descárgate la revista en formato pdf - Revista Profesiones

CULTURA
PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
Camino hacia el cielo
Foto: Maty
En Burgos, capital europea de la cultura 2016, se alza una de las más significativas representaciones
de la arquitectura gótica de nuestra geografía, la catedral de Santa María. Con
un gran parecido a sus homólogas francesas, el templo burgalés constituye en sí misma una
de las más fidedignas recreaciones artísticas del desarrollo del estilo gótico español y, en general,
de las corrientes escultóricas predominantes en nuestro país durante varios siglos.
Carolina López Álvarez
HACE MÁS de veinte años, concretamente
en 1984, la UNESCO incluía
en su lista de monumentos Patrimonio
de la Humanidad la Catedral de Burgos,
una de las expresiones más representativas
del arte gótico español. Desde
su descubrimiento a mediados del siglo
XII, el gótico sería el estilo característico
de las manifestaciones artísticas de Europa
hasta el Renacimiento. Fueron los
humanistas italianos renacentistas los
que utilizaron por primera vez el término
gótico para calificar, de forma peyorativa,
al oscuro arte nacido en la Europa
nórdica, propio de los godos, considerados
en la época como bárbaros. A pesar
de lo impropio de la palabra, el término
fue aceptado pasando a la posteridad
como tal.
Obra del gótico por excelencia
La arquitectura gótica, con origen en la
vecina Francia, pronto llegaría a nuestro
país dando lugar a monumentos de
grandes dimensiones, más amplios, más
altos y con mejor iluminación; todas estas
características típicas del estilo gótico.
La verticalidad de los edificios, basada
en una estudiada proporción entre la
anchura y la altura de las naves, se convertirá
en la cualidad más significativa
de este tipo de arte. Uno de los máximos
exponentes lo encontramos en la Catedral
de Burgos, la primera de las tres
grandes catedrales construidas en Castilla
en el siglo XIII, cuyos trabajos de
construcción comenzaron en 1221 siguiendo
influencias recién llegadas de
los arquitectos del norte de Francia. De
hecho, se advierte cierta semejanza con
las catedrales de París y de Reims, dos
de las principales manifestaciones de arte
gótico en Europa.
Santa María de Burgos, única catedral
española Patrimonio de la Humanidad
por sí misma, fue levantada por
orden del rey Fernando III en el solar
de la antigua iglesia románica. No hay
constancia del nombre de los primeros
autores, aunque se cree que pudieron
ser franceses. Lo que sí se sabe es que a
mediados del siglo XIII el proyecto recayó
en manos del maestro Enrique que, años
más tarde, participó en la construcción
de la de León. En la fachada, donde se
aprecia quizá un mayor parecido con la
catedral parisina, se puede admirar un
imponente rosetón que se encuentra soportado
por los contrafuertes de las dos
torres angulares.
Las puertas del Sarmental y de la Coronería,
construidas en el siglo XIII, dan
constancia de la belleza de las esculturas
del gótico español.
Significativas modificaciones
posteriores
La Catedral de Burgos, consagrada en el
año 1260, sufriría importantes cambios a
partir del siglo XIV con la construcción
de un nuevo claustro y numerosas capillas
en las naves laterales que realzarían
aún más la belleza del lugar. La capilla
de los Condestables fue edificada en el
siglo XV en la parte central de la girola
por Simón de Colonia. Dicha capilla,
que es conocida como uno de los más
bellos ejemplos del llamado estilo isabelino,
tomó su nombre de los Condestables
de Castilla, Pedro Fernández de Velasco
y Mencía de Mendoza y Figueroa, impulsores
de la creación de la nueva capilla
para su utilización como panteón familiar.
Destacan en este espacio la riqueza
escultórica del altar mayor y los sepulcros
del Condestable y su esposa.
El cimborrio del crucero también forma
parte de los significativos añadidos
posteriores. Elaborado por los Colonia
entre la segunda mitad del siglo XV y
principios del siglo XVI, tuvo que ser reconstruido
por Juan de Vallejo tras hundirse
en 1539. Vallejo mantendría el estilo
gótico en el perfil estructural de la
obra pero incluiría una gran profusión
de elementos decorativos de estilo renacentista.
Juan de Colonia dio el toque de originalidad
a la fachada principal con la
introducción de la balaustrada y de las
esbeltas agujas que rematan las torres.
Estas importantes modificaciones fueron
otorgando a la catedral burgalesa la
inconfundible figura y personalidad de
la que ahora presume.
Riqueza interior
La catedral consta de tres naves, una
central de gran tamaño y otras dos menores,
adosadas a la central, divididas
en capillas que reúnen obras maestras
de extraordinario valor. En la nave central
destaca el gran coro de sillería de madera
tallada, obra de Felipe Bigarny y sus
discípulos. Otro alarde del esplendor del
interior del templo, en esta ocasión con
inspiraciones en el Renacimiento italiano,
lo encontramos en la escalera dorada
realizada por Diego de Siloé con un
singular trazado.
A pesar de su magnificencia y altitud,
la catedral de Burgos siempre ha estado
integrada en la vida de la ciudad, sirviendo
incluso como marco de reseñables
acontecimientos. El último de ellos,
una muestra dedicada al Cid y su contexto
histórico organizada con motivo
del octavo centenario de su Cantar. Se
podría decir que es uno de los lugares
más idóneos para la celebración de esta
exposición ya que en su interior se encuentra
la tumba del Cid y la de su esposa
doña Jimena. ❚
62 | Profesiones Noviembre-diciembre 2007