El Ciervo 750 Enero/Febrero 2015

Bonos de impacto social
miquel de paladella
El director de UpSocial, Miquel de Paladella, explica cómo funcionan los Bonos de Impacto Social. Son un mecanismo
de financiación de servicios sociales de prevención. Describe las ventajas que aportan al aplicarlos a diferentes
ámbitos y en concreto a la reinserción de presos en el Reino Unido, donde se han obtenido muy buenos resultados.
Cada año, invertimos miles de
millones de euros en dar respuesta
a necesidades esenciales
de nuestra sociedad. Una gran parte
la dedicamos a poner remedio a problemas
que se podrían haber evitado.
La reincidencia de presos, el fracaso
escolar, la obesidad infantil o el sedentarismo
requieren de respuestas preventivas
porque mejoran la calidad
de vida de los ciudadanos y ahorran
recursos públicos. Sin embargo,
los recortes conducen a no invertir
en prevención, aun cuando sabemos
que no poner remedios en el futuro
comportará gastos mayores. Ante la
necesidad de hacer lo máximo con
cada euro, disponer de un sistema que
responda mejor a las urgencias que a
prevenir problemas es un lujo que no
nos podemos permitir.
Pero cuando planteamos esta
situación a altos funcionarios o políticos,
la respuesta es: ¿cómo podemos
invertir recursos en prevenir problemas
que aun no existen cuando apenas
podemos pagar las urgencias que
tenemos ahora?
Hace cinco años, la organización
Social Finance en el Reino Unido
diseñó un innovador mecanismo de
financiación de servicios sociales de
prevención. Firmó un contrato con
el ministerio de Justicia británico en
Miquel de Paladella es director de UpSocial
el que este último se comprometía
a pagar una cantidad de dinero si el
primero conseguía bajar la reincidencia
de un grupo de 3 mil presos en el
Reino Unido, en un periodo de cinco
años. El ministerio pagaría solo por
cada interno que no reincidiera. Con
ese contrato, Social Finance consiguió
obtener el dinero necesario para
implantar intervenciones enfocadas a
la reinserción de presos por parte de
inversores privados. Los inversores
arriesgaban su dinero para pagar estas
intervenciones, con la esperanza de
conseguir los resultados esperados y
así recuperar su dinero y un pequeño
retorno gracias al contrato de pago
por éxito firmado por el ministerio.
En los cinco años, Social Finance
subcontrató a varias entidades y
empresas sociales para llevar a cabo un
innovador programa de apoyo integral
a personas en proceso de reinserción
que ha conseguido una reducción
de la reincidencia en sus participantes
del 8,4 por ciento. Esta reducción ha
generado una obligación de pago al
ministerio que ha cubierto los costes
del proyecto, y ha permitido a los
inversores recuperar el dinero anticipado
con un interés del 7 por ciento.
Este mecanismo de financiación
de servicios sociales de prevención se
denomina Bonos de Impacto Social
(BIS). Suponen para la administración
la posibilidad de cubrir costes de servicios
sociales de prevención sin tener
que pagar por ellos hasta que han
conseguido los resultados esperados.
Si el proyecto tiene éxito, la administración
pagará el importe acordado.
Para los proveedores de servicios,
el modelo de los BIS proporciona una
financiación estable durante varios
años para realizar su tarea social, y les
enfoca en la consecución del objetivo
final de su trabajo. Los inversores se
sienten atraídos por el modelo ya que
proporciona evaluaciones de cumplimiento
de las iniciativas y pueden
conseguir un retorno económico de
su inversión.
La sociedad gana porque se cometen
menos delitos (en el caso británico),
o se previenen enfermedades
crónicas, o el fracaso escolar, o el
paro de larga duración. No se trata
de privatizar servicios públicos, sino
de ampliar la capacidad de prevenir
problemas, de anticiparse a las necesidades.
Y, sobre todo, de conseguir
mejoras en la calidad de vida de los
ciudadanos más vulnerables.
El éxito del proyecto británico ha
catalizado la adaptación del modelo
de los BIS en 27 países, incluyendo
Alemania, Holanda, Estados Unidos
o Canadá. Y se utilizan en ámbitos
tan diferentes como el de la infancia
tutelada, el paro o el apoyo a jóvenes
en situación de exclusión social. En
España, varias organizaciones están
explorando vías para implantar un primer
programa piloto de este modelo.
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