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ECONOMÍA
En Asia y Europa
En Dakha, la capital de Bangladesh, situada
en el primer peldaño del desarrollo,
enormes filas de personas acuden cada
día a trabajar. Sumergidas en la explotación
y rozando la esclavitud, multitud de
mujeres se rinden a ser empleadas en
fábricas textiles en condiciones infrahumanas
por salvar su integridad física.
Las largas jornadas alejadas de sus aldeas
les permiten adquirir una mínima independencia,
huir de los posibles contagios
sexuales e incluso un primer acercamiento
a la planificación familiar, pues muchas
de ellas han cambiado su visión y desean
concebir únicamente dos hijos. Por este
motivo, Jeffrey Sachs considera la explotación
laboral el primer paso para llegar
algún día no muy lejano a la economía
moderna. En el mismo país, en India, las
zonas aledañas al río Ganges, se encuentran
en una etapa próspera, próximas a
una revolución de servicios de exportación.
Apoyadas por EE. UU. y en provecho
de su desfase horario, médicos de
hospitales norteamericanos esperan cada
mañana en su ordenador la transcripción
de sus informes que durante la noche se
ocuparon de reproducir por escrito habitantes
de la India a los que las T.I.C. (tecnologías
de la información y comunicación)
les han otorgado la oportunidad de
guarecerse de la pobreza.
Y mientras tanto… ¿qué sucede en la
Unión Europea La Comisión Europea
presentaba un documento el pasado
mes de octubre en el que advertía de la
necesidad de luchar contra el riesgo de
caer en la pobreza, situación que afecta
a un 16 % de la población europea.
Desde este órgano, se proponía como
solución el reconocimiento por parte de
los 27 Estados miembros del derecho
básico de sus ciudadanos a una renta
mínima, algo parecido a un sueldo que
garantice la posibilidad de vivir dignamente
y sin que ello suponga ningún
impedimento en la disponibilidad del
receptor a trabajar o seguir cursos de
formación profesional.
La importancia del registro
Los notariados del mundo han decidido apoyar
firme e incondicionalmente y acompañar en
forma permanente la lucha para la erradicación
de la pobreza iniciada por la ONU, especialmente
mediante los programas para la titulación
inmobiliaria de los sectores más necesitados
de las diversas sociedades nacionales.
Objetivos del Milenio
En el año 2000, 189 países firmaban en
Nueva York la Declaración del Milenio,
que proponía ocho grandes objetivos, los
Objetivos del Milenio (ODM). El primero:
erradicar la pobreza extrema y el hambre.
Según dichos objetivos, para el 2015
la pobreza se debería reducir a la mitad en
todo el planeta. Aunque no podemos asegurar
que no se haya avanzado, este avance
es realmente lento. Como dato significativo,
la aportación del 0,7 % del PIB
al desarrollo comprometido, solamente
es respetada por siete países. España,
ni siquiera llega al 0,5 %.
Este dato repercute irremediablemente
en lo que la FAO (Organización
de las Naciones Unidas para la Agricultura
y Alimentación), considera insuficiente:
el hecho de que cada año haya 6 millones
de hambrientos menos en el mundo, situando
el punto óptimo para cumplir los
ODM en una reducción anual de 30 millones
de personas que pasen hambre.
Hambre que no es causada únicamente
por la carencia de alimentos, ya que inciden
también en ella otros factores como
la educación, las infraestructuras o la acción
gubernamental. Jacques Diouf, director
general de la FAO, cree que el verdadero
obstáculo para que el deseo se
convierta en realidad, radica en la escasez
de voluntad política y de recursos.
En El Fin de la Pobreza, Sachs hace referencia
a la «trampa de la pobreza», sustentada
entre otras variantes, por los fallos
en la acción de gobierno, la geografía física
que soportan sin salidas al mar y las barreras
comerciales erigidas por países extranjeros.
Para muchos economistas la
liberalización comercial, con o sin tratados,
es fundamental para que las economías
mermadas dejen de serlo, sirviéndose
del comercio internacional.
Posibles soluciones
Promover la igualdad entre los sexos y
la autonomía de la mujer es otro de los
ODM marcados desde el año 2000.
María Reimóndez, fundadora de la
ONG Implicadas/os no Desenvolvemento,
recordó en el Simposio sobre la
pobreza que es necesario partir del enfoque
de género, y contemplar la desigualdad
como algo que se encuentra en
la base de la pobreza. Este enfoque defiende
la idea del incremento del poder de
las mujeres, el reconocimiento de sus capacidades
y el derecho de decisión propia.
Las fotografías de este reportaje están cedidas
por Manos Unidas.
Objetivos del Milenio
• Erradicar la pobreza extrema y el hambre.
• Lograr la enseñanza primaria universal.
• Promover la igualdad de género y la autonomía
de la mujer.
• Reducir la mortalidad infantil.
• Mejorar la salud materna.
• Combatir el sida, la malaria y otras enfermedades.
• Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
• Establecer una Alianza Mundial para el Desarrollo.
Tras examinar la pobreza a través de la
economía clínica Sachs mantiene que al
igual que el cuerpo humano, esta debe ser
considerada desde la complejidad, por lo
que se vuelve del todo imprescindible conocer
el entorno social y la realización de
un seguimiento antes, durante y después
de alcanzar la curación.
En estas condiciones, los movimientos
migratorios pueden ofrecer oportunidades
sin precedentes en la lucha
con-tra la pobreza y la desigualdad si se
gestionan bien (Intermón Oxfam, Octubre
2007). Una verdadera estrategia de
reducción de la pobreza basada en los
ODM debería contar con cinco elementos:
diagnóstico diferencial, un plan de inversión,
un plan económico, un plan de
los donantes y un plan de gestión pública.
Nuestra generación es heredera de dos
siglos y medio de progreso económico y
por todo ello, J. Sachs expone que «acabar
con la pobreza es el reto de nuestro tiempo;
un compromiso que no solo nos aliviaría
del sufrimiento masivo y extendería
el bienestar económico, sino que también
promovería los otros objetivos de la democracia,
la seguridad mundial y el progreso
de la ciencia». ❚
Noviembre-diciembre 2007
Profesiones |
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