Escena <strong>de</strong> «Chiches»pudimos conseguir) las plateas están fijas, con suespacio pre<strong>de</strong>terminado, nunca nos ponemos a pensaren cómo quisiéramos que fuera la estructuración <strong>de</strong>ambos espacios, qué forma <strong>de</strong> conexión sería másconveniente para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> nuestro espectáculo.Sin embargo, en un espectáculo para niños y en especialpara niños tan pequeños, la manera en cómo<strong>de</strong>terminemos ambos espacios influirá po<strong>de</strong>rosamenteen el transcurso <strong>de</strong>l espectáculo. En este espectáculotuvimos la posibilidad <strong>de</strong> contar con un espacio flexibleque podíamos a<strong>de</strong>cuar a nuestras necesida<strong>de</strong>s.Queríamos que la comunicación se estableciera a partir<strong>de</strong> la cercanía <strong>de</strong> ambos espacios, nos interesabaque los chicos y los padres estuvieran juntos compartiendoesta primera experiencia teatral e incluso quealguno <strong>de</strong> nuestros espectadores pudiera ver la función<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su cochecito. Pero también sabíamos que talcercanía podía asustar a alguno <strong>de</strong> los chicos muypequeños. Tenía que haber opciones.El espacio era plano. Se <strong>de</strong>terminó el espacio <strong>de</strong>lactor ocupando un tercio <strong>de</strong>l espacio total, <strong>de</strong>limitadopor una carpa blanca que colgaba <strong>de</strong>l techo y bajabapor los laterales. Un largísimo almohadón que corría<strong>de</strong> una punta a la otra, a lo ancho, dificultaba el accesoal espacio <strong>de</strong>l actor y lo separaba <strong>de</strong>l espacio <strong>de</strong>lespectador. Es bueno recordar a esta altura, que nuestrosespectadores no poseen aún las convenciones quemás a<strong>de</strong>lante les impedirán entrar <strong>de</strong>cididamente en elespacio <strong>de</strong>l actor. Allí, pegado a esta separación, seagruparon colchonetas, en las cuales los padres y loschicos podían acomodarse a escasa distancia <strong>de</strong> losactores. Entre las colchonetas y las tribunas había unespacio libre en don<strong>de</strong> podían estacionarse los cochecitospara aquellos espectadores que quisieran mirarel espectáculo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí. Y, finalmente, las tribunasmás alejadas <strong>de</strong>l espacio escénico daban la tranquilidadnecesaria que, una distancia pru<strong>de</strong>ncial, otorgabaa aquellos que no gustaban <strong>de</strong> la cercanía <strong>de</strong>l actor.Así pudimos lograr el efecto <strong>de</strong>seado y propiciar unespacio que favorecía la comunicación y que, al mismotiempo, atendía las diferentes necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>nuestros espectadores.LA ILUMINACIÓNParecería que está <strong>de</strong> más <strong>de</strong>cirlo por obvio, peromuchos espectáculos empiezan muy mal sus funcionesal apagar las luces y producir un oscuro total en lasala. La oscuridad asusta y muchos espectáculos paraniños comienzan con llantos en la platea y con padresque <strong>de</strong>ben salir presurosos <strong>de</strong> la sala a calmar a sushijos, que por supuesto, se niegan a entrar nuevamente.El simple recurso <strong>de</strong> no llegar nunca al oscuro nospone a resguardo <strong>de</strong> tan mala experiencia para nuestrospequeños espectadores. Incluso <strong>de</strong>spués, duranteel espectáculo, cuidamos que nunca el oscuro fueratotal. Los cambios <strong>de</strong> iluminación siempre fueron lentos,nunca «a cuchilla», permitiendo a los espectadoresque se fueran acostumbrando al cambio, a los distintoscolores y a la mayor o menor intensidad <strong>de</strong> la luz.26 CUADERNOS DE PICADERO
EL SONIDOLos micrófonos inalámbricos, los «corbateros», estánmatando al teatro para niños. Cuando estoselementos tecnológicos no existían, el actor <strong>de</strong>bía preocuparsepara que su acción fuera lo suficientementeinteresante como para mantener a la platea en silencioy atenta. La dispersión, los chicos distraídos y conversando,eran un peligroso contrapunto que podía traercomo consecuencia que la voz <strong>de</strong>l actor no se escucharay que el espectáculo se fuera <strong>de</strong>slizando hacia elcaos total. Ahora, con el simple procedimiento porparte <strong>de</strong>l sonidista <strong>de</strong> darle volumen, se acabaron aparentementelos problemas <strong>de</strong> la dispersión. Un pocomás <strong>de</strong> volumen y la voz <strong>de</strong>l actor se alzará por encima<strong>de</strong> los murmullos <strong>de</strong> la platea. El actor, ignorante <strong>de</strong> loque suce<strong>de</strong>, terminará la función con la sensación <strong>de</strong>«lo bien que anda el espectáculo»... Claro, nunca escuchóa su platea.Tal como lo manifestara con respecto a las luces, elsonido también tiene que aportar al clima que queremoscrear, convertirse en un elemento expresivo quese coordine con el plan general <strong>de</strong> la puesta en escena.El sonido también está diciendo, está expresando unplan <strong>de</strong> puesta en escena que contiene una i<strong>de</strong>ología.Con respecto a nuestro espectáculo no queríamos quehubiese nada que perturbara el ambiente <strong>de</strong> tranquilidad,<strong>de</strong> calma que habíamos conformado. Un clima sinsobresaltos, en el que el niño pequeño pudiera confiary relajarse. Los sonidos <strong>de</strong>bían ser medidos, sin estri<strong>de</strong>ncias,graduados <strong>de</strong> tal manera que nunca llegaran aasustar ni a provocar el más mínimo sobresalto.A partir <strong>de</strong> allí se tomaron algunas <strong>de</strong>cisiones <strong>de</strong>importancia: las voces <strong>de</strong> los actores no serían amplificadasni siquiera cuando tuvieran que cantar. Dadoque la música era en vivo, con un teclado, el volumen<strong>de</strong> éste estaría en lo mínimo necesario como parapo<strong>de</strong>r acoplarse a las voces <strong>de</strong> los actores cuandocantaban. Debimos trabajar en la emisión y proyección<strong>de</strong> la voz <strong>de</strong> los actores para que pudieran tener lapresencia necesaria, efecto que pudimos conseguir através <strong>de</strong>l trabajo diario con un profesor <strong>de</strong> canto. Des<strong>de</strong>ya que, para los parámetros actuales, el volumengeneral era muy bajo, pero era lo que necesitábamospara nuestro público. De la misma manera se regularonaquellas escenas <strong>de</strong> conjunto en don<strong>de</strong> se sumabanvarias voces al mismo tiempo. El sonido, <strong>de</strong> esta manera,se integró como elemento expresivo al plangeneral <strong>de</strong> la puesta que tenía al niño menor <strong>de</strong> dosaños como <strong>de</strong>stinatario <strong>de</strong>l espectáculo.DE LA ACTUACIÓNLa conducción <strong>de</strong>l actor en un proceso <strong>de</strong> puesta enescena <strong>de</strong> teatro para niños también tiene sus particularida<strong>de</strong>s,que lo diferencian <strong>de</strong> igual proceso en el teatropara adultos. A un actor acostumbrado al silencio <strong>de</strong> laplatea adulta, pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>sconcertarlo los sonidos quesiempre provienen <strong>de</strong> la platea ocupada por un públicoinfantil: el llanto <strong>de</strong> un bebé al que la madre empecinadamente<strong>de</strong>ci<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar en la sala, las preguntas <strong>de</strong> losniños a sus padres sobre el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l espectáculo,los comentarios <strong>de</strong> los padres a sus hijos aún cuandoéstos no hayan preguntado nada, los ruidos <strong>de</strong> los papeles<strong>de</strong> las golosinas, etcétera, son algunas <strong>de</strong> lascaracterísticas <strong>de</strong> esta platea, aún cuando el públicoesté muy atento e interesado con lo que ocurre en elescenario. El rumor en la sala es inevitable Si no tenemosun actor preparado para estas contingencias es muyposible que se <strong>de</strong>sconcentre e incluso se moleste alsentir una permanente interferencia en su trabajo.Un actor <strong>de</strong> este género teatral <strong>de</strong>be ser un actorcon una oreja en la platea, que le permita <strong>de</strong>sarrollarlas intensida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su tarea <strong>de</strong> acuerdo a losestímulos que recibe. Tendrá que saber cuándo <strong>de</strong>beacentuar o aligerar su actuación, o cuándo <strong>de</strong>be incrementarel ritmo o cuándo está en condiciones <strong>de</strong>manejar tiempos más sutiles y extensos. Deberáapren<strong>de</strong>r a captar nuevamente el interés <strong>de</strong> la plateaTEATRO TRO PARA NIÑOS27