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Cuadernos de Picadero Nº 7 - Instituto Nacional del Teatro

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Cambios importantes, ayudarían para que el géneroadoptara otros enfoques. En este momento adquirieronrelevancia las conceptualizaciones que realizaban profesionales<strong>de</strong> la psicología y pediatría, las queincidieron favorablemente en el teatro para niños. A<strong>de</strong>más,en el campo educativo comenzaron a cobrar fuerzauna serie <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrimientos y reelaboraciones <strong>de</strong> lateoría <strong>de</strong> Piaget. Des<strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> este autor, el juegosimbólico en el que el niño “jugaba a ser” y “jugaba ahacer” evocando ausencias, era fundamental para el<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l símbolo y <strong>de</strong>l pensamiento. El niño, segúnPiaget, necesitaba <strong>de</strong>l juego para crear y adaptarsea la realidad. “La fantasía no era, entonces, tan evasora<strong>de</strong> lo real como parecía. Es más, se nutría <strong>de</strong> lo realy revertía sobre lo real. En el juego el niño compensabacarencias, liquidaba conflictos, anticipaba situacionesy, en general, purgaba temores” (Montes: 1990,18).Asimismo, la creación <strong>de</strong>l <strong>Instituto</strong> Di Tella, en 1958,generó un fuerte clima <strong>de</strong> entusiasmo y <strong>de</strong>seos <strong>de</strong>renovación entre la intelectualidad <strong>de</strong>l momento. Enconsecuencia, los teatristas, tanto los que se acercaronal Di Tella, como los que no lo hicieron, no podían<strong>de</strong>sconocer la efervescencia cultural que se vivía enBuenos Aires y mucho menos los aportes en el campoteatral. Tal es el caso <strong>de</strong>l absurdo que, en el teatro paraniños, generó un cruce con otras poéticas que pue<strong>de</strong>tornarse sorpren<strong>de</strong>nte cuando se necesita ilustrar lapérdida <strong>de</strong> hegemonía <strong>de</strong>l realismo.De esta manera, comenzó a <strong>de</strong>sarrollarse una forma<strong>de</strong> absurdo, más próxima a la commedia <strong>de</strong>ll’ arte,don<strong>de</strong> primaban el azar y la invención. No po<strong>de</strong>mos<strong>de</strong>sestimar el anclaje <strong>de</strong>cisivo <strong>de</strong>l absurdismo en elespacio teatral <strong>de</strong> Buenos Aires. Y como ejemplo, resultavalioso Doña Disparate y Bambuco <strong>de</strong> MaríaElena Walsh (1963). Esta autora realizó innovadoresaportes en el período. En su Canciones para mirar(1962), se <strong>de</strong>staca un profundo sentido estético, <strong>de</strong>ntro<strong>de</strong> la línea que resalta lo pedagógico. Y la pieza <strong>de</strong>Laura Saniez Cuentos <strong>de</strong> nunca acabar (1964) evi<strong>de</strong>nciabala recepción productiva <strong>de</strong> esta puesta.A<strong>de</strong>más, la efervescencia i<strong>de</strong>ológica que produjo larevolución cubana dio como resultante una nueva mentalidadque directa o indirectamente repercutió en elteatro para niños. La reivindicación <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>ologíasgeneró un “aire <strong>de</strong> época” que imantó a muchas puestasen ese momento histórico; po<strong>de</strong>mos mencionar Elpríncipe <strong>de</strong> los pájaros (1958) <strong>de</strong> Agustín Malfatti,Clavelina (1963) <strong>de</strong> Ma<strong>de</strong>laine Barbulee y Carilinda,Primavera y Patapúfete (1964) <strong>de</strong> Andrés Lizarraga.Con relación al aporte <strong>de</strong> procedimientos que estimulabanel <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la fantasía, se intensificaron losque provenían <strong>de</strong> la farsa y <strong>de</strong> la comedia musical. Yaunque los personajes mantenían la dicotomía buenos/malos,obedientes/<strong>de</strong>sobedientes, ya se lespermitía a los buenos, un atisbo <strong>de</strong> audacia que posibilitabael cuestionamiento y la rebeldía.En esta línea estética, la presentación <strong>de</strong> Monigoteen la pared <strong>de</strong> Roberto Aulés (1955) enriqueció al teatrocon este tipo <strong>de</strong> recursos y generó una importanterecepción productiva. Tal es el caso <strong>de</strong> Gran fiesta enel circo, Pin Pan Pum <strong>de</strong> Enrique Pinti (1960). Tiempos<strong>de</strong> negro y farol <strong>de</strong> Jorge Tidone y El chocolate<strong>de</strong> Frank Brown <strong>de</strong> Roberto Aulés (1961); El muñeco<strong>de</strong> Mariana <strong>de</strong> Carlos Mayón (1962); Las cosas <strong>de</strong>Pepito <strong>de</strong> Jorge Audifred (1965); La calesita rebel<strong>de</strong><strong>de</strong> Mauricio Rosencof con dirección <strong>de</strong> Hugo Álvarez yEl bicho canasto <strong>de</strong> Andrés Turnes (1965); Las hadasandan en calesita <strong>de</strong> Jorge Tidone, que obtuvo el PrimerPremio en el Concurso <strong>de</strong> obras <strong>de</strong> teatro para niñosorganizado por la Subsecretaría <strong>de</strong> Cultura <strong>de</strong> la Nación,dirigida por el pionero Roberto Aulés; El vagabundo<strong>de</strong> la luna <strong>de</strong> Roberto Medina; De gatos y lunas <strong>de</strong>Beatriz Seibel (1968); Corazón <strong>de</strong> bizcochuelo <strong>de</strong>Enrique Pinti (1970). No obstante, en muchas <strong>de</strong> laspiezas <strong>de</strong> la época, no se renunciaba <strong>de</strong>l todo al mimetismoy a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> “ilusión”.La creación, en la ciudad <strong>de</strong> Necochea, <strong>de</strong>l Festival<strong>de</strong> Espectáculos para Niños, en 1962, dio cuenta <strong>de</strong> laimportancia que había adquirido el género tanto en laciudad <strong>de</strong> Buenos Aires como en el interior <strong>de</strong>l país. Apartir <strong>de</strong> su creación, este festival se convirtió en uno<strong>de</strong> los espacios <strong>de</strong> mayor legitimación.DEL ARTISTA A LA SUBJETIVIDADDEL ESPECTADOREn esta década asomaba Pipo Pescador en el teatropara niños. Las canciones y poesías <strong>de</strong> este autorsiguieron una línea contenidista, que hacían prevalecerel carácter didáctico <strong>de</strong> las mismas. En la década<strong>de</strong>l 80 esta textualidad se torna remanente, no obstante,en ¡Viva el teatro! (uno <strong>de</strong> sus mayores logros <strong>de</strong>los últimos tiempos), que contó con la dirección <strong>de</strong>Claudio Hochman, se puso en escena, precisamente,el cariño y adhesión popular que generaron y generansus actuaciones.En 1966, José Luis Viacava en un artículo <strong>de</strong> la revistaTalía (<strong>Nº</strong>31: 10/11) comentaba que luego <strong>de</strong> algunosaños <strong>de</strong> actividad que arrojaron no pocos resultadosperdurables, el teatro para niños había entrado en “francacrisis”. Viacava ubicaba las causas, precisamente, enaquel auge, el que fue una consecuencia <strong>de</strong> la utilización<strong>de</strong> procedimientos que dieron como resultado obrassumamente renovadoras. Así, los teatristas parecíanestar cómodos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esa retórica, sin continuar conla investigación y la experimentación. Según este periodistalas fórmulas aplicadas con éxito en añosanteriores fueron reiteradas hasta el cansancio.No obstante, rescataba El niño sol <strong>de</strong> Roberto Vegay Corazón <strong>de</strong> bizcochuelo <strong>de</strong> Enrique Pinti, comoreposiciones que, tras cosechar importantes galardonesen el IX Festival <strong>de</strong> Necochea, podían convocar ala platea infantil en la nueva temporada. Finalizaba elartículo saludando con entusiasmo el estreno <strong>de</strong> Lavuelta manzana (1970) <strong>de</strong> Hugo Midón. De esta piezaopinaba que, a pesar <strong>de</strong> que los procedimientos aplicadosobe<strong>de</strong>cían a las “más probadas fórmulas <strong>de</strong>lgénero”, el texto y la puesta evi<strong>de</strong>nciaban la rigurosidadque nada <strong>de</strong>jaba librado a la improvisación.Este creador que se <strong>de</strong>stacaba al comenzar la década<strong>de</strong> los 70, recién en Narices (1983), comenzó a <strong>de</strong>sa-14 CUADERNOS DE PICADERO

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