38la esposa averiguando por qué Pedro no llegaba. Mellizo<strong>de</strong> nuevo revisó, y cuando entró al último cuarto, alcanzóa notar en medio <strong>de</strong> la oscuridad que la puerta trasera quetenía ese cuarto estaba entreabierta. Cuando avanzaba setopó con algo. Al principio no se imaginó qué era, porqueese cuarto era muy oscuro, a ese cuarto nunca entrábamosmientras estuvimos juntos. Por lo tanto el cuarto se manteníaoscuro. Mellizo se puso a mirar con qué se habíatropezado.Z. ¿Qué era?N. Lo que nunca uno imaginó. Él se agachó y lo tocó.Estábamos en la sala esperando cuando pegó un grito y salió:“¡es él, Pedro!”. Quedamos estupefactas, yo alcancé alMellizo y sí, era verdad, allí yacía Pedro. No lo podía creer,no sabía qué hacer, en ese momento vinieron a mi mentelas imágenes <strong>de</strong> él con Pipe y la peluca. “Si yo hubiera llamadopor teléfono, si hubiera tocado a su puerta”, mil cosas,mucha confusión, gritos por un lado, llanto por otro.Me uní a Mellizo para sacarlo <strong>de</strong> aquel cuarto con la ilusión<strong>de</strong> que aún estuviera vivo y lo <strong>de</strong>jamos en la sala. Yo salícorriendo <strong>de</strong>l callejón a pedir ayuda y por allí cerca estabaFerney, que muy amablemente me ofreció su carro. Entré ala casa y lo sacamos <strong>de</strong> ahí. Yo no pensaba en ese instanteen la esposa, en la familia, solo pensaba en que viviera. Mesubí al carro Renault 4 con Mellizo y la hermana. Ella se ubicóen la parte <strong>de</strong> a<strong>de</strong>lante, y yo me fui en el asiento traserocon Mellizo, cargando a Pedro. Yo le hablaba, le rogaba queluchara por su vida, que yo lo necesitaba, que lo quería, queme hacía falta, y lo besaba, lo besaba y lo besaba, pero él estabamuy, muy frío. Llegamos al Seguro Social Uribe Uribe,entramos por urgencias para que lo atendieran. El médico<strong>de</strong> turno lo recibió y lo entró corriendo. Cuando hicieron loschequeos <strong>de</strong> rutina nos miró y dijo que no había nada que
hacer, ya había “muerto”. Me quedé un rato con Mellizo allado <strong>de</strong> Pedro. Mellizo lo empezó a revisar para recoger suscosas, entre ellas la argolla <strong>de</strong> matrimonio y la billetera, <strong>de</strong>la cual sacó un carné amarillo <strong>de</strong> un equipo <strong>de</strong> fútbol y mela regaló. La hermana había salido a avisarle a la familiamientras que yo seguía con él. Así estuve por mucho tiempocon él, acompañándolo hasta lo último. El doctor <strong>de</strong>spués<strong>de</strong> un rato nos hizo salir para dar paso al levantamiento <strong>de</strong>lcadáver. Cuando estábamos en el pasillo, alcancé a ver enel fondo que venía la esposa. Entonces, me escondí tras unmuro para no importunar. Por un rato estuve así, pero luegola hermana <strong>de</strong> Pedro me llamó y cuando estaba hablandocon ella apareció la esposa, que se vino furiosa contra mí,con toda clase <strong>de</strong> insultos y, lógico, preguntaba qué hacía yoallí. Uno <strong>de</strong> los familiares logró controlarla y explicarle queyo había tratado <strong>de</strong> ayudarlo. Ella se calmó y me <strong>de</strong>jó tranquila.Ya había cumplido hasta allí, ahora <strong>de</strong>bía <strong>de</strong>jarles suespacio a ellos.Z. ¿Y qué hiciste?N. Entonces me fui para mi casa. Mientras tanto ibapensando en todo lo sucedido y la famosa pregunta: “¿si yohubiera… si yo hubiera…?”. Sí, porque si yo hubiera <strong>de</strong>jadomi orgullo esos días y lo hubiera seguido tratando normalmente,tal vez él no hubiera estado solo y Pipe no le hubierahecho nada (yo digo Pipe, porque estoy segura que fueél. Nadie tiene esa seguridad, ni su familia, ni sus amigos,pero yo sí. La familia, <strong>de</strong>spués, me hizo muchas preguntaspero siempre les dije que no sabía nada, que hacía días queno hablábamos). Sí, tal vez si yo hubiera estado, Pipe no lehubiera hecho nada o <strong>de</strong> pronto a mí también me hubierapasado algo. Si él no pensó en Pedro, que eran amigos<strong>de</strong>s<strong>de</strong> niños, mucho menos lo iba a hacer conmigo. “Si yohubiera” llamado en ese momento tal vez él hubiera salido<strong>Fugas</strong> <strong>de</strong> <strong>tinta</strong> 239
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