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Descargue Fugas de tinta 2 - Ministerio de Cultura

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la puerta, por la ventana solo atisbaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> afuera. Volvíhacia la bajadita, a ver si había aparecido Pedro, pero ya veníanhacia la casa don<strong>de</strong> trabajaba Pedro, la hermana, la sobrinay Mellizo, el amigo <strong>de</strong> Pedro, el único que sabía lo quepasaba entre los dos. Hablamos sobre dón<strong>de</strong> podría estarPedro, pero nadie lograba dar razón <strong>de</strong> él. El teléfono seguíasonando, ellos me dijeron que él tampoco estaba don<strong>de</strong> laesposa. Ella había llamado a la mamá <strong>de</strong> él a preguntarle,pero no supieron darle razón. No habiendo más nada quéhacer se <strong>de</strong>cidió entrar a la casa y, aunque la ventana estabaentreabierta, no se pudo abrir la puerta porque estabacon seguro. El Mellizo optó por meterse por el techo, y así lohizo. Se apoyó en el balcón <strong>de</strong> mi casa, tomó impulso y pasóal techo. En la parte <strong>de</strong> atrás <strong>de</strong> la casa hay un pequeño huecopor don<strong>de</strong> entraba el sol al pequeño patio. Mellizo bajópor el hueco y cayó sobre el lava<strong>de</strong>ro.(Zoraya continúa escuchando la historia, entre asustaday asombrada, y con mucha expectativa. Mientras Norarevive esos momentos, siente el corazón igual <strong>de</strong> aceleradoque ese día, con la misma incertidumbre. Era como si estuvieraviviendo <strong>de</strong> nuevo ese instante. Los nervios, el dolor, latristeza, poco a poco se apo<strong>de</strong>ran <strong>de</strong> ella. Se nota en su agitaciónal contar la historia, mientras pasan mil imágenes ei<strong>de</strong>as <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su mente).Z. ¿Y qué pasó?N. Mellizo entró. Des<strong>de</strong> la ventana lo veíamos recorrerla casa, miró el baño, el último cuarto, la cocina, el otrocuarto, la sala y abrió la puerta. “Él no está”, dijo, “la casaestá sola”. Todos nos miramos tratando <strong>de</strong> saber qué era loque estaba pasando.Z. Y, entonces, ¿dón<strong>de</strong> estaba él?N. Mellizo se <strong>de</strong>volvió a revisar la casa mientras el teléfonoseguía sonando. La hermana por fin contestó: era<strong>Fugas</strong> <strong>de</strong> <strong>tinta</strong> 237

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