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No dejar sentar a una embarazada<br />
en el autobús, escupir en plena<br />
calle, colarse en el supermercado o<br />
no recoger los excrementos del perro<br />
son algunas de las faltas de educación<br />
que a muchos ciudadanos les sacan<br />
de sus casillas. Otros no soportan<br />
que suene un teléfono móvil en el<br />
cine, que no les salude el jefe en el<br />
ascensor o, simplemente, que alguien<br />
les explique el final de su serie favorita.<br />
Para gustos (e indignaciones),<br />
los colores.<br />
Pero vayamos al terreno político<br />
para encontrar lo que, para mí, es<br />
el colmo de la mala educación. La<br />
escena la vivimos con la comparecencia<br />
de Jordi Pujol en el Parlament.<br />
Afinidades políticas al margen, el ex<br />
presidente no dio detalles de los fondos<br />
defraudados a Hacienda durante<br />
más de treinta años, ni contestó a<br />
una sola pregunta de los legítimos<br />
representantes del pueblo catalán.<br />
Lejos de intentar pasar inadvertido,<br />
el promotor de la histórica frase “La<br />
feina ben feta no té fronteres” –que<br />
se ha pasado más de media vida<br />
dando lecciones de moralidad– prefirió<br />
reñir a los parlamentarios. Fue la<br />
última gran bronca de Jordi Pujol, la<br />
quintaesencia de la mala educación. <br />
La dentadura<br />
sobre la mesa<br />
Pilar del Río<br />
médico<br />
En España no somos, precisamente,<br />
muy educados. No hay<br />
más que entrar en un establecimiento<br />
público, como una frutería,<br />
por ejemplo, y observar. Nadie saluda<br />
dando los buenos días o buenas tardes<br />
cuando entra en la tienda y, si alguien<br />
lo hace, no obtiene respuesta alguna.<br />
Nadie pide las cosas por favor al<br />
dependiente y nadie le da las gracias, o<br />
muy pocos lo hacen. Muy feo.<br />
Soy médico y trabajo en una consulta<br />
de Atención Primaria. ¡Cómo<br />
estaré de acostumbrada a los malos<br />
modales que, cuando alguien me<br />
entrega un papel en la mano, en vez<br />
de hacer lanzamiento de folio como<br />
cuando los chavales tiran las piedras<br />
en el río para que estas salten, me<br />
lleno de sorpresa!<br />
Mala educación es abrir sin permiso<br />
una puerta que está cerrada y,<br />
por supuesto, sin llamar antes. Esta<br />
situación la padezco con relativa frecuencia<br />
en mi consulta. La mayoría<br />
de las veces con un paciente en<br />
paños menores dentro. Es algo que<br />
no soporto y consigue tenerme de mal<br />
humor durante un buen rato.<br />
Sin embargo, un día por la tarde<br />
en la consulta me sucedió el colmo de<br />
la mala educación: un paciente de 95<br />
años se quitó la dentadura y la puso<br />
encima de la mesa para enseñarme no<br />
sé qué en el paladar. <br />
suena el<br />
móvil<br />
Gonzalo Tejera Costa<br />
ingeniero industrial<br />
No recuerdo haber vivido ninguna<br />
situación de mala educación<br />
que por sí misma tenga<br />
suficiente entidad como para generar<br />
un relato anecdótico concreto.<br />
Posiblemente sea un problema de mi<br />
mala memoria o de que tendemos a<br />
olvidar las situaciones desagradables,<br />
más que de no haber existido tal<br />
vivencia. Sin embargo, sí hay para mí<br />
enero <strong>2015</strong><br />
Ugo Biggeri<br />
<strong>El</strong> valor del dinero<br />
Banca, finanzas y ética más allá<br />
del mito del crecimiento<br />
Hace falta una ayuda<br />
importante para clarificar<br />
cuestiones fundamentales<br />
sobre los bancos, las finanzas<br />
y la economía, casi una visita<br />
guiada para quien no tiene<br />
una formación económica y le<br />
cuesta a menudo comprender<br />
qué es lo que está en juego<br />
en las pequeñas y grandes opciones que se toman<br />
respecto al dinero. <strong>El</strong> valor del dinero es un<br />
ensayo de educación financiera, un estímulo para<br />
repensar la economía en términos más humanos y<br />
comprometedores, escrito por el actual Presidente<br />
de la italiana Banca Etica y de Etica Sgr.<br />
160 págs.<br />
P.V.P.: 12,95 €<br />
James Finley<br />
<strong>El</strong> Palacio del Vacío<br />
de Thomas Merton<br />
Encontrar a Dios:<br />
despertar al verdadero yo<br />
En el núcleo de la búsqueda espiritual se esconde<br />
siempre la pregunta: «¿Quién soy yo?». James<br />
Finley recoge el mensaje esencial de Thomas<br />
Merton (1915-1968) en esta obra ya clásica,<br />
donde se hace eco de la enseñanza de Merton<br />
para discernir los mecanismos engañosos del<br />
falso yo y las posibilidades de plenitud que laten<br />
en el corazón mismo de<br />
nuestro verdadero yo. La<br />
paradoja de Merton, y la<br />
del «solitario solidario»,<br />
consiste en que, al retirarse<br />
del mundo, redescubre el<br />
corazón del mundo, donde<br />
no hay separación entre<br />
uno mismo, los semejantes<br />
y Dios.<br />
208 págs.<br />
P.V.P.: 10,50 €<br />
agUstín Domingo moratalla<br />
Democracia y caridad<br />
Horizontes éticos para la donación<br />
y la responsabilidad<br />
La globalización ha<br />
situado la participación<br />
social y política ante un<br />
doble desafío: el de una<br />
economía que tiende a<br />
mercantilizar las relaciones<br />
humanas y el de un derecho<br />
político donde la justicia<br />
se desentiende de su<br />
dimensión social y cordial, generando una cultura<br />
donde las responsabilidades cívicas y la promoción<br />
de la justicia se plantean al margen de las fuentes<br />
morales o religiosas de los ciudadanos, como si la<br />
democracia fuera de mayor calidad cuando no se<br />
nutre de convicciones morales o religiosas.<br />
216 págs.<br />
P.V.P.: 15,00 €<br />
Apartado de Correos nº 77 | 39080 SANTANDER [España]<br />
Teléfono: (+34) 942 369 198 y (+34) 94 447 03 58<br />
E-mail: pedidos@grupocomunicacionloyola.com<br />
20 <strong>El</strong> <strong>Ciervo</strong> ˜ <strong>Enero</strong>-<strong>Febrero</strong> <strong>2015</strong>