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Máximo visto por Máximo<br />
En los últimos días de diciembre falleció el dibujante Máximo San Juan, colaborador de numerosas publicaciones. Fue<br />
uno de los grandes ilustradores en la prensa española. Fue buen amigo de ‘<strong>El</strong> <strong>Ciervo</strong>’. En nuestras páginas cultivó<br />
más su faceta de escritor. Le gustaba responder a preguntas que le formulábamos. En sus respuestas explica cómo<br />
se imaginaba el cielo, afirma que era de izquierdas y que le hubiera gustado ser William Shakespeare. Reproducimos<br />
algunos de esos textos como pequeño homenaje.<br />
¿Es usted alegre?<br />
Ser para la vida<br />
Si ser alegre es serlo siempre, llueva<br />
o luzca el sol, me temo que no<br />
soy alegre. Si ser alegre es serlo<br />
cuando la felicidad, la serenidad, o el<br />
ruido y la furia me visitan, entonces<br />
soy (¿o debería decir estoy?) alegre. En<br />
resumen: soy triste como “ser para la<br />
muerte” y soy alegre como “ser para<br />
la vida”. <strong>El</strong> <strong>Ciervo</strong> 617-618, agostosetiembre<br />
2002<br />
Quién me hubiera<br />
gustado ser<br />
Modestamente, William<br />
Shakespeare<br />
Si por el mismo precio se puede<br />
elegir a lo mejor y a lo peor,<br />
modestamente me pongo en la<br />
piel de William Shakespeare. Pese a que<br />
el trasplante total de cuerpo y espíritu<br />
no me cabe en la cabeza. Pese a que el<br />
problema de la alteridad es para mí el<br />
más inasumible y misterioso.<br />
Las razones para elegir al Bardo<br />
son obvias literariamente, aunque<br />
inquietantes en otros aspectos: ni se<br />
sabe con seguridad si Shakespeare es<br />
Shakespeare, si los sonetos tienen destinataria<br />
o destinatario, si sus obras las<br />
escribió él o tal locura fue el sueño de<br />
una noche de verano. Lo elijo porque,<br />
en sus tragedias sobre todo, hay crónica<br />
y filosofía, poesía y espectáculo<br />
en armonía de hierro y seda, en sabiduría<br />
con hondura, humor y naturalidad.<br />
Es asombrosa la equidistancia<br />
con que monta su tablado, cada personaje<br />
es un ser humano vivo e integral,<br />
con biografía. Shakespeare no moraliza,<br />
no juzga salvo con los hechos<br />
escénicos, no arropa o desabriga a los<br />
personajes. Y como dijo Hamlet: “<strong>El</strong><br />
resto es silencio”. <strong>El</strong> <strong>Ciervo</strong> 664-665,<br />
julio 2006<br />
Cómo se imagina<br />
usted el cielo<br />
Pierdo el reto<br />
Soy consciente de que estoy<br />
contraviniendo el mandato de<br />
<strong>El</strong> <strong>Ciervo</strong> y que el “reto” lo<br />
estoy perdiendo. Pero jugar a un cielo<br />
minimalista que va del desierto a las<br />
constelaciones; o a un cielo barroco y<br />
polifónico y ortodoxo y eclesiástico;<br />
o a un cielo de diseño como parque<br />
temático de la felicidad perenne<br />
simplemente estirando y estilizando<br />
la arquitectura, la luz y el sonido (e<br />
ignorando a los resucitados pululantes),<br />
también me parecería un fracaso: pues<br />
la insoslayable “imagen y semejanza”<br />
de todo, incluido el cielo, invalida cualquier<br />
paraíso no terrestre, cualquier<br />
“Jerusalén nueva”. Y proyectar el margen<br />
de la angustia derivada de la presunta<br />
eternidad un falseamiento técnico<br />
y ¿espiritual? del proyecto.<br />
En fin, me gustaría que lo que ni la<br />
Biblia ni Hollywood han conseguido<br />
lo consiguiese alguno de los consultados<br />
por <strong>El</strong> <strong>Ciervo</strong>. <strong>El</strong> <strong>Ciervo</strong> 640-641,<br />
julio-agosto 2004<br />
¿Es usted malo?<br />
Ante el espejo<br />
La respuesta automática es “no”,<br />
pero el automatismo puede<br />
jugarme una buena pasada. Para<br />
saber con mayor precisión si la maldad<br />
me habita, miro al espejo. <strong>El</strong><br />
espejo es el artefacto más peligroso<br />
y misterioso que tenemos en casa. A<br />
nada que nos demoremos en su contemplación<br />
empieza a convertirse en<br />
un individuo capaz de todo. ¿De ser<br />
malo también?<br />
Es un extraño sin dejar de ser uno<br />
mismo. ¿O somos varios? ¿Por qué<br />
está en esa pared profunda? ¿Por qué<br />
reproduce los muebles que la impregnan?<br />
La explicación que nos darían las<br />
leyes físicas no explica más allá de la<br />
piel teórica de las cosas. La ciencia sabe<br />
más de lo que muestra. La ciencia da<br />
respuestas inocentes.<br />
Ante el fracaso del impávido<br />
espejo, confío la respuesta a la simetría<br />
elemental y de nuevo el pez se me<br />
escapa. Puedo contestar que soy malo<br />
y miento. Puedo contestar que soy<br />
28 <strong>El</strong> <strong>Ciervo</strong> ˜ <strong>Enero</strong>-<strong>Febrero</strong> <strong>2015</strong>