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en el verso, universo ~ n. 259<br />
Versos contra la guerra<br />
Por Alejandro Duque Amusco<br />
Tristes armas<br />
si no son las palabras<br />
Miguel Hernández<br />
<strong>El</strong> pasado año se cumplió<br />
el centenario del comienzo<br />
de la Primera Guerra<br />
Mundial. <strong>El</strong> <strong>Ciervo</strong>, atento a las<br />
cuestiones sociales e históricas<br />
de relevancia, no solo dedicó a<br />
esta efemérides unas penetrantes<br />
páginas en el número de agosto,<br />
sino que en diciembre de 2014 ha<br />
editado una recopilación poética<br />
de transparente título: Poemas<br />
para la paz*. Y vuelve ahora,<br />
en este “Pliego de poesía”, a<br />
defender la cultura de la paz a<br />
través de la palabra de los poetas.<br />
<strong>El</strong> citado libro antibelicista<br />
–con excelente prólogo de la hispanista<br />
italiana Rosa Mª Grillo–<br />
recoge poemas inspirados por<br />
algunas de las contiendas sufridas<br />
desde finales del siglo xix hasta<br />
hoy, y también por el holocausto<br />
atómico de Hiroshima y Nagasaki.<br />
Pero no es lugar este para hablar<br />
de esta recopilación, sino para presentar<br />
el “Pliego”, a base de unas<br />
pocas composiciones extraídas de<br />
entre el medio centenar que forman<br />
el libro.<br />
La guerra franco-prusiana de 1870<br />
brinda al poeta Arthur Rimbaud la<br />
ocasión de una engañosa instantánea:<br />
“<strong>El</strong> durmiente del valle”. Este<br />
soneto parece evadirse de la atmósfera<br />
opresiva de la guerra y modelar<br />
ilusoriamente una estampa bucólica.<br />
<strong>El</strong> último verso vendrá a sacarnos del<br />
* La edición, en tirada reducida y no venal, ha sido<br />
distribuida como obsequio entre “Los Amigos<br />
de <strong>El</strong> <strong>Ciervo</strong>”.<br />
engaño. <strong>El</strong> joven que “dormita” sobre<br />
la hierba tiene dos “agujeros rojos” en<br />
el costado.<br />
No podían faltar en esta sucinta<br />
muestra dos de los más notables poetas-soldados<br />
de aquella generación<br />
sacrificada en la Gran Guerra: el italiano<br />
Giuseppe Ungaretti, que nos deja<br />
en “Vigilia” un desesperado apunte de<br />
amor a la vida, y el británico Wilfred<br />
Owen. Owen, que ingresó voluntario<br />
en el ejército, tuvo el infortunio de<br />
caer en acción bélica una semana antes<br />
de que se firmara el armisticio. Como<br />
otros jóvenes de entonces, caso de su<br />
amigo Siegfried Sassoon, Owen pasó<br />
del fervor patriótico a la denuncia de<br />
la “vieja mentira” de la guerra. A él se<br />
deben los poemas más contundentes<br />
sobre el horror vivido en la primera<br />
línea de fuego. “Dulce et<br />
decorum est”, título tomado de<br />
Horacio, es hoy el poema suyo<br />
más recordado.<br />
No ha sido fácil incluir en<br />
este oscuro drama a alguna poetisa<br />
antibelicista, pero las hay.<br />
Catherine Reilly reunió una<br />
antología de mujeres poetas de<br />
la Primera Guerra Mundial, en<br />
1984, con Vera Brittain y Edith<br />
Sitwell entre las más conocidas.<br />
Al caer en combate el prometido<br />
de Vera, le dedica el responso<br />
“Quizás”, pero no es propiamente<br />
un poema contra la guerra<br />
–el campo de batalla, entonces,<br />
estaba reservado en exclusividad<br />
al hombre–, sino una hermosa<br />
elegía por el amor perdido.<br />
Será la brasileña Cecília<br />
Meireles, ya en plena II Guerra<br />
Mundial, quien mejor supo oír<br />
el grito ensordecedor de la contienda<br />
y transformarlo en las<br />
crudas y alucinadas imágenes de su<br />
poema “Guerra”.<br />
<strong>El</strong> más ambicioso poema antimilitarista,<br />
con el que concluimos la selección,<br />
es “<strong>El</strong> baño de los soldados”, de<br />
F. T. Prince. Es también el más famoso<br />
del autor. Lo escribió en 1942, y tiene<br />
un marcado carácter autobiográfico.<br />
En palabras de Paul Batchelor, crítico<br />
de The Guardian, este poema “es una<br />
meditación sobre el cuerpo y el alma,<br />
el amor y la guerra, sobre la vida y el<br />
arte”.<br />
Sí, porque quizás sea el arte, y<br />
con él la palabra de los poetas, el<br />
modo más persuasivo de alertar a los<br />
hombres de los peligros de la guerra y<br />
sobre el frágil equilibrio que supone<br />
la paz. <br />
44 <strong>El</strong> <strong>Ciervo</strong> ˜ <strong>Enero</strong>-<strong>Febrero</strong> <strong>2015</strong>