articles-340033_archivo_pdf_Orientaciones_Pedagogicas_Filosofia_en_Educacion_Media
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Preguntas c<strong>en</strong>trales de la tradición filosófica | 69 |<br />
a la impuesta por la economía capitalista. El resultado de esa relación<br />
es la <strong>en</strong>aj<strong>en</strong>ación. Cuando observamos una obra de arte y sólo<br />
consideramos su utilidad, nuestro placer o su precio, estamos expresando<br />
una relación <strong>en</strong>aj<strong>en</strong>ada. La lógica de la propiedad privada<br />
está pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> toda nuestra vida. “En lugar de todos los s<strong>en</strong>tidos<br />
físicos y espirituales ha aparecido así la simple <strong>en</strong>aj<strong>en</strong>ación de todos<br />
estos s<strong>en</strong>tidos, el s<strong>en</strong>tido del t<strong>en</strong>er” (Marx, 1844, p. 152). La vida<br />
humana se desarrolla <strong>en</strong> sociedad y son las condiciones sociales las<br />
que posibilitan su evolución o su propia ali<strong>en</strong>ación. Marx observa<br />
<strong>en</strong> el trabajo humano, liberado de la <strong>en</strong>aj<strong>en</strong>ación, la posibilidad de<br />
tal desarrollo. Pero eso implica que el trabajo <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, y el trabajo<br />
artístico <strong>en</strong> particular, se liber<strong>en</strong> de cualquier restricción externa,<br />
bi<strong>en</strong> sea de poder o mercantil, para alcanzar la expresión de todas<br />
las fuerzas humanas. La objetivación de la es<strong>en</strong>cia humana, tanto <strong>en</strong><br />
s<strong>en</strong>tido teórico como <strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido práctico, es, pues, necesaria tanto<br />
para hacer humano el s<strong>en</strong>tido del hombre como para crear el s<strong>en</strong>tido<br />
humano correspondi<strong>en</strong>te a la riqueza pl<strong>en</strong>a de la es<strong>en</strong>cia humana y<br />
natural (Marx, 1844, p. 154).<br />
El mundo social es creación humana, pero una creación <strong>en</strong>aj<strong>en</strong>ada,<br />
es decir, aquella <strong>en</strong> la que el creador no experim<strong>en</strong>ta el <strong>en</strong>riquecimi<strong>en</strong>to<br />
de sus fuerzas y no produce para la humanidad; por el contrario,<br />
<strong>en</strong> sus creaciones se somete a las necesidades de la ganancia<br />
y a la lógica de la explotación. El arte no <strong>en</strong>aj<strong>en</strong>ado permite que el<br />
individuo se exteriorice, se exprese, se produzca a sí mismo y produzca<br />
el mundo social.<br />
Si<strong>en</strong>do Nietzsche y Marx críticos de la cultura occid<strong>en</strong>tal y del<br />
arte <strong>en</strong> ella producida, <strong>en</strong>contramos ulteriores investigaciones que<br />
indagan por la experi<strong>en</strong>cia estética. Martin Heidegger descubre <strong>en</strong><br />
el siglo XX que las preguntas y las respuestas que se han formulado<br />
<strong>en</strong> la historia de la Filosofía occid<strong>en</strong>tal han estado marcadas por el<br />
olvido del Ser. Esto es lo que ha conducido a una sociedad dominada<br />
por la técnica, sociedad <strong>en</strong> la que se ha perdido el mundo de la vida.<br />
Ante esta situación, el arte abre s<strong>en</strong>tido y hace posible la experi<strong>en</strong>cia;<br />
no sólo porque “la obra instala un mundo (y) elabora la tierra”<br />
(Heidegger, 1969, p. 38) sino porque, también, es la experi<strong>en</strong>cia de<br />
lo exist<strong>en</strong>te que está <strong>en</strong> el Ser. “Sólo esta iluminación nos regala y