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La mayoría de expertos pronostican un<br />
pacto entre Tsipras y Merkel<br />
toni comín<br />
europa<br />
Grecia: la hora de Syriza<br />
En el momento de escribir estas<br />
líneas faltan todavía unos días<br />
para las próximas elecciones<br />
griegas. Pero la mera posibilidad de<br />
que gane el partido de Tsipras ha<br />
abierto de nuevo grandes preguntas<br />
no solo sobre el futuro de Grecia, sino<br />
sobre el futuro del proyecto europeo<br />
en su conjunto. Porque Syriza ha<br />
anunciado su intención de hacer una<br />
quita significativa de la deuda pública<br />
griega –en algún momento se hablado<br />
de unos dos tercios del total– que<br />
desearía que fuese negociada, pero<br />
que no renuncia a ejecutar de manera<br />
unilateral. “Amenaza” ante la cual<br />
frau Merkel ha respondido por medio<br />
de filtraciones no oficiales: si Grecia<br />
no paga lo que debe, sale del euro.<br />
¿Pagará Grecia? ¿La echarán del<br />
euro sus socios de la UE si no lo hace?<br />
¿Habrá una negociación entre Tsipras<br />
y Merkel que evite escenarios tan<br />
extremos? Antes de lanzar un pronóstico,<br />
aclaremos las premisas con las<br />
que acometemos esta reflexión:<br />
En la mayoría de países del sur<br />
de la UE, la crisis ha sido la causa de<br />
la abultada deuda pública, y no ésta<br />
la causa de la crisis, contra lo que<br />
algunos pretenden hacernos creer.<br />
En efecto, el verdadero orden causal<br />
de los factores es el siguiente: fue la<br />
enorme deuda del sector privado,<br />
de la cual son responsables tanto<br />
los deudores (bancos y empresas de<br />
los países del sur de la UE) como<br />
los acreedores (bancos de los países<br />
del norte de la UE), la que provocó<br />
la crisis financiera; fue la necesidad<br />
de rescatar el sistema financiero en<br />
toni comín<br />
profesor de ciencias sociales,<br />
esade (universidad ramon llull)<br />
estado de colapso lo que disparó los<br />
déficits públicos de los estados y, en<br />
consecuencia, su deuda.<br />
La política de recortes se ha<br />
demostrado perfectamente incapaz<br />
para atajar el aumento de la deuda<br />
pública, como ya avisaron la mayoría<br />
de economistas dignos de este<br />
nombre. Solo el crecimiento permitirá<br />
reducir la deuda y los ajustes presupuestarios<br />
no hacen otra cosa que<br />
dificultarlo. Por lo tanto, los recortes<br />
no solo son socialmente injustos sino<br />
también claramente ineficaces.<br />
La política de recortes<br />
se ha demostrado incapaz<br />
para atajar el aumento de<br />
la deuda pública<br />
Grecia es la excepción: ahí sí que<br />
la deuda pública tiene que ver con<br />
un exceso de gasto público previo a<br />
la crisis financiera. Pero incluso en<br />
este caso, las políticas de austeridad<br />
se están demostrando desastrosas. Es<br />
discutible que en el caso griego sean<br />
legítimas, pero incluso en el caso de<br />
que lo fueran, seguirían siendo una<br />
receta equivocada.<br />
Además, la deuda griega va camino<br />
de ser impagable y son muchos los<br />
analistas que reconocen que, tarde<br />
o temprano, habrá que plantear una<br />
quita de verdad.<br />
¿Es posible un acuerdo entre<br />
Grecia y los países acreedores de la<br />
UE? Los términos del mismo no son<br />
difíciles de imaginar: se trataría de que<br />
Tsipras se conforme con una quita<br />
moderada y de que Merkel no exija<br />
renunciar a la quita para que Grecia<br />
siga en el euro. <strong>El</strong> problema, sin<br />
embargo, no es que sea imposible un<br />
acuerdo honroso para todas las partes:<br />
el problema es que quizás tanto<br />
Grecia como Alemania pueden llegar<br />
contemplar el “no acuerdo” como un<br />
escenario interesante y, por lo tanto,<br />
mantenerse en sus respectivos objetivos<br />
de máximos.<br />
Si hace dos años la bancarrota del<br />
Estado griego parecía que iba a llevar<br />
la eurozona al borde del abismo, se<br />
supone que de un tiempo a esta parte<br />
la UE ha hecho un proceso de fortalecimiento<br />
institucional –MEDE, incipiente<br />
unión bancaria, mayor coordinación<br />
presupuestaria, etc.– que hoy<br />
le permite afrontar la hipótesis de<br />
la expulsión de Grecia sin poner en<br />
riesgo el futuro de la moneda única.<br />
Se supone. De ahí que, antes que pactar<br />
–y, por tanto, legitimar– una quita<br />
moderada, Merkel pueda preferir una<br />
Grecia fuera de la eurozona.<br />
Por el lado griego, la vuelta al<br />
dracma podría abrir la puerta a una<br />
política de devaluaciones que acabase<br />
por devolver la economía griega a<br />
la senda del crecimiento, vía sector<br />
exterior. Aunque sea políticamente<br />
incorrecto reconocerlo, algunos piensan<br />
que para Grecia el escenario una<br />
quita contundente con devaluación es<br />
mejor que una quita irrisoria y mantenerse<br />
en el euro. Además, como bien<br />
explica Stiglitz, muchos países que a<br />
lo largo de la historia han hecho grandes<br />
suspensiones de pagos no solo no<br />
han perdido el acceso a los mercados<br />
financieros sino que, al contrario,<br />
incluso han vuelto a recibir crédito<br />
antes de lo previsto.<br />
Así las cosas, aunque la mayoría<br />
de expertos pronostican un pacto<br />
entre Tsipras y Merkel, ¿hay que descartar<br />
del todo que ambos se “pongan<br />
de acuerdo” en no ponerse de<br />
acuerdo? <br />
26 <strong>El</strong> <strong>Ciervo</strong> ˜ <strong>Enero</strong>-<strong>Febrero</strong> <strong>2015</strong>