escena xii - DSpace CEU

D. CiP. No, no quiero. L uego, m ás tarde, cuando
hayam os despachado todos los encargos,
com erem os en una fonda do las principales.
Pero lo prim ero es lo prim ero... Todavía
no hemos hecho m ás que oí encargo del
síndico. Pero, ¿vaya una com pra, eh(Abro
la tombrerera.) ¡Bsto se llam a una chistera!
¡Qué flam ante y qué reluciente! Como que
es de una gran som brerería. (Leyendo en el
fondo.) «J. Ilodriguez, som brerero de ese
eme.» ¡De Su Majestad! «Infantas, 3.» Y
de las tres infantas. Y ira. (Poniéndoselo.)
¿No m e está del todo m al, eh ;Jé, jé!
(Mirándose al espejo de la derecha. Deja la sombrerera
en el suelo al lado del entredós ó consola.)
K osa ¡Padre, cóm prese usted o tro !
D. Cip. Sí; para que me corran los chiquillos en el
pueblo. Esto es bueno para los que andan
siem pre do tiros largos, como el R egistrador.
Y ahora que me acuerdo. Ese señor
m e encargó m ucho lo de los décimos. No
sea que nos volvamos sin ellos. Y a sabes
q u e le debo m uchos favores. A quí debo t e ­
n er la apuntación. (Deja el sombrero de copa sobre
la consola de la derecha, y saca la cartera.) Si,
aquí está. «El 1.007 y el 7.001.» ¡Tam ­
bién es capricho! Las dos cantidades al revés.
Pero, es claro, como un décim o es
para él y el otro para su m ujer, que siem ­
pre le lleva la co n traria... A nda, vam os á
tom arlos en un m om ento.
R osa P ero, padre, si estoy que ya no puedo dar
un paso... y en esta butaca está una tan
á gusto... ¿Vaya unos m uebles, eh Y a po^
día usted com prarm e unos com o estos
para la boda.
D. Cip. Calla, tontina, que de eso ya se encargará
tu novio. Lo que le sobra á él es ei dinero.
En cambio si te casaras con el teniente...
R osa E s q u e con ese, a u n q u e fu e ran silla s de
m a d e ra ...
D. CiP. ¡Vaya, vaya! (incomodado.) V am os por esos
décimos.