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capaces de incluir un cierto grado de<br />
ambigüedad y anomalía que les permite<br />
responder al cambio constante<br />
al cual están sujetas. Así, a menudo<br />
la ilusión de continuidad y constancia<br />
oculta o disimula intersticios de<br />
diálogo y negociación de la diferencia<br />
en los márgenes del statu quo.<br />
Estos poseen la capacidad de promover<br />
modificaciones incipientes que,<br />
con el tiempo, generalmente desembocan<br />
en profundos cambios sociales.<br />
Citaremos tres ejemplos: la caída<br />
de fronteras que impedían el derecho<br />
al voto de las mujeres y también su<br />
acceso al mundo laboral; el acceso de<br />
las clases trabajadoras a la educación<br />
universitaria; y el acceso al inmenso<br />
depósito de información creado por la<br />
revolución digital.<br />
Hoy las fronteras tradicionales se<br />
ven cuestionadas por las consecuencias<br />
de la globalización. Más allá de<br />
las fronteras físicas existen las nuevas<br />
fronteras digitales, invisibles y poderosas,<br />
que transforman las relaciones<br />
Montserrat Guibernau (Vilanova i<br />
la Geltrú, 1960) es doctora en Teoría<br />
Social y Política por la Universidad de<br />
Cambridge y licenciada en Filosofía por<br />
la Universidad de Barcelona. Actualmente<br />
es catedrática de Ciencia Política en la<br />
Universidad de Londres (Queen Mary<br />
College). Es coeditora de la revista<br />
Nations and Nationalism y de Política y<br />
Sociedad. Además de conferenciante, es<br />
autora de diversas publicaciones entre<br />
las que destacan los libros Belonging:<br />
Solidarity and division in modern societies<br />
(Polity Press, Cambridge, 2013), La identidad<br />
de las naciones (Polity Press, 2010),<br />
Un catalanismo cosmopolita (Angle<br />
Editores, Barcelona, 2009), Naciones sin<br />
Estado (Ariel, 1998) y Governing Europe<br />
(Open University, 2006).<br />
interpersonales y llenan el planeta de<br />
conexiones interminables y complejas<br />
que establecen una firme frontera entre<br />
quiénes poseen los medios y el conocimiento<br />
para poder utilizarlas y quienes<br />
las ignoran y temen.<br />
<strong>El</strong> poder de las revoluciones cibernéticas<br />
se manifiesta a través de la rapidez<br />
del cambio político ejemplificado<br />
por la transformación de una protesta<br />
popular en contra de los regímenes<br />
autoritarios en el Norte de África y el<br />
mundo Àrabe -diciembre 2010- que en<br />
pocos días se transformó en un movimiento<br />
social de masas capaz de provocar<br />
la caída de regímenes políticos. La<br />
visibilidad y rápida expansión de estas<br />
revoluciones pro-democracia y el uso<br />
masivo de tecnologías digitales no tiene<br />
precedentes en cuanto a su rapidez y al<br />
éxito de sus consignas. Los mensajes<br />
cibernéticos atraen por la sofisticación<br />
de su tecnología, por la posibilidad de<br />
personalizar teléfonos y ordenadores,<br />
por el contraste entre la fragilidad de<br />
la inmensa cantidad de información y<br />
contactos a los que se puede acceder y<br />
que descansan en la palma de nuestra<br />
mano.<br />
La revolución digital puede ser utilizada<br />
para promover la democracia, los<br />
derechos humanos y la igualdad, pero<br />
también puede transformarse en un<br />
instrumento de promoción del fundamentalismo,<br />
la exclusión y las políticas<br />
autoritarias. La revolución digital no es<br />
una revolución ética o comprometida<br />
con valores progresistas, aunque tampoco<br />
lo está con principios autoritarios,<br />
antidemocráticos.<br />
<strong>El</strong> espejismo de la libertad asociado<br />
al desmantelamiento de fronteras tradicionales<br />
seduce a millares de personas<br />
conectadas digitalmente, ávidas por<br />
recibir aquellos mensajes y consignas<br />
anónimos o de personas desconocidas<br />
que les convocan a movilizarse, a<br />
transformarse en actores sociales. La<br />
ficción del compañerismo y de una<br />
cierta solidaridad invisible les libera,<br />
momentáneamente, de la soledad y el<br />
aislamiento silencioso.<br />
Un mundo carente de fronteras<br />
es una utopía y lo continuará siendo<br />
durante un largo período de tiempo.<br />
Las fronteras físicas existen y es<br />
previsible que continúen en un universo<br />
donde la idea cosmopolita es<br />
reconocida y loada por algunos, pero<br />
en el cual el cosmopolitismo no predomina.<br />
Nuestro mundo está jerarquizado<br />
y dividido, aunque se intente<br />
crear la ficción de la singularidad a<br />
través del consumo. Aún así, se trata<br />
de una singularidad basada en el poder<br />
adquisitivo de los individuos y que a<br />
menudo niega el valor de la persona<br />
como ser humano.<br />
Invisibles y efectivas persisten las<br />
fronteras que construimos nosotros<br />
mismos cuando limitamos nuestra vida,<br />
evitamos el riesgo, nos acomodamos y<br />
dejamos en manos de otros la lucha por<br />
la libertad y la creación de un universo<br />
justo. <br />
14 <strong>El</strong> <strong>Ciervo</strong> ˜ <strong>Enero</strong>-<strong>Febrero</strong> <strong>2015</strong>