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escritura? Pensé que había empezado hace poco pero escribiendo<br />
La abuela…, me di cuenta de que mis primeros<br />
escritos fueron con mi abuelo. Él me contaba cosas de la guerra<br />
y yo escribía en una máquina de escribir. Tenía 14 años.<br />
Era un juego. Y nunca me había dado cuenta que escribíamos<br />
historias que podían ser novelas. Con La abuela…, entendí lo<br />
que ellos –mis abuelos– me habían enseñado: escuchar una<br />
historia y contarla.<br />
–¿De qué se trata la novela? Se trata de una persona que<br />
pasó de cuidar ovejas en el campo con 11 años a trabajar en<br />
unas minas de carbón a los 15. Y que cuando se enamora de<br />
un hombre y deciden asentarse en su pueblo para desarrollar<br />
su vida, esa persona a la que ama empieza a ser perseguido,<br />
por lo que tiene que exiliarse. Así llegan a la Argentina. Es<br />
una novela de huidas, de despedidas y no despedidas, de<br />
cómo ir de un lado al otro sin tener absolutamente nada. Mi<br />
abuela se vino con un colchón desde Barcelona, que compraron<br />
con la poca plata que tenían, porque no sabían adónde<br />
iban a dormir. Y llegaron al barrio de Coghlan. Ese mismo<br />
colchón lo mudaron después al Tigre y pasó por varios lugares.<br />
Este detalle que marca una vida, me pareció ineludible<br />
para la novela.<br />
–¿Su abuela sabe que es la protagonista de la novela?<br />
Sí, claro. Es que le hice muchísimas preguntas… No es una<br />
novela sobre la Guerra Civil, es una novela sobre mis abuelos.<br />
Y entonces respeté su memoria, haya sucedido o no. De<br />
algunas cosas se acordaba, de otras no. Pero le leí los capítulos<br />
y fue muy lindo. Hace un tiempo, mi abuela le dijo a mi<br />
hermano: “Ella me pregunta pero después escribe lo que le<br />
da la gana”. Me encantó ese comentario porque entendió –sin<br />
haber leído nunca una– lo que es una novela.<br />
–En toda experiencia literaria, el autor atraviesa distintos<br />
estados, ¿qué pasó mientras la escribía? Me pasó de<br />
todo. Quizás la escribí como una especie de reivindicación.<br />
Siempre acusaron a mi abuela de ser una persona dura y hasta,<br />
a veces, mala pero yo siempre vi otra cosa en ella. Y esta<br />
novela me permitió darme cuenta de que no estaba equivocada.<br />
A veces, hay que ir hasta el principio para entender muchas<br />
cosas del presente. La vida es hacer lo que mejor podés<br />
cada día, sin planes. Y, ella es una mujer que desayunaba agua<br />
ardiente antes de ir a la mina porque era lo único que había.<br />
Entonces, ¿quién soy yo para juzgar a mi abuela? Escribiendo,<br />
entendí varias cosas. Y creo que muchos se pueden sentir<br />
identificados con mi abuela.<br />
–Respecto de Tiene que ver con la furia, escrita a dúo<br />
con Luis Mey, ¿cómo tomaron la decisión de hacerla?<br />
Nunca sé cuando empiezo a hacer las cosas. Un día, me veo<br />
haciéndolas. Y con Luis nos pasó eso. Nos vimos escribiendo<br />
juntos. Te podría dar mil razones de por qué no la escribía<br />
pero ninguna por la cual la escribí, y es porque era inevitable.<br />
Y con La abuela… pasó lo mismo: necesitaba escribirla.<br />
–¿Y cómo fue la experiencia? Muy buena, además entendí<br />
un par de cosas escribiendo con Luis: es mucho más fácil no<br />
hacer las cosas porque no te van a criticar. Luis me enseñó a<br />
escribir y también me enseñó que mañana no lo vamos a hacer<br />
mejor, a no buscar momentos ideales. Si te ponés a buscar<br />
las velitas, el momento ideal y la casa en el campo, no vas a<br />
lograr nada. Es como dice Flaubert: “Hay que vivir como un<br />
burgués y escribir como un loco, porque si estás tomándote<br />
dos botellas de whisky con seis mujeres en la cama, difícilmente,<br />
escribas algo”. Hay que quitarle un poco ese romanticismo.<br />
Escribir es trabajar.<br />
–Es librera, editora y escritora. ¿Cómo es sentarse a<br />
escribir con toda esta experiencia? Soy obsesiva con todo.<br />
Esto no quiere decir que las cosas me salgan bien por eso. Es<br />
como la frase del Guasón: “soy como el perro que persigue<br />
autos”. Todo el tiempo está persiguiendo autos y el día que<br />
logre alcanzar uno, no va a saber qué hacer. No tiene planes.<br />
El plan quizás es perseguirlos. Esto es un poco lo mismo.<br />
–¿Factotum es también parte de esto? Es la respuesta del<br />
pesimismo. Me gusta tirarme a una pileta, a veces, vacía. No<br />
vivo de Factotum pero quería editar libros que me gustaban<br />
mucho y que no veía en las estanterías. Pero que se vendieran.<br />
Detesto el esnobismo. Mi idea con la escritura es que la gente<br />
lea esos libros si no ¿para qué? Entonces, Luis Mey me había<br />
mostrado Los abandonados y traté de decirle que tenía que<br />
editarla pero ahí me di cuenta, que la tenía que editar yo. Por<br />
esa novela, nació Factotum. Así como mi abuela es la abuela<br />
de todos, a veces pienso que todos somos un poco Maxi de<br />
Los abandonados. Es una novela fuerte, algunos la aman y<br />
otros la aborrecen. Quizás de eso se trata. De provocar.<br />
–¿Por qué le gusta provocar? Porque me gusta ver las<br />
reacciones de la gente, sacarlas de su lugar, me divierte. No<br />
creo que la vida tenga tantas estructuras, desde ese lado hablo<br />
de provocar.<br />
–Este número de <strong>Quid</strong> es sobre el fanatismo. ¿De<br />
qué es fanática? Te hago una lista. Soy fanática de la Coca<br />
Cola. De Woody Allen –fui hasta Nueva York a verlo–, de<br />
Leonard Cohen. De Andrés Calamaro. También me gusta<br />
mucho Vila Matas, Carver, Bukowski –Factotum es en su<br />
honor–. Esas cosas podrían ser las más importantes.<br />
–¿Y de qué libro podría considerarse una fanática? De<br />
Claus y Lucas, de la húngara Agota Kristof. Ese es el libro<br />
que me llevaría a una isla desierta. Si hubiera leído sólo ese<br />
libro en mi vida, hubiese bastado. Es lo mejor que leí en mi<br />
vida. No pude creer que una persona pudiera escribir así.<br />
Me involucré de una manera en la que nunca antes me había<br />
involucrado con un libro y hasta soñaba con él. No sé cómo<br />
alguien puede escribir así. La autora murió hace un par de<br />
años en un departamentito en Suiza, sólo bajaba para ir al<br />
supermercado. No se hizo muy conocida.<br />
–¿Hay alguno de los roles: librera, editora, escritora,<br />
en el que se sienta más cómoda? Sinceramente, muchas<br />
veces no me siento ni editora, ni escritora, ni librera. A veces<br />
no me siento nada de eso. Me cuesta que me cataloguen. Y<br />
me parece que, al creértelo, lo arruinás<br />
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