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Descargue Fugas de tinta 2 - Ministerio de Cultura

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también se acostó con otro amigo mío, pero yo no le contéeso a Pedro.Z. No, mija, qué amiga.N. Después <strong>de</strong> ese día yo nunca más volví a ver a Nuryen esa casa. Él <strong>de</strong>cía que ella era muy chévere, muy loca, perono me hablaba <strong>de</strong> que sintiera amor por ella, era más bien<strong>de</strong>seo. Ella siempre se jacta <strong>de</strong> ser to<strong>de</strong>ra en la cama. Pedro síme llegó a hablar <strong>de</strong>l mucho amor que sentía por su esposa,la mamá <strong>de</strong> sus dos hijos, que se me hacía raro porque nuncaiba don<strong>de</strong> él trabajaba. Supe por boca <strong>de</strong> otras personasque ella era tremenda, que lo traicionaba, que era coqueta,no sé, la verdad yo no la conocía. Él sí me contó que habíanestado separados pero no más. Hablábamos muy poco <strong>de</strong>ella. En nuestras charlas nocturnas conversábamos muchascosas, menos <strong>de</strong> ella, a<strong>de</strong>más porque me dio mucha tristezasaber que era casado, fue un bal<strong>de</strong> <strong>de</strong> agua fría para mí.Z. Sí… ¿no…?, qué pesar.N. Sí, hasta que llegó un día en que estábamos sentadosen el andén que hay entre las dos casas. Las dos casasquedan en un callejón muy angosto, entre frente y frentehay metro y medio <strong>de</strong> separación, y entre los dos, un muro.Allí estábamos sentados conversando muy amenamente yyo cada vez más atraída. Recuerdo que él estaba muy juntitoa mí, hablando muy chévere. Recuerdo que una <strong>de</strong> las cosas<strong>de</strong> las que hablábamos era <strong>de</strong>l amor y la virginidad, y queél fue la primera y única persona que le conté cómo y a quéedad perdí mi virginidad. De ese tamaño era la confianzaque me inspiraba, con él no tenía tapujos al hablar. Ese díaél se veía muy conmovido con mi historia y se mostró muycariñoso y comprensivo, a la vez que me regalaba esa miradatierna y brillante que me hacía sentir segura y <strong>de</strong>sinhibida.Y fue allí, cuando subí mi cara y lo miré a los ojos, que ledi un beso tierno en la boca.<strong>Fugas</strong> <strong>de</strong> <strong>tinta</strong> 215

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