Retratos de Memoria de Carlos Jimenez PDF - Arquitrave
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excepciones le sería fiel, y con una buena i<strong>de</strong>a: la <strong>de</strong>l anti-teatro.<br />
Buena para la época, finales <strong>de</strong> los 60, cuando en América y Europa el<br />
or<strong>de</strong>n capitalista y también el comunista, era cuestionado por un conglomerado<br />
heterogéneo <strong>de</strong> hippies, anarquistas, pacifistas, castristas,<br />
troskistas y maoistas, a quienes atraía la crítica que grupos artísticos radicales<br />
como Fluxus habían emprendido contra todas las formas <strong>de</strong> representación<br />
artística tradicional, en especial la representación teatral. Aunque<br />
en realidad Fassbin<strong>de</strong>r nunca apostó por la abolición <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong>l<br />
teatro, en la veintena <strong>de</strong> películas que hizo a finales <strong>de</strong> los 60 y a comienzos<br />
<strong>de</strong> los 70, la actitud antiteatral – o si se quiere, crítica <strong>de</strong>l teatro <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
el teatro - se nota en las historias <strong>de</strong> esas películas <strong>de</strong>liberadamente prolijas<br />
e incongruentes y en una dramaturgia <strong>de</strong> minimalista, a cuya sombra<br />
los actores más que representar personajes se representan a mí mismos<br />
en su soledad, sus fracasos, sus manías sexuales y sus marginamientos,<br />
Fassbin<strong>de</strong>r, sin embargo, no se quedó en estas propuestas que en <strong>de</strong>finitiva<br />
sólo satisfacían a los círculos radicales <strong>de</strong> la política y la cultura <strong>de</strong><br />
la época. Sin <strong>de</strong>jar nunca <strong>de</strong> pertenecer a ellos en todos los sentidos,<br />
incluido el estilo anarquista <strong>de</strong> vida, él advirtió pronto los callejones sin<br />
salida a las que dichos círculos acabaron metiéndose. La salida la ofreció<br />
en Todos nos llamamos Alí, premiada en 1974 en el Festival <strong>de</strong> Cine <strong>de</strong><br />
Cannes. A partir <strong>de</strong> ella Fassbin<strong>de</strong>r se <strong>de</strong>dicó a recuperar y reformular en<br />
el cine el melodrama, buscando tanto audiencias más amplias como la<br />
posibilidad <strong>de</strong> examinar- como lo hizo en Lili Marlen o en El matrimonio <strong>de</strong><br />
María Braun- aspectos, escenas, situaciones, relatos <strong>de</strong> la tragedia histórica<br />
que representó para Alemania la victoria y la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong>l nazismo puestos<br />
<strong>de</strong> lado por los círculos radicales <strong>de</strong> don<strong>de</strong> él venia. Pesaba en ellos <strong>de</strong>masiado,<br />
tal y como lo advirtió oportunamente Andreas Huyssen, la herencia<br />
brechtiana, con su teoría racionalista <strong>de</strong> la distanciación e, inclusive las<br />
rigurosas exigencias éticas y estéticas <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad formuladas<br />
inapelablemente por Adorno. Fassbin<strong>de</strong>r no se convirtió, evi<strong>de</strong>ntemente<br />
en otro Douglas Sirk, pero logró reconvertir al melodrama en un género<br />
abierto a los proyectos <strong>de</strong> toda una generación <strong>de</strong> cineastas críticos e<br />
irreverentes, en la que figura evi<strong>de</strong>ntemente Pedro Almodóvar.<br />
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