28.02.2015 Views

¿Por qué luchan los pueblos? - Biblioteca Virtual en Salud

¿Por qué luchan los pueblos? - Biblioteca Virtual en Salud

¿Por qué luchan los pueblos? - Biblioteca Virtual en Salud

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>en</strong>globa, <strong>en</strong> las relaciones a la vez cuantitativas y cualitativas, que se rig<strong>en</strong> todas <strong>en</strong> una<br />

interacción continua: 1) las reglas que presid<strong>en</strong> la obt<strong>en</strong>ción por el hombre de productos de la<br />

naturaleza y la distribución social de esos productos; 2) las reglas que presid<strong>en</strong> las relaciones<br />

de <strong>los</strong> hombres <strong>en</strong>tre el<strong>los</strong>, por medio de agrupaciones espontáneas o institucionalizadas; 3)<br />

las justificaciones intelectuales o míticas que dan de esas relaciones, con diversos grados de<br />

conci<strong>en</strong>cia y de sistematización, <strong>los</strong> grupos que las organizan y se aprovechan de ellas, y que<br />

se impon<strong>en</strong> a <strong>los</strong> grupos subordinados” 36 .<br />

La interacción de estos factores exige un método de p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to no idealista ni metafísico,<br />

como v<strong>en</strong>imos insisti<strong>en</strong>do, método que se ve reforzado con la ideas que Gallissot sobre las<br />

“fluctuaciones terminológicas” y el “<strong>en</strong>cabalgami<strong>en</strong>to de vocabulario y de s<strong>en</strong>tido” pres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong><br />

Marx y Engels. Es decir, con la reivindicación de la agilidad <strong>en</strong> la interconexión de conceptos<br />

que expresan niveles particulares de la realidad <strong>en</strong> un mom<strong>en</strong>to concreto, pero que <strong>en</strong> otro<br />

mom<strong>en</strong>to expresan niveles más o m<strong>en</strong>os difer<strong>en</strong>tes. Lo importante de la tesis de Gallissot<br />

arriba citada es que, utilizando y apoyándose sobre el concepto de “modo de producción –<br />

refer<strong>en</strong>cia económica es<strong>en</strong>cial y g<strong>en</strong>eral”, difer<strong>en</strong>cia analíticam<strong>en</strong>te cuatro conceptos que<br />

deb<strong>en</strong> integrarse luego <strong>en</strong> la síntesis teórica superior: 1) la “formación económica”, que<br />

proporciona la composición social de base; 2) la “formación socio-económica”, que proporciona<br />

la evolución histórica de la base económica; 3) la “formación social”, que introduce lo<br />

comunitario y lo nacional <strong>en</strong> lo socioeconómico, y 4) la “formación socio-política”, que introduce<br />

las fuerzas políticas y sociales <strong>en</strong> lucha <strong>en</strong> el <strong>en</strong>tero panorama descrito siempre móvil 37 .<br />

La interacción de <strong>los</strong> cuatro vectores nos permite disponer de una visión móvil y contradictoria<br />

de un modo de producción, de manera que nada, ningún comportami<strong>en</strong>to humano, puede<br />

<strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse fuera de la totalidad social. Es por esto que P. Vilar, con toda la razón, ha<br />

destacado que todo está d<strong>en</strong>tro de ella, desde “<strong>los</strong> modos del amor” hasta la gastronomía de<br />

<strong>los</strong> pueb<strong>los</strong>, pero insisti<strong>en</strong>do <strong>en</strong> la l<strong>en</strong>gua, ya que: “aparte de su valor caracterizador, puede<br />

aportar, al m<strong>en</strong>os, tres niveles de continuidad: el temporal histórico, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te plurisecular;<br />

el espacial, que trasci<strong>en</strong>de a veces compartim<strong>en</strong>taciones geográficas o políticas, y el social,<br />

por el que el curso social puede gozar de una cohesión etno-cultural por <strong>en</strong>cima de las clases y<br />

fr<strong>en</strong>te a otras comunidades etno-lingüísticas” 38 .<br />

Pierre Vilar ha t<strong>en</strong>ido aquí el mérito de sintetizar bu<strong>en</strong>a parte de lo escrito por Marx y Engels.<br />

Los tres niveles de temporalidad están implícitam<strong>en</strong>te pres<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> las posturas de ambos<br />

amigos <strong>en</strong> cuestiones prácticas como, por ejemplo, las reacciones de <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> oprimidos,<br />

reacciones que <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran parte de su impulso <strong>en</strong> lo más profundo del tiempo plurisecular, del<br />

tiempo de las costumbres y tradiciones colectivas, también de <strong>los</strong> tiempos como el espacial con<br />

sus directas conexiones con el peso de lo geográfico y del sistema político, y el tiempo social,<br />

con sus cont<strong>en</strong>idos clasistas, de sexo-género y de explotación nacional. El caso de la<br />

“vergü<strong>en</strong>za nacional” de un pueblo vejado, despreciado y humillado nos remite a la dialéctica<br />

simultánea de estas tres temporalidades.<br />

Marx, sobre este crucial tema, plantea una cuestión que ha sido luego sino totalm<strong>en</strong>te<br />

despreciada por muchos marxistas occid<strong>en</strong>tales, sí reducida a una caricatura despectiva. Me<br />

refiero al problema del orgullo y de la vergü<strong>en</strong>za nacionales. En una carta a Ruge, Marx dice:<br />

“Le aseguro que, por muy poco orgullo nacional que se t<strong>en</strong>ga, la vergü<strong>en</strong>za nacional se si<strong>en</strong>te<br />

hasta <strong>en</strong> Holanda. Incluso el último holandés es un ciudadano comparado con el primero de <strong>los</strong><br />

alemanes. (....) Es una verdad que al m<strong>en</strong>os nos confronta con la vaciedad de nuestro<br />

patriotismo y la monstruosidad de nuestro régim<strong>en</strong> político, y nos <strong>en</strong>seña a cubrirnos la cara<br />

. Usted me va a preguntar con una sonrisa: ¿Y qué hemos ganado con esto?<br />

Para una revolución no basta con la vergü<strong>en</strong>za. Yo le respondo: la vergü<strong>en</strong>za es ya una<br />

revolución, es realm<strong>en</strong>te la victoria de la Revolución francesa sobre el patriotismo alemán que<br />

le v<strong>en</strong>ció <strong>en</strong> 1813. La vergü<strong>en</strong>za es una forma de ira, ira cont<strong>en</strong>ida. Y si una nación <strong>en</strong>tera se<br />

avergonzara realm<strong>en</strong>te, sería como un león replegándose para saltar” 39 .<br />

36 Pierre Vilar: “Iniciación al vocabulario del análisis histórico”. Crítica. Barcelona 1980. Pág.: 67.<br />

37 R<strong>en</strong>é Gallissot: “Contra el fetichismo”. En “El concepto de “formación económico-social””. Ops. Cit.<br />

Pág.: 177.<br />

38 Pierre Vilar: “Historia, nación y nacionalismo”. HIRU, 1998. Págs.: 49-50.<br />

39 Marx: “Anuarios francoalemanes”. En OME-5. Critica. Barcelona 1978. Págs.: 165-166.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!