
D. Cip. iQuiá, hom bre, liberal! P ero m uy liberaL
¿Úbted tam bién será liberal, eh
Mozo 1.® Non, señor; yo non soy m ás q u e m ozu de
cordel. (Carga con las sillas y vase.)
ESCENA V
DON CIPRIA-NO y ROSA
R osa Pero, padre, en esta casa no hay nadie.
D. C i p . Ya vendrán. No será todavía la hora de la
ju n ta.
R o sa Yo m e siento. (S n la butaca de lairqulerda.) Es*
toy que no puedo m ás. ¡Qué m anera de corre
r por esas calles! ¡Y qué ruido! Tengo la
cabeza atolondrada. Debe ser la debilidad.
(Comiendo n a dulce.)
D . C i p . M ujer, no com as tantos dulces, que te van
á hacer daño.
R osa ¡Si son m uy ricosl ¡Como estos no los h a ­
cen en V illatorda! A nde usted, tome usted
uno.