74–¡La liebre, la liebre! –gritaba Nerón, quien <strong>de</strong>senfundósu arma muy tar<strong>de</strong>, cuando su secuaz yacía en el piso lavadoen sangre.Nerón no pudo evitar la lluvia <strong>de</strong> tiros que le atravesóla mandíbula y parte <strong>de</strong>l cuello. La luz <strong>de</strong> la vida se apagaba:una vida llena <strong>de</strong> sufrimientos, <strong>de</strong> venganzas y trasnochos,<strong>de</strong> cosas mal hechas y regidas por la ley <strong>de</strong> “el que las hacelas paga”, pero Nerón tuvo otra oportunidad, no como su secuazque moriría <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> durar un largo tiempo en cama.Al salir <strong>de</strong>l hospital y con medio cuerpo semiparalizado,a Nerón se le metió la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> visitar la tumba <strong>de</strong>l quehasta hace unos meses era su compinche <strong>de</strong> hazañas. Paraél era imposible pensar que su socio ya no existía. Se sentóen el prado y empezó a hablarle a la lápida como si lo estuvieranescuchando. Al final, dijo en voz alta:–Mi hermanito, cuí<strong>de</strong>me, no me <strong>de</strong>je morir.Se persignó tres veces y regresó a su guarida.El tiempo pasó y Nerón sentía que su cuerpo empezabaa mejorar, lo que lo hizo per<strong>de</strong>r el miedo y estar <strong>de</strong> nuevoal bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>l abismo. Como no podía volver a robar, por suestado físico, pues ya no era el mismo ser agresivo y cortante,<strong>de</strong>cidió comercializar drogas, pero cada quien con suarte y en una redada que hizo la policía, le echaron guante.Tuvo que soportar el calvario que se vive en la cárcel,cuando se llega por primera vez. Sin embargo, y aunque parezcaincreíble, ese infierno fue el cielo para Nerón, pues laprisión lo hizo llenar <strong>de</strong> valor y se montó en la película <strong>de</strong> recuperarse:hizo terapia, saltó lazo, practicó gimnasia y, en menos<strong>de</strong> dos años, recuperó los movimientos <strong>de</strong> su mano y su pie<strong>de</strong>recho. Nerón se convirtió en un ejemplo <strong>de</strong> superación y porfin fue la persona que <strong>de</strong>bió ser <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía mucho tiempo.El mismo día que escribimos este cuento, Nerón firmósu libertad y está a la espera <strong>de</strong> ella.
La perrada <strong>de</strong> MarcosMiguel Antonio Bueno AmayaMarcos era hijo <strong>de</strong> don Luis y doña Stella. Don Luis era eldueño <strong>de</strong> un aclamado restaurante, famoso por su <strong>de</strong>liciosapepitoria y el cabro tierno y fibroso. Doña Stella, aunqueno le iba igual <strong>de</strong> bien que a don Luis, lograba alcanzar muybuenos ingresos con una veterinaria que tenía en uno <strong>de</strong> losbarrios más prestigiosos <strong>de</strong> la ciudad. Marcos, en las vacaciones<strong>de</strong> mitad <strong>de</strong> año, ayudaba a sus padres en las diferenteslabores <strong>de</strong> sus negocios, ya que el resto <strong>de</strong>l año lo <strong>de</strong>dicabaa sus estudios, porque sus padres eran muy exigentescon él; por lo tanto Marcos era un muchacho muy educado einteligente y, sobre todo, muy práctico en sus cosas.En una <strong>de</strong> sus vacaciones, y por azar <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stino, supadre tuvo que hacer un viaje <strong>de</strong> negocios y lo <strong>de</strong>jó encargado<strong>de</strong>l restaurante; todo iba magníficamente hasta que undía los cria<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> cabro <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> funcionar, ya que susanimales adquirieron una rara enfermedad. Marcos en su<strong>de</strong>sesperación no sabía qué hacer, porque su padre le exigíamucha responsabilidad con todos los trabajos que le encomendaba.Entonces fue a pedir consejo a su madre, que nosupo tampoco qué hacer, pero le pidió el favor que mientrasencontraba solución al problema, se encargara <strong>de</strong> llevar losperros a una perrera cerca a la ciudad. Marcos fue con los<strong>Fugas</strong> <strong>de</strong> <strong>tinta</strong> 275
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con sus “trabajos”. Y ya sin el
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para que no me fueran a “humillar
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